14 de diciembre de 2020, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Jacqueline de Jong, Same Players Shoot Again, vista de la exposición Treize, diciembre 2020 |
La exposición de Jacqueline de Jong en el Stedelijk en Ámsterdam en 2019 bien podía llamarse «Pinball Wizard» pero no se podía jugar con las maquinitas en las salas del museo, mientras que en Paris, hasta el 16 de enero, una exposición pequeña de Jacqueline Jong en este centro de arte parisino (desprogramado dos veces este año a causa del confinamiento) les da la posibilidad de jugar a lo que en los años de colegio preanglicistas, llamábamos maquinitas. Por un lado es un juego al mismo tiempo ágil y brutal, erótico y violento, orgásmico dice ella (hacer tilt...), y un juego históricamente semi clandestino en el cual se juega contra el aparato. Pero, y es también ese aspecto que le interesa a Jacqueline de Jong, es un juego topológico: mis viejos recuerdos de las matemáticas se despiertan y veo bien el interés que los Situacionistas le encontraban a la topología, que preserva la estructura a pesar de las deformaciones y sólo tiene en cuenta los límites y no las formas. La artista, en un corto video de VPRO que data de sus treinta, cita el pene como objeto topológico ideal, adoptando formas (y roles) diferentes según las situaciones, con un volumen y un aspecto cambiante. En The Situationist Times, la revista gráfica, colorida, inventiva, enciclopédica (todo lo contrario del lúgubre boletín del IS) que Jacqueline de Jong edita después de haberse ido de IS, tres números le fueron dedicados a motivos topológicos, el nudo, el laberinto y el aro; pero el número 7 previsto para el pinball nunca salió.
Jacqueline de Jong, The pain is beautiful, serie Crónicas de Amsterdam, 1971, pintura sobre lienzo, celuloide, madera, bisagras metálicas |
Además de jugar al pinball (un Gottlieb Jungle Queen de 1977) en un ambiente alegre, el interés principal de esta exposición es que retoma los documentos, cartas, fotografías y dibujos que debían componer aquel número 7 sobre los pinballs. El pinball se ve como un espacio en el cual la bola va a derivar, una situación que esta va a trasformar. Es el descubrimiento de este ordenador juguete que funciona también con bolitas y válvulas pero con fines más científicos, lo que le recuerda a Jacqueline de Jong la existencia de la documentación olvidada en una caja, luego la muestra primero en Oslo en 2017 (luego en Malmö, Silkeborg y en el Stedelijk antes de llegar a Paris). La exposición muestra también otras obras de Jacqueline de Jong, serigrafías Pinball Wizard (una en la pared del fondo en la foto aquí arriba), cuadros, cartel de Mayo 68, y este cuadro valija de las Crónicas de Ámsterdam. Con la revista aquí presentan videos de entrevistas (ver aquí) de Ellef Prestsaeter (autor de este libro de referencia sobre el tema; introducción) con la artista ojeando y comentando los seis números, auspiciada por el Scandinavian Institute for Computational Vandalism (fundado por Asger Jorn).
Jacqueline de Jong, Entrevista con Gallien Déjean, Aware / Manuella éditions, 2020 |
Acaba de salir un libro de entrevista excelente, de Gallien Déjean con Jacqueline de Jong (luego de su premio Aware; 128 páginas, unas cuarenta ilustraciones, 15€). Gallien Déjean que es uno de los cuatro curadores de la exposición la interroga detalladamente sobre su vida que fue bastante movida desde la infancia y siempre más bien bohemia (la «baronesa gitana»), con una voluntad constante de autonomía y una creatividad desbordante. La hizo hablar de su arte, un poco de sus ideas estéticas («yo no era una gran filósofa cuando pintaba», p. 58), y mucho, y muy bien, de la energía de sus cuadros, del movimiento que los anima y de su inspiración. Como el libro es editado por Aware, intenta hacerla hablar de su interés por el feminismo pero sin lograrlo: sigue siendo libre, aquella que Restany calificaba de «la pequeña situ» (p.60), contesta con su franqueza habitual: «En aquella época no realmente... Desde el punto de vista artístico tendía a desconfiar de la forma de narcisismo que podía generar el feminismo y que me parecía un fastidio» (p.63), dice afirmarse y luchar en calidad de artista y no en calidad de mujer. Y (p.31), desmiente todo «hedor sexista» por parte de Guy Debord. Es un libro muy interesante pero con algo extraño: tiene 145 notas de pie de página, algunas muy útiles e instructivas, pero cuando por ejemplo se lee una información tan útil como la «nota 10: Pierre Soulages (nacido en 1919), pintor, grabador y escultor francés» (o idem con Dubuffet, César, Michaux, Ernst, etc.), da risa.
Fotos 1 & 2 del autor.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire