dimanche 11 octobre 2020

Memorias compartidas, fotografías y vídeos de artistas árabes

 


7 de octubre de 2020, por Lunettes Rouges


(artículo original en francés, aquí)


Dahmane, Yasmine, Charles Antoine Cambon, 2016, 7305x90cm


El galerista Claude Lemand, hijo de un chofer de taxi de Beirut, y su esposa France, acumularon a través de los años una de las más importantes colecciones privadas de arte árabe contemporáneo y la donaron al Instituto del Mundo Árabe, el cual ha hecho ya varias exposiciones con ella: la actual (hasta el 20 de diciembre) presenta ocho fotógrafos y videastas, entre el Magreb y el Levante. Cada artista sigue una linea original pero la colección tiene una coherencia política: la fotografía fue, en el siglo XIX, uno de los grandes vectores del orientalismo y de la visión colonial sobre los «árabes», y actualmente esos artistas se la apropian para deconstruir los tópicos como por ejemplo aquí arriba el franco argelino Dahmane transforma el exotismo y el erotismo en irrisorios.


Randa Maddah, Light Horizon (Horizon léger), vidéo, 2012


Los artistas dan testimonio del exilio y de la destrucción, no solamente de las casas sino también de las memorias y de la historia, tal como lo hace la sirio palestina Bissane al Charif, que filma en stop-motion la destrucción de maquetas de las ciudades sirias, se trata de una construcción que reproduce la realidad; o la siria del Golan ocupado Randa Maddah, de quien hablaba hace unos días, muestra un video en 2012, en el cual revisita una casa del Golan destruida por los israelíes, la limpia y la barre con una obstinación digna de Antígona, y luego se instala para contemplar el paisaje, y, a lo lejos, la patria perdida: ese gesto es un intento irrisorio pero obstinado para luchar contra la eliminación de la historia por el ocupante, contra el gran reemplazo colonial, para conservar su cultura viva y mostrar su esperanza. Maddah presenta dos otros videos, en In View hay unos pequeños espejos suspendidos que difractan y reflejan los paisajes del Golan; y el Tarmîm (Restauración) en donde la artista despeja un hueco en una pared bombardeada y lo arregla con cinta adhesiva que después pinta, para anular así la destrucción perpetrada por el ocupante.


Steeve Sabella, La Gran Marcha del Regreso, 2016, diámetro 200cm

Comparten recuerdos de la lucha, como por ejemplo la franco argelina Halida Boughriet con sus fotografías de combatientes del FLN que posan 50 años más tarde como odaliscas, o el palestino Steve Sabella que crea frescos de la gran marcha del regreso, todos los viernes en Gaza. Esos collages de fotografías de prensa, muestran el encierro de los autóctonos en un espacio finito y sellado y van combinados con imágenes del espacio, del infinito, como un tondo a la Miguel Angel. No solamente protestan contra la ocupación sino que también exigen el derecho al regreso, a la apertura del espacio y de su dimensión histórica, la extensión de los límites. De Sabella hay también dos fotografías de la bonita serie In Exile


Nassouh Zaghlouleh, Damas (#33), 2014, 110x110cm


O, de manera más tradicional, cuentan la nostalgia de su ciudad y la tristeza del exilio, como el franco libanés François Sargolongo, el tunecino Rihda Zili, o, de manera más formal, el sirio Nassouh Zaghlouleh. Este último, errando en las calles de Damas captura la nostalgia de su infancia en cuadros recortados en los que juegan la sombra y la luz. Para concluir, es una exposición que muestra que el coleccionista ha tenido muy buen ojo  (y también su generosidad) y también afirma a su nivel la compleja identidad del mundo árabe, entre pasado glorioso, presente oprimido y porvenir preocupado. 

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