jeudi 29 juin 2017

Miroslav Tichy en Marsella

29 de junio de 2017, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)
  








A partir del 7 de julio en el centro internacional de poesía Marsella (en la Vieille Charité), una exposition de fotografías de Tichy que le pertenecen a Gianfranco Sanguinetti, las muestran rara vez.


En esta ocasión, escribí un texto sobre la recepción crítica de Tichy, que había sido publicado únicamente en alemán.

http://cipmarseille.com/presse/2017/cahier_263.pdf



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Using art to whitewash oppression. ¿Cómo utilizar el arte para legitimar la colonización?

26 de junio de 2017

(artículo original en francés, aquí)


English below


El viernes 23 de junio, la página de información e-flux hizo un comunicado para anunciar la tercera Bienal Mediterránea “Out of Place”, cuya ilustración era un camello colgado del cielo, una obra del artista israelí y curador de la bienal, Belu-Simion Fainaru.  ¡Vaya!  ¿De qué se trata? se pregunta uno, nunca había oído hablar de una “Bienal Mediterránea”, nada menos. Al leer el texto se entiende que es una manifestación israelí en la ciudad de Sakhnin, organizada por dos curadores israelíes (el otro es Avital Bar-Shay) con el patrocinio del Arab Museum of Contemporany Art in Israel (AMOCA), del cual, por mi parte, nunca había oído hablar. Cuando nos enteramos de que el objetivo de la bienal (financiada entre otras por la lotería nacional y el Ministerio de la Cultura, dirigido por Miri Regev, cuyo vestido colonialista hizo sensación en Cannes ..) era promover La Paz en Medio Oriente a través del arte y cuando leemos las palabras confianza recíproca, dialogo, tolerancia, y que el arte debe sobrepasar las “peleas regionales”, uno se empieza a decir que ya ha oído eso en alguna parte y que va a averiguar. 

Cada quien es perfectamente libre de su opinión en cuanto a la política israelí. La mía es que es un conflicto entre colonizadores y colonizados y nada que ver con una guerra de religión o de civilización. Y hay que asumir su posición. El gobierno israelí lanzó muy oficialmente hace algunos años una serie de proyectos para mejorar la mala imagen de Israel y así mostrar los aspectos positivos del país : el pinkwashing promociona la parte gay-friendly del país (bueno, no por el lado de los ortodoxos, pero bueno), el techwashing alardea de la start-up nación, el greenwashing la cultura ecológica, y aquí tenemos un ejemplo perfecto del artwashing. Como además se retoma la retórica de los dirigentes israelíes sobre nuestro deseo de paz entre los pueblos (que desgraciadamente los demás no quieren..) y la voluntad de conseguirlo a través del arte, todo parece maravilloso. 

Ahora, si transponemos a otra situación de conflicto colonial, ¿qué hubiera pensado usted de un festival artístico organizado por Francia en “Algeria francesa” en 1960 para promover La Paz y el diálogo? Exactamente. Existe un movimiento de boicot de Israel, BDS, que también está relacionado con el campo cultural. Aquí debo confesar mi propia ambigüedad frente al boicot cultural, según sea actor director (no) o espectador, y según se trate de una manifestación estatal naturalmente de propaganda, o de un evento privado, sin fondos públicos y de espíritu contestatario (sí). Pero cada quien es libre de su decisión y no le tiro la piedra a nadie, excepto a los propagandistas oficiales. 

Y es ahora que se vuelve interesante : el comunicado va acompañado por una lista de 57 artistas (de los cuales 4 fallecieron, y, no logré identificar otros 4). De los 49 restantes, 9 son israelitas (entre ellos los dos curadores). La mayoría de los demás son originarios de países europeos mediterráneos y medio orientales (y también una gabonesa, un norteamericano, un mejicano y un hindú). La lista está a continuación. Y cuando veo los nombres, como conozco a algunos me extraña que participen en esta bienal. 
La respuesta llega más tarde a través de un comunicado de indignación del libanés Akram Zaatori seguido de otros comunicados de Yto Barrada, Bouchra Khalili, Zineb Sedira, Walid Raad et Jordi Colomer. Todos ellos y sin duda muchos otros, ignoraban que tenían una obra en la bienal y pedían que fueran retiradas inmediatamente. ¿Porqué? Porque Pascal Neveux, director de la FRAC Provence Côte d'Azur, prestó las obras compradas por la FRAC sin pedirles su opinión a los artistas. ¡Extraordinario! Después e-flux corrige y los periódicos empiezan a hablar : El Huffington Post, Le Monde, Le Times of Israel, y el curador se defiende diciendo : pero si es en un pueblo arabe, la entrada es gratuita y hemos pagado por el préstamo de las obras (?) y de todas maneras el boicot no es una solución. Lo que se espera que diga…

Cada artista es libre de lo que hace, no soy el portavoz del movimiento BDS, y respeto la elección de cada cual mientras sea consciente. Uno de los artistas cuya exposición en París fue por tanto objeto de amenazas y de un intento de saqueo por parte de la LDJ, me dijo que le parecía importante mostrar su obra (muy perturbadora) en ese lugar. Otra artista me dijo que desde donde está para ella es muy difícil mostrar su obra y que era una ocasión para que en ese lugar recordaran que las mujeres artistas también existen. Lo respeto mucho pero también creo que hay muchos artistas en contra de su voluntad a causa de la FRAC PACA o de otro cualquiera y no se dan cuenta de lo que hay en juego políticamente en ese tipo de bienal. Si ustedes conocen a alguno los invito para que los contacten y les informen si no están al tanto y hablen con ellos. Es todo. 

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in English

Friday June 23rd, the information site e-flux sent a press release announcing the third edition of the Mediterranean Biennale « Out of Place », with the photo of a camel suspended in the sky, a work by the Israeli artist and biennale curator Belu-Simion Fainaru. Hey, what’s this about? Never heard of a « Mediterranean Biennale », nothing less! Reading the press release, one understands that this is an Israeli event in the city of Sakhnin, organized by two Israeli curators (the other is Avital Bar-shay) under the leadership of the Arab Museum of Contemporary Art in Israel (AMOCA), first time I hear about it (although I know quite well the local scene), and sponsored, among others, by the Israeli National Lottery and the Israeli Ministry of Culture (the Minister of Culture is Miri Regev whose “colonialist dress” in Cannes raised many eyebrows, to say the least). So, when one reads that the objective of the biennale is to promote peace through art and that art is a means to go beyond what they call « regional disputes », when one sees the words “mutual trust, dialogue, tolerance”, one could think that this is a speech already heard, coming straight from the propaganda department in Tel-Aviv.
Everybody is perfectly free of one’s own opinion about the Israeli case. Mine is that it is a conflict between colonizer and colonized, not a war of religions or of civilizations. But at least one should assume one’s opinion. The Israeli government launched a few years ago a campaign to improve Israel’s image, which is very bad, with various projects putting forward positive aspects of the country : pinkwashing promotes the gay-friendliness of the country (except with Orthodow Jews, but let’s forget about it), techwashing praises the start-up nation, greenwashing its ecological culture, and we have here a perfect example of artwashing, cutting and pasting the speeches of Netanyahu and others on “our desire for peace” (but unfortunately, the other side doesn’t want peace, eh!). Everything is wonderful and art will solve the Palestinian “issue”.
Just imagine, in another colonial conflict familiar to Frenchmen, an art festival in « French » Algeria in 1960 in order to achieve peace, French peace, that is. You are probably aware that there is a movement for the boycott of Israel, BDS, which covers also the cultural field (for example, Roger Waters, of Pink Floyd, refuses to perform in Israel). I have to say that I am personally ambiguous regarding this: I will not be a participant (but could be a simple visitor and critic) in state-sponsored or state-funded Israeli cultural events, but I have and will participate in privately-funded Israeli events with a clear position against colonization. But everyone is free of his own decision, and I am not blaming anyone, except those who diffuse official propaganda.
Free of his own decision, I said: now it’s becoming interesting. The press release includes a list of 57 artists (below); 4 are dead, and 4 I couldn’t identify. Of the 49 remaining, 9 are Israeli Jews (including the two curators who also exhibit their own work). Most of the others are from Europe, Mediterranean countries and the Middle-east at large (in addition, one each from Gabon the USA, Mexico and India). When I saw their names, since I know some of them, I was puzzled by their participation in such a biennale.
The answer arrived a few hours later through a furious answer by the Lebanese Akram Zaatari, followed by other furious answers by Yto Barrada, Bouchra Khalili, Zineb Sedira, Walid Raad and Jordi Colomer. All of them, and probably many others, were not informed that a work of them was in this biennale and they demanded its immediate withdrawal. Why did this happen? Because Pascal Neveux, director of the FRAC Provence Côte d’Azur loaned the works (property of the FRAC) without informing the artists. Isn’t that great? Then, e-flux made a correction and apologized, and the papers started talking about it :Huffington Post, Le Monde, the Times of Israel . In answer, the curator said: “but it is in an Arab town, the entry is free, we paid for the loan of these works (really?), and in any case boycott is not a solution” (exactly what we would expect him to say). One can note that he used words of religions and ethnic groups (Moslems, Christians, Jews, Druze, Bedouins) and not once used the word « Palestinians ».
Every artist can make his own choice, I am not a spokesman for BDS, and I respect everyone’s choice as long as it is a conscious one. One of the artists, despite the fact that his show in Paris had been threatened of destruction by the Jewish Defense League (which is legal in France, unlike in the USA and in Israel …), chose willingly to show his (disturbing) photos in the biennale. Another artist said that it is very difficult for her to show her work in her own place and that the biennale is also a possibility for her to show that, where she lives, there are woman artists. I respect their choices. I also believe that some, or many of the artists in this biennale are there against their will, because of the maneuvers of FRAC PACA or other entities, and/or do not perceive the political issue with this biennale. If you know some of them, please contact them, inform them and discuss the issue with them. That’s all.

List of artists:

Hamra Abbas, Adel Abdessemed, Rashid Al-Khalifa, Lela Ahmadzai, Hazem Alzoubi, Carlos Amorales, Samar Awadieh, Mahmoud Badarny, Yto Barrada, Avital Bar-shay, Nathalie Bikoro, Daniele Buetti, Jordi Colomer, Abdulla Dehabra, Burak Delier, Elmgreen & Dragset, Belu-Simion Fainaru, Günther Förg, Thomas Galler, Moshe Gershuni, Tal Granit&Sharon Maimon, Majooda Halabi, Damien Hirst, Jenny Holzer, Pierre Huyghe, Muhammad Kallash, Bouchra Khalili, Lisbeth Kovacic, Jannis Kounellis, Moshe Kupferman, Sigalit Landau, Mohsen Makhmalbaf, Shahar Marcus, Olivia Mihălţianu, Nardina Mugaizel, Sener Ozmen, Walid Raad, Pipilotti Rist, Şerban Savu, Meinrad Schade, Zineb Sedira, Angelika Sher, Sudarshan Shetty, Fiona Tan, Sérgio Téfaut, Cengiz Tekin, Isam Telhami, Lisa Trutman, Yigal Tumarkin, Samira Wahabi, Jola Wieczorek, Kai Wiedenhöfer, Tomasz Wendland, Rui Xavier,  Akram Zaatari


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mercredi 28 juin 2017

Carla Cabanas o la imposibilidad de ver


24 de junio de 2017, por Lunettes Rouges






Carla Cabanas, A Mecânica da Ausência, 2017, vista de la exposición, foto del autor



La exposición La Mecánica de la Ausencia de Carla Cabanas en la galería Carlos Carvalho en Lisboa, hasta el 16 de septiembre, podría describirse como una tentativa que tiende a no dejar ver las fotografías. La sala principal es un laberinto con finos velos de tul suspendidos, entre los cuales se navega en la penumbra y sobre los cuales siete proyectores de diapositivas envían las imágenes con aquel sonido habitual y nostálgico (en todo caso, para mi).  Son imágenes (verdaderamente) vernáculas, de viajes y de comidas en la hierba, escenas que todos conocemos, marcadas también por la nostalgia de los años 50. Los velos, vaporosos, ondean y tiemblan, las imágenes flotan, atraviesan el velo para posarse en las paredes, en donde se ven borrosas, menos luminosas, invadidas por las sombras de los visitantes que se ven sumergidos en el mecanismo, y de un proyector a otro se superponen y se entrelazan.




Carla Cabanas, A Mecânica da Ausência, 2017, 
vista de la exposición, foto del comisario Sérgio Fazenda Rodrigues



Lo que desaparece no son los sujetos de las imágenes sino nuestra capacidad para verlas, identificarlas, atraparlas : In fine, la imagen no transmite casi nada de las informaciones que contiene, ya no se trata de su inmaterialidad y de nuestra incapacidad para establecer una relación con ella. En lugar de utilizar la parte de nuestro cerebro que ve, analiza y comprende, no utilizamos sino las zonas sensibles, y disfrutamos de una experiencia poco comprensible racionalmente y que nos conduce al ensueño. 





Carla Cabanas, A Mecânica da Ausência, 2017, vista de la exposición, foto del artista



En la sala de al lado también se juega con la invisibilidad : en la semi oscuridad, tres cajones luminosos, pero volteados contra la pared dejan escapar algo de luz. En el interior vemos con dificultad una foto, por aquí una comida en la hierba (en la cual una de las participantes dirige una cámara hacia nosotros, hacia el fotógrafo), por allí una vista , o un encuentro. Son imágenes que solo verá muy de cerca, de lado, con dificultad; imágenes que no podrá disfrutar tranquilamente. ¿Qué queda de esas imágenes? Transmiten un recuerdo pero no sabemos cómo captarlas, solo podremos recordarlas con una forma incierta y fantasmagórica, soñada y deformada : la elección de las imágenes, la puesta en situación, el fracaso visual, construyen un lugar no tanto para exponer sino para se descubra, se participe y se piense. 




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mardi 20 juin 2017

Taxonomía y colonialismo : de visita por el CAPC

15 de junio de 2017, por Lunettes Rouges

  
(artículo original en francés, aquí)



Naufus Ramirez-Figueroa, Linnaeus in Tenebris, 2017, vista de la instalación en el CAPC, Burdeos, foto Arthur Péquin




En la penumbra del gran vestíbulo del CAPC (hasta el 24 de septiembre), las esculturas del artista guatemalteco Naufus Ramirez-Figueroa salpican el espacio con marcas blancas : se trata de híbridos entre humanos y frutas, un brazo o un pie emergen de un racimo de bananos, un cuerpo cuyo torso es un fruto tropical con protuberancias múltiples, un enano en matero. No sabemos si son fruto de un mestizaje creativo o al contrario de una degeneración cancerosa, y todos esos especímenes desafían la clasificación : la exposición se intitula Linné en las Tinieblas, en latín, como se debe, cuando nos referimos a un sabio taxonomiste.




Naufus Ramirez-Figueroa, Linnaeus in Tenebris, 2017, vista de la instalación en el CAPC, Burdeos, foto Arthur Péquin




Y es que la clasificación de Linné es un punto de vista occidental sobre el resto del mundo, un intento europeo para comprender y controlar las riquezas tropicales clasificándolas, nombrándolas, haciéndolas entrar en clasificaciones bien definidas que las domestican, las integran, las digieren y las llevan a participar en el sistema cientifico-económico-político que consolida el colonialismo. 




