21 de enero de 2020, por Lunettes Rouges
Daniela Ortiz, Caste Paintings, 2019
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Manuel d’Amat i de Junyent, marqués de Castelbell, fue virrey del Perú entre 1761 y 1776, y como tal, el principal responsable de la expoliación de la América española; de regreso a Barcelona se hizo construir un palacio pero poco después murió en 1782, y el palacio, ocupado por su viuda fue conocido desde entonces con el nombre del Palacio de la Virreina, en catalán Palau de la Virreina. Actualmente es el Centro de la Imagen, que organiza exposiciones sobre la fotografía; una sola de las salas del palacio, suntuosa, conservó su decoración original, esculturas, frescos y un retrato del virrey (Pedro José Diaz, 1773). Esta sala es la pieza central de la exposición de la artista peruana Daniela Ortiz, con un título que suena como una maldición: «Esta tierra jamás será fértil por haber parido colonos» (hasta el 16 de febrero). Le añadió a la sala dieciséis pinturas de castas, no son dieciséis matices raciales sino dieciséis grupos de hombres y mujeres blancos y blancas que tienen, aún hoy, un enfoque colonialista sobre la realidad de América Latina (o más bien, Abya Yala): militares y policías blancos/as, emprendedores/as burgueses/as blancos/as, ecologistas blancos/as, anarquistas blancos/as, misioneros y voluntarios/as blancos/as, gente de izquierda blanca, fascistas blancos/as, independentistas blancos/as, juristas blancos/as, feministas blancas/os, intelectuales blancos y blancas, médicos/as y sabios/as blancos/as, funcionarios/as blancos/as.
Daniela Ortiz, Caste Paintings, 2019, detalle (Ecologistas blancos) |
Para cada «casta», un cuadro y algunas frases críticas. A partir del conjunto se pueden recorrer los 31 proyectos presentados en la exposición conservando en la mente la arquitectura de base, la denunciación de la visión blanca y europea, sobre la colonización. En el cuadro aquí arriba por ejemplo, Ortiz denuncia a los ecologistas blancos a quienes les encantan el soja y la quinoa sin preocuparse de los estragos causados por su cultivo.
Daniela Ortiz, Europe Will Kneel to Receive the Anti-Colonial Spirit, 2019, detalle |
Otras obras denuncian la agencia Frontex, la fiesta nacional española que conmemora el «descubrimiento» y la conquista de América (y Ortiz hizo varias performances ese día), un alfabeto para niños muestra las palabras de la colonización (más abajo la letra O, con Tintin). Una serie de vitrales se distancia de la visión secular, laica del humanismo de izquierda europeo, y hace que resalten la Teología de la Liberación (véase el sacerdote revolucionario Camilo Torres) y el trabajo de Paulo Freire, que toma en cuenta la dimensión espiritual de la lucha anti colonial.
Daniela Ortiz, Caste Paintings, 2019, detalle (Feministas blancas) |
El cuadro de casta sobre las feministas blancas, aquí arriba, acusa a las feministas españolas blancas y burguesas de imponer su vision del feminismo a las mujeres migrantes y racializadas (asignadas a una raza), de defender el orden colonial y de menospreciar a las mujeres gitanas, indias o palestinas por sus numerosos hijos. En el mismo sentido, la primera sala muestra una cuestión del mismo tipo: en 2009, para una exposición feminista en Ca la Dona, Daniela Ortiz propuso primero un eslogan consensual «Es de puta madre ser mujer», que fue aceptado con entusiasmo, figuraría en la tarjeta de invitación y debería ser pintado en la pared de la entrada; luego, maliciosamente, revolucionariamente, cambió el eslogan y pintó «Española, blanca y de clase media», lo que, en efecto, causó escándalo en esta asociación de mujeres españolas blancas y de clase media, ciertamente teóricamente adeptas, a la interseccionalidad, pero solamente teóricamente. Al final, bajo la presión de Ortiz y de otros/as artistas, pintaron el eslogan.
Daniela Ortiz, ABC of Racist Europe, 2017, detalle |
El interés en la obra bastante brutal de Daniela Ortiz viene de la denuncia de las hipocresías de la burguesía intelectual, feminista, de izquierda en España (incluso en Francia, ¿no?) a través de la provocación y del humor negro y mordaz. Es una artista comprometida que hace pedazos el humanismo y los buenos sentimientos, es estimulante.
Joan Fontcuberta, Llar, dolça llar (Home, Sweet Home), 1974, impresión 2019 |
Al mismo tiempo en el Virreina (también hasta el 16 de febrero), hay un pequeño conjunto de imágenes de la fotógrafa griega Voula Papaioannou y una exposición sobre un lugar de exposiciones y encuentros en Barcelona bajo en franquismo (1959-75), Sala Aixela: hay principalmente fotógrafos catalanes, Oriol Maspons, Joan Fontcuberta (aquí arriba), Joan Colom, y las fotos con microscopio de Jorge Viñals, también Otto Steinert, Jean Dieuzaide y Marco Giacomelli.
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