(original en francés aquí)
Julien Prévieux, "What shall we do next?" (Séquence 3), film still, 2014, courtesy Jousse entreprise
|
Entonces todos esos gestos, primero iniciados en Xerox Park en los años 70/80, luego difundidos a través del elitismo de Apple y finalmente popularizados por los fabricantes de teléfonos inteligentes, esos gestos que normalmente deben constituir la "Natural User Interface", esos gestos que no son sino las herramientas para lanzar funciones programadas, esos gestos que ciertas empresas quieren patentar (y a veces lo logran), ¿qué nos dicen esos gestos sobre la sociedad que se está construyendo alrededor de ellos, esta sociedad del 2.0, del "always conected", del "selfi", de la modernidad tecnológica con su triunfo desdeñoso?
Para empezar nada natural, sólo una construcción cultural evidente. Nada innovador, sólo una reutilización de gestos antiguos, gestos de pintor, de cerrajero, gestos de geómetra o de dibujante. Nada científico, solo un proceso a tientas, lleno de restricciones y sin vuelta de feedback. Grandes preocupaciones nos dice Julien Prévieux : nuestros gestos futuros y todos los movimientos de nuestros cuerpos van a ser restringidos, estandarizados, estereotipados, petrificados por el predominio de ese lenguaje. ¿Cual podrá ser nuestro "porvenir corporal"?
Prévieux nos recuerda el theremín, en el cual los gestos ya reemplazaban el alfabeto de las notas, pero con el cual se abrían nuevos espacios en lugar de restringir la expresión existente (se puede leer en inglés la novela de Sean Michaels, biografía ficticia de Theremín). Son raros los otros ejemplos de ese tipo, en los que el cuerpo se vuelve instrumento que reemplaza otro instrumento (con el teclado, se trata de eso) : algunas de mis investigaciones me llevaron a la cámara estenopeica corporal, fotografías en las que un orificio corporal se convierte en cámara oscura, y en las que Lindsay Seers (y algunos otros) produce fotografías desde su boca, Paolo Gioli lo hace con su puño cerrado y Melsen Carlsen con su vagina. Y ese cuerpo como instrumento puede también encontrarse en la obra Celularmente de Dorothée Smith, en la que el calor mismo del cuerpo del espectador-actor se transmite al cuerpo de la artista. Si la obra de Prévieux es única por su dimensión semántica, se está conectando con otras para cuestionar el papel del cuerpo no como objeto sino como medio.
Un cuento de Alain Damasio habla de un mundo en donde casi la totalidad de las palabras habrían sido patentadas por empresas o autoridades a las cuales deberían pagárseles regalías por cada utilización de ellas. Entonces, emergerían unos franco-habladores, Porta® Voces®, rebeldes que recrearían un lenguaje con la escoria, con las palabras abandonadas, aquellas que hubieran pasado a través de las mallas del peaje idiomático. ¿En el universo NUI 2.0 que nos espera quedarán gestos sin patentar que podamos usar libremente, o nuestro cuerpo no será sino un programa ? Uno sale muy preocupado de la obra de Prévieux, y es por esa razón que el Premio Marcel Duchamp es uno de los más merecidos.
Y eso es todo sobre la FIAC. Esto no es un blog de información y mucho menos de promoción.
Le agradezco a Alexandre Lenot por sus sugestiones literarias.
Share and Enjoy