(artículo original en francés, aquí)
Georges Tourdjman, 1987 |
[Isabelle Mège me pidió que hiciera algunas correcciones, que están en negrita entre corchetes]
Por supuesto que siempre ha habido modelos e incluso musas (1), y está claro que muchos han sido los hombres y mujeres con poder, y las estrellas de cine (como Isabelle Huppert en 2005), que han acumulado retratos, cuadros y fotografías de ellos mismos. Pero en el caso de Isabelle Mège se trata de otra cosa muy diferente, se trata de un modelo que toma el control de las cosas y construye así una obra, se trata de un enfoque pensado, construido y obsesivo, en el cual el fotógrafo, por mucho talento y originalidad que tenga no es sino un instrumento al servicio de un proyecto que lo supera. Es casi como ocultar al autor, no es que se reduzca a un simple creador del concepto al estilo de Franco Vaccari, sino que se le somete a reglas imperceptibles que al cabo de los años lo convierten en un simple ejecutante de un proyecto inmenso.
Martin Rosswog, 1991 |
Isabelle Mège, secretaria en un hospital parisino, acabada de llegar de su Auvergne natal, descubre a los veinte años, en 1986, la obra de Jeanloup Sieff en el Museo de arte moderno. Ella que no es "nada", que no ha tenido formación artística o histórica, que es una desconocida sin medios, [no, empleada de la función pública] concibe entonces, más o menos claramente lo que será su proyecto durante más de veinte años : le escribe a Sieff que admira su obra y le pide que haga una fotografía de ella. Sieff juega con ella al organizar una sesión de pose, con un aparato sin cargar [ no, no obtuvo resultado en la primera sesión, pero no lo confesó… mintió y me dijo que no había rollo en la cámara]: no será el último que la mirará con burla y desprecio, ¿ quién es ella para atreverse a pedir así que la fotografíen ? [No es verdad, JL i no era así ! Sino no hubiera contestado mi carta. Él esperaba el momento, y fue el retrato de JF Bauret que le gustaba mucho, y también los desnudos de un fotógrafo aficionado, Jean-Yves Bernard, que lo animaron para fotografiarme.] El rechazo de Sieff la conduce a interesarse más por la fotografía, a leer, a ver exposiciones y a perseguir fotógrafos con su deseo de ser fotografiada. No quiere que le paguen pero pide una impresión. Más tarde, Sieff, viendo que sus pares la han fotografiado, queriendo hacer igual, la llamará.
Gilles Cruypenynck, 1987 |
Isabelle Mège obtuvo así 300 fotografías de ella; pidió, mendigó, persiguió sin descanso a 200 fotógrafos (casi únicamente hombres), [Mi requerimiento ante los fotógrafos fue sin descanso, pero nunca perseguí a ningún fotógrafo… Respetaba y entendía muy bien una respuesta negativa] durante 22 años, de 1986 a 2008. De las 300 imágenes seleccionó 135 que constituyen su colección, conservada impecablemente y que muestra rara vez. La mayoría de esas fotografías son en blanco y negro, y muchas son desnudos. Mège seleccionó solamente fotógrafos cuya obra le gustaba, sin preocuparse por su reputación o por su popularidad, y Jean Claude Lemagny, uno de los raros personajes que han visto toda la colección, dice que él mismo ignoraba ciertos nombres. No ha aceptado a ciertos artistas que se le acercaron una vez que empezaron a circular rumores sobre su proyecto; también suprimió imágenes que después de todo le parecieron menos buenas. También hay fotografías que nunca fueron impresas por el fotógrafo, puesto que las encontraba poco satisfactorias. Otros, como Patrick Faigenbaum, no quisieron darle una foto pues no querían entrar en una colección junto con otros artistas que no apreciaban, pero igual expusieron fotografías de ella, intentando evadirse del proyecto Mège. [Patrick Faigenbaum me había dicho que no quería entrar en mi colección mucho antes de tomar las fotos. Lo que no estaba previsto era que expusiera mi retrato sin mi autorización, sin prevenirme y sin regalarme una copia, …]
Henri Foucualt, 2008 |
Otros fotógrafos quisieron también escaparse de ese proyecto que los confundía, que atentaba contra su libertad de artistas pues realizaban fotografías corrientes o en todo caso muy diferentes de su trabajo habitual. Es el caso por ejemplo de Henri Foucault, cuyo retrato de mujer embarazada en 2008, uno de los últimos de la colección, no tiene nada que ver con sus extraordinarios fotogramas realzados con alfileres o perforados para "esculturizarlos".[En cuanto a Henri Foucault, tengo suerte de tener un fotograma y además es la primera obra realizada con él.]
Joel-Peter Witkin, 1990 , Négre's Fetishist |
En cambio, una de las fotografías más vibrantes es la de Joel-Peter Witkin, que corresponde perfectamente al estilo del artista. Para vencer sus reticencias iniciales, [solamente tres cartas durante varios meses] Mège le mandó por correo tres tubos con su sangre (mecanismo que había utilizado un hombre para seducir a una artista muy "sanguínea"), lo que finalmente lo convenció. Su fotografía se intitula "el fetichista de Nègre" como homenaje al negativo de Charles Nègre. Witkin considera esta imagen oscura y misteriosa como una de sus mejores fotografías.
Jean-Luc Moulène, 2003 |
Jean-Luc Moulène parece ser uno de los poquísimos que percibió la complejidad del método de Mège, o en todo caso la manera como ese proyecto incomprensible sobrepasa al artista. Su fotografía, una de las pocas en color, va en contra del erotismo narcisista de la mayoría de ellas, él vuelve objetivo el cuerpo y hace un bloque que no se entrega.
Patrick Tosani, 2003 |
Otros como Patrick Tosani, usaron la astucia, él fotografió la parte de arriba de su cráneo. [Patrick Tosani no usó ninguna astucia ! Hizo la foto porque se lo pedí pues me encanta su serie de cabezas.] Jean-Philippe Reverdot, una axila, creo, George Tourdjman (arriba) una sombra huidiza : forma de resistencia contra la voluntad imperturbable de Isabelle Mège de hacer obra. Pues de esa manera lo que ha constituido es una obra y así : ella es, dice Jean-Luc Nancy, [No lo dijo Jean-Luc Nancy sino d’Anna d’Heyward (además fue ella quien se dio cuenta…) ]una artista cuyo medio es los otros artistas.
Seymour Jacobs, 1991 |
[Lo que quiero es entrar en el universo de los fotógrafos que solicité, de colaborarles, yo no soy sino un pretexto, puedo ser una sombra, un pelo, un cuerpo integro, una cara…Termino esta carta citando a Jean-Claude Bélégou que me informó sobre su reseña : ¿ Porqué necesitamos tanto vivir en un mundo de imágenes ?]
(1) no conozco a Isabelle Mège, no he visto ninguna de sus fotografías, y, de la película de Jerôme de Missolz sólo vi este corto. Descubrí ayer este artículo del ineludible New Yorker, buenísima encuesta de Anna Heyward, y (prácticamente) no he identificado nada más en la prensa francesa, de ahí mi deseo de escribir esta reseña con bases diferentes a mis notas habituales sobre las visitas de exposiciones. Mientras alguien hace una tesis sobre el tema...
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