Naufus Ramirez-Figueroa, Linnaeus in Tenebris, 2017, vista de la instalación en el CAPC, Burdeos, foto Arthur Péquin




Yo no sé mucho sobre Guatemala, aparte de la omnipresencia del cultivo intensivo y capitalístico del banano para provecho de los monopolios norteamericanos como United Fruit, una situación que ha influenciado el artista, su vida (y el exilio de su familia en Canadá) y su obra. Las esculturas, la penumbra, las estructuras de iluminación brutal con neón, sus formas suspendidas, son también un lugar de performances, y cada uno de sus videos es el eco de una performance pasada.




Naufus Ramirez-Figueroa, performance Mimesis of Mimesis en el Royal Tropical Institute, Amsterdam, foto Florian Braakman




Otra obra igualmente elocuente y discretamente política es el video Mimesis of Mimesis, filmado en Amsterdam en donde fuera el Instituto Colonial, un palacio algo decrépito con decorados evocadores de la época de las colonias. El cuerpo obeso del artista, dormido plácidamente sobre un montón de pedazos de muebles, amarrado con un bondage sencillo como si él mismo fuera un relleno de sofá. Otro video lo muestra en un cementerio con tumbas fuera del suelo, sosteniendo lo que parece ser un niño muerto envuelto en su mortaja : por el suelo gotea agua : estará congelado, se pregunta uno un instante.




Oscar Murillo, Recursos Humanos, 2017, graderías de madera, 47 figuras



La otra exposición temporal en el CAPC (hasta el 27 de agosto; compartida con el Jeu de Paume) es una instalación de Oscar Murillo en la cual unos obreros colombianos están sentados en una gradería frente a un video de músicos marroquíes : es verdad que el artista colombiano pasó por Marruecos, pero la intención, en torno a "la arquitectura de memoria" y el "sentimiento del lugar" parece breve y simplista : consentido del mercado, es verdad (y también), pero tengo mis dudas a largo plazo.




Chohreh Feyzdjou, Série H, 1989-1993, detalle, madera, pegante, tela, pigmentos, teinture brune, 114x131cm




El comisario José Luis Blondet vuelve a considerar las colecciones del CAPC (hasta el otoño 2019) y ha organizado muy buenas confrontaciones, poéticas y a veces inesperadas a lo largo de las salas. Sin disertar demasiado, he aquí algunas de las imágenes que me impactaron a medida que me paseaba. Primero, aquí arriba, de Chohreh Feyzdjou, un artista que se ve muy poco (siempre en colectivos sobre Irán) y su acumulación de marcos vacíos, aunque los lienzos estén enrollados no muy lejos : es la evocación de la materialidad del cuadro lo que recuerda sin falta el famoso lienzo de Cornelius Gijsbrechts.




Obras de Jedermann N.A., Los ready made pertenencen a todo el mundo (R), Claude Rutault, foto Frédéric Deval



Luego, una sala en donde alternan las obras recolectadas por Jean-Hubert Martin y unos Rutault con formatos idénticos, ante un Philippe Thomas de parqué absurdo alrededor de un pilar, firmado como debe ser por el "coleccionista" N.A. Jerdermann (Señor Fulano de Tal), con un aviso "Propiedad privada".




Cathy de Monchaux, Once upon a Fuck, Once upon a Lifetime, once upon a Duchamp, 1992, terciopelo, curi, latón, 80x44x9cm



Para terminar, esta obra deliciosamente erótica de Cathy de Monchaux : Once upon a Fuck, Once upon a Lifetime, Once upon a Duchamp, que nos incita a mirar por el hueco (de la cerradura). Y de paso, ¿sabría usted reconocer el retrato de la belleza angélico-atrevida a continuación? La respuesta está en la dirección URL de la imagen.




