14 de octubre de 2019, por Lunettes Rouges
Portada del libro, ilustrada por Bill Traylor, Ladrón de pollos, 1939-42, pintura sobre cartón, 33,7×17,8cm |
La colección de arte «outsider y vernáculo de Victor Keen, que en general se puede ver en la Bethany Mission (una antigua misión Quaker para la educación de los negros) en Filadelfia, está actualmente (hasta el 12 de enero) en el Centro de arte Sangre de Cristo en Pueblo (Colorado), la ciudad natal del coleccionista, y es objeto de un catálogo en inglés de 272 páginas, Outsider & Venacular Art. The Victor F. Keen Collection, publicado en 2019 por el coleccionista y el editor muniqués Hirmer. Puesto que no he visto la exposición (y sin perspectivas de ir a Colorado en los próximos tres meses), solamente les hablaré del libro. Después de las introducciones del director del centro de arte y de Victor Keen que cuenta cómo construyó la colección, hay tres ensayos: el de Edward Gomez (de RawVision) describe al coleccionista y su pasión, el del crítico Lyle Rexer (autor de The Edge of Vision, un libro esencial en mis investigaciones) que analiza en detalle las obras de algunos de los artistas (entre los cuales el metódico Ken Grimes que informa acerca de sus contactos con los extraterrestres: «la obra más programática de la colección, y el diseño más dramático», escribe), y el del galerista Franck Maresca (quien ha acompañado a Victor Keen en sus compras -unas doce reseñas sobre los artistas no proceden de la página de su galería) reanuda el tema eterno de la definición del arte outsider, marginal, naïf, popular, autodidacta, un debate sin fin.
Thornton Dial, ST, hacia 1995, carboncillo, grafito y pastel sobre papel, 112,4×76,8cm |
De los 41 artistas presentados (cada uno con una reseña biográfica y entre 1 y 16 reproducciones), 32 son norteamericanos, 6 austriacos (de Gugging), un suizo (Wölfli), un argentino que vive en España (Marcos Bontempo y sus criaturas fantasmagóricas, más abajo) y un nigeriano, Prince Twins Seven-Seven (dos de sus composiciones mitológicas fueron mostradas en los Magiciens de la Terre -los Magos de la Tierra-, pero francamente no recuerdo). Entre los norteamericanos hay bastantes afro descendientes, por ejemplo, Sam Doyle, Minnie Evans, Clementine Hunter, Elijah Pierce, el extraordinario Bill Traylor (en la portada del libro, arriba) y muchos otros. El único fotógrafo incluido es Eugene von Bruenchenhein y es también el único junto a Thornton Dial, quien, dentro de este conjunto bastante puritano, muestra cierto erotismo: una parsimonia bastante sorprendente en este universo. De Lee Godie, no hay sino dibujos y acuarelas, no hay fotografías.
Hawkins Bolden, Espantapájaros (disco amarillo con orejas y lengua azules), 1980-84, ensamblaje de objetos encontrados, 27,9×27,9×5,1cm |
Si Wölfli, los artistas austriacos y algunos estadounidenses ya son conocidos en Europa, y están en las colecciones de Lausanne, Montreuil, Villeneuve d’Ascq o de Sao Joao da Madeira (por ej. George Widener o Edward Deeds), y algunos están en las galerías como Christian Berst (James Castle, Martin Ramirez, William Hawkins), pero otros mucho menos, este libro es una ocasión excelente para descubrirlos. Presentaré solamente algunos, entre los menos conocidos aquí. Hawkins Bolden (1914-2005), sufría de epilepsia, construía a partir de materiales encontrados, unos espantapájaros que se convierten en esculturas antropomorfas espantosas y fantásticas, que a veces recuerdan a Rauschenberg.
Jacques de Dû-Galss, Moose Lodge, Lynxbourgh, Indiana, hacia 1992, grafito y lápices de colores sobre papel, 27,9×44,5cm |
Jacques de Dû-Glass (su afrancesado de Douglas, 1931-1993) creó una ciudad imaginaria, Lynxbourgh, dibujó los planos, las vistas urbanísticas, los edificios, con una precisión de topógrafo: es una ciudad ideal, perfecta y sin habitantes, sólo algunas huellas de su paso, (Moose Lodge, la logia ímpetu, se refiere a esta fraternidad).
Henry Ray Clark, ST, 1999, marker and pen on manila folder, 29.2×38.7cm |
Henry Ray Clark (1936-2006), pequeño delincuente negro de Tejas, traficante y rufián, pasó 24 años en la carcel en donde se puso a dibujar composiciones geométricas habitadas por sus sueños (arriba del dibujo: «Las cadenas de mi pesadilla»), con una figura de semidiós extraterrestre, aparece como un insecto prisionero en el ámbar (las zonas amarillas del dibujo son reservas, es el color del sobre en el cual dibuja pues no tiene papel). Esta forma de dibujo casi automático (dice que dibujo de manera más o menos inconsciente mirando la televisión) fue para él un medio de evadirse de la carcel, y quizás también una afirmación de sus vínculos con potencias (¿justicieras?) por encima del mundo y de las leyes de los hombres que lo habían encarcelado.
Marcos Bontempo, ST (Hombre con la mano alzada), 2012, tinta y sal sobre papel, 100,3×69,9cm |
Aunque al catálogo le falta algo de reflexión crítica (excepto el ensayo de Lyle Rexer), y su ámbito es bastante amplio (hasta el arte naïf y una colección de radios Catalin de plástico), es una oportunidad para descubrir artistas marginales originales y poco conocidos en Europa. Además, son apreciables las cuatro páginas de bibliografía sobre los artistas al final del libro.
Libro recibido en servicio de prensa.
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