Fotografía 17.8×12.5cm


Fotos 1, 2, 3 y 7 cortesía del CAPC; fotos 6, 8 y 9 del autor


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lundi 19 juin 2017

Dorignac, la obra con negro

14 de junio de 2017, por Lunettes Rouges


(artículo original en francés, aquí)

  


Georges Dorignac, cartel de la exposición




Lo que primero atrae es el cartel, aun cuando uno no sepa quien es ese Dorignac (Georges, 1879-1925), una cabeza femenina negra de hechura extraña. La visita del Museo de Bellas Artes de Burdeos (hasta el 17 de septiembre) algo nos reseña sobre ese pintor regional, que vino a meterse en la Ruche, que cayó en el olvido desde 1928 y que hoy es objeto de un intento concertado de rehabilitación, primero en la Piscine, luego en su ciudad natal. Un pintor como tantos en la época, alumno de Léon Bonnat, cuyos retratos familiares y paisajes reflejan la banalidad amable de principios de siglo; maternidad, besos, bodegones, playas. En el piso de arriba presentan sus trabajos decorativos, popurrí de motivos medievales y orientales para biombos, tapicerías o vitrales de los cuales pocos se realizaron.





Georges Dorignac, La Desconocida, 1913




Todo ello tendría solamente un interés regional bastante limitado si Dorignac no hubiera hecho en 1912/13 retratos negros (muestran unos veinte), con tinta, carboncillo o piedra negra (algunas veces con sanguinas o con lápiz amarillo), sobre todo mujeres, anónimos, arquetipos : caras, muy a menudo frontales, de negros profundos, en donde las raras partes más claras, curva del mentón, 
contorno de los labios, alas de la nariz, abombado de los párpados, son solamente reservas. Es el trazo negro el que esculpe las facciones, el que delimita una cabellera abundante o un velo; son caras que se inscriben en fondo blanco ocupando todo el papel (el cual, en un caso, está roto burdamente según la curva de la cabeza), y que casi se salen del margen. Los más intensos son los puramente negros, son más ásperos, más misteriosos, mientras que las mujeres a quienes les realza la pañoleta con sanguina pierden la intensidad y la rareza para volverse más cotidianas. 





Georges Dorignac, Aguila, s.d.




Las mujeres no tienen nombre, la sensualidad de sus caras llenas, su esbozo de sonrisa son sólo reveladores. Bernar Venet realizó algunas obras muy negras (entre las cuales "retratos" fotográficos), que desprenden la misma impresión de distancia, de imposibilidad de comprender quien es la persona. No es igual con los retratos de hombres, de los cuales algunos han sido identificados, como un Soutine amarillento. En el decorado chillón del piso superior, tres pájaros, un águila, un calao y una lechuza fueron dibujados de la misma manera; sus cuerpos negros y densos tropiezan con el borde del papel. Unicamente por esos dibujos tan especiales que no se parecen a nada (aunque por hacer bien y legitimarlo se creen obligados a citar entre otros a Rodin, le Fayoum, Carriès, el arte africano o khmer, etc.) vale la pena visitar esta exposición.


Fotos 1 y 3 del autor



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vendredi 16 juin 2017

Rolf Julius, escultor de sonidos

13 de junio de 2017, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí) 


Rolf Julius, ST, vidéos, 2010/13




Cuenta la leyenda que fue el joven Odilon Redon, quien, disfrutando un día del encanto del lugar y de la calidad del vino, lo bautizó Chasse Spleen, a no ser que haya sido Byron. Yo no sabría decir si el arte contemporáneo en general y la obra de Rolf Julius en particular, tienen la misma virtud, en todo caso los propietarios de ese castillo del Médoc instalaron hace poco un pequeño centro de arte de arquitectura sencilla, y su primera exposición (hasta el 27 de octubre) se la dedican a este artista alemán que falleció hace seis años y cuyo trabajo es una variación en torno al sonido. Una de las curadoras de la exposición es la directora de la galería (antes en Burdeos) Thomas Bernard, que representa a Julius. Hay que poner cuidado, ponerle mucha atención a una obra en la que se mezclan sonidos entre naturaleza y composición, objetos muy sencillos aportados por el artista e imágenes del lugar y de otros lugares; dejarse llevar por los fascinantes paisajes sonoros que componen.





Rolf Julius, Stonegarden (monocromo), 2010, 110x110cm, f. Barbara Boum





Naturalmente, tenemos paisajes, ya sean los del Medoc, escapada por las viñas o vista del jardín del castillo y su estanque que desborda (en cambio, las obras sonoras instaladas en el exterior me parecieron menos relevantes, más difíciles de entender), ya sean paisajes recreados, tal el jardín de piedras bastante meditativo en donde las sombras se alargan de forma desmedida y que apenas disimulan un altavoz pequeño, es como si esas piedras minúsculas vistas desde muy cerca (pues debemos agacharnos para oír) y convertidas entonces en obeliscos o menhires, emitiesen ellas mismas el sonido (Stonegarden (monocromo)). También paisajes transpuestos.





Rolf Julius, ST, vidéos, 2010/13




En efecto, la primera sala comprendre seis videos, un proyector minúsculo y pantalla suspendida, que son una transposición del sonido en el paisaje : Julius filmó, en primer plano, fragmentos de paisajes finlandeses, ramas flexibles agitadas por el viento, rocas por las cuales corre el agua, e implantó discretamente un altavoz parásito por el que transmite una de sus composiciones sonoras. El video en plano fijo no muestra sino movimientos imperceptibles de las hojas o del agua, e incluye la captación de un sonido en el que se mezclan sonidos compuestos por él y ruidos de la naturaleza, silbidos de pájaros, chirridos de insectos, murmullos de hojas, chapoteo del agua. Y, de una pantalla a la otra, los sonidos se combinan en la frontera de cada una creando así una experiencia total, envolvente. 






Rolf Julius, Singing,, 2000 / 2015, 720×22.5x205cm




Otras obras discretas balizan la exposición, aquí un espejo sonoro sobre una chimenea, allí bambúes con aparatos, más allá una hoja pegada en una ventana (abajo), para llevar el ojo y el oído hacia el exterior, y también cuencos japoneses llenos de agua en donde nadan los altavoces, que también forman parte, siempre o casi siempre, de la composición. Suspendidos en un pasillo, siete altavoces de tamaño medio : en cada uno, en la membrana misma, un montón de pigmento negro que vibra en función de las frecuencias, a veces salta y se recompone y de esa manera modifica también el sonido que se percibe. El sonido se vuelve invisible, se ve la música. Ya en 1985, Susan Derges, de regreso de Japón, realizó fotogramas de polvo de carborundo que agitado por cierta frecuencia construía curvas matemáticas de frecuencia lo que volvía visible el sonido, inspirándose así de las Chladni Figures; pero sus obras eran mudas, no eran sino referencias, mientras que la de Julius es completa, vista y oído.




Rolf Julius, Wind, 2010, 32.2×16.4cm



Se trata de una obra sumamente fina, sencilla, discreta, la experiencia frágil y exigente de un espacio en el cual se puede mirar la música. La presencia de una "partitura" hecha de formas elementales, círculos y cuadrados rojos y negros aunque aporta (si leemos la hoja de sala) una forma de explicación, nos conduce hacia el lenguaje, lo racional y estructurado : entendemos mejor, pero me parece que se pierde la magia.





Daniel Firman, Suspended chord, 2017



Es sin duda simple coincidencia : en la base submarina de Burdeos, búnker alemán gigantesco que albergaba las U-booten, convertido hoy en día en lugar de conciertos y exposiciones, el sonido se ha hecho omnipresente. Con motivo de la llegada del "verdadero" tren de alta velocidad a Burdeos han invitado a Daniel Firman y la música de Guillaume Gesquière ocupa el espacio : primero mezclada con el ruido de las ballenas por encima de las aguas negras de los diques flotantes, luego se articula de manera melancólica a la izquierda en el gran vestíbulo, con acordes suspendidos y calderones que se renuevan sin cesar. Podemos cerrar los ojos para impregnarnos de manera mucho menos discreta y mucho más expresionista que con Julius. Si abrimos los ojos, un elefante, suspendido al techo, gira lentamente en la 
penumbra : después del suelo y la pared, Firman, que sigue interesado por la rotación, alcanza otra dimensión elefantina : los dos mamíferos más grandes se encuentran.


Fotos 1, 3 a 5 cortesía de Chasse Spleen, foto 6 del autor




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jeudi 1 juin 2017

Terra Incognita (Inez Teixeira)

31 de mayo de 2017 por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)





Vista de la exposición; foto Alice Vasconcelos



Hay cuadros abstractos de los cuales admiramos la estructura, las formas y los colores, pero nos dejan fríos y a distancia, no nos comprometen. Y hay otros -y es el caso de las grandes composiciones sobre papel de Inez Teixeira (ya se acabó la exposición en Lisboa)- en los cuales, sin reconocer la mínima forma, nos proyectamos y entramos en la imagen, ya sea mirándola de lejos o de cerca. Sin embargo no son sino estelas de sombra, formas fluidas que se cubren, volúmenes acuosos y nebulosos, y la imaginación siempre intenta aferrarse a formas conocidas, vistas aéreas o endoscópicas, escalas imposibles de asir. Esos flujos de materia negra, esas masas y esas gotas, fuera de toda representación le ofrecen sin embargo, un soporte a la imaginación, una apertura al ensueño. Aunque conservan su pureza abstracta y se prestan para las interpretaciones no son sino un préstamo, no se revelan. 



ST, serie Terra incógnita, 2016. Acrílica sobre papel. 160 x 120 cm. Foto José Manuel Costa Alves




La exposición se llama Terra Incognita, aquellas zonas de los mapas antiguos que a veces se quedaban blancas, y otras veces se poblaban de fantasías animales, vegetales o minerales del cartógrafo. Pero me parece que hay que remontar todavía antes y que nos encontramos antes de la tierra misma, que nos encontramos en los primeros versículos del Génesis, cuando la tierra estaba vacía y vaga y que las tinieblas cubrían el abismo. Estamos entre el cosmos infinito y el agua insondable, y jamás serán descubiertas esas tierras desconocidas, ningún mapa sabrá jamás guiarnos por esas tinieblas (y no debe ser en vano que la artista cita a John Milton entre sus inspiraciones).




ST, serie No vazio da Onda, 2014. Acrílica sobre papel. 23 x 31 cm. Foto José Manuel Costa Alves



Las obras son instantáneas de una transformación permanente, rechazan cualquier definición definitiva, muestran la inmensidad de los fractales y la fluidez de los caudales, sin fronteras, solamente las que les da la artista al ponerlas en un marco, sobre un papel son artificiales. Porqué cortar por aquí más bien que por allí, porqué enmarcar así y no de otra manera : se adivina que esos dibujos no son sino las partes de un todo inmenso, ilimitado, del cual la artista nos está ofreciendo aquí solamente tal o tal pequeña parte. Aquí pensé en los Equivalentes de Stieglitz más que en cualquier otro trabajo con tinta (los de Víctor Hugo, por ejemplo), fotografías de nubes que no tienen ni arriba ni abajo, ni derecha ni izquierda, y que no son sino enmarques del cielo, como los papeles de Teixeira no son sino enmarques de un misterio más profundo aún, todavía más alejado de la realidad concreta (y que ya ha trabajado con la clasificación de las nubes). 




ST, serie No vazio da Onda, 2014. Acrílica sobre papel. 23 x 31 cm. Foto José Manuel Costa Alves



Además de la decena de composiciones grandes, hay dos pequeñas series, una en torno al cráneo y al otro. En el vacío de la ola, unos veinte dibujos pequeños, fluidos, acuosos, en los cuales las gotas parecen emerger de las profundidades del papel, como instantáneas rápidas, fotogramas a lo largo de los cuales uno se pasea reconstituyendo su encadenamiento. 

Fotos cortesía de la artista 

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