11 de octubre de 2020, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Entre las exposiciones que hay en este momento en el Museo del Chiado, el fotógrafo Todd Hido ocupa el lugar de honor (hasta el 3 de enero). Su serie Bright Black World explora los paisajes desolados del norte de Europa, paisajes desiertos, velados, inciertos, brumosos, de luces atenuadas, de cielos cubiertos. Son paisajes de los que emana cierta singularidad, cierto desconcierto a la vez fascinante e inquietante.
Todd Hido, serie House Hunting, vista de exposición foto del autor |
Son paisajes modelados solamente por la naturaleza. Mientras que las casas de la serie House Hunting, cuyas ventanas encendidas en la noche parecen más bien trampas que faros y reflejan un malestar aún más profundo, ya que el hombre siempre invisible, está agazapado en la oscuridad. Todo aquí es misterioso, ya nada es familiar. Hido siempre ha demostrado su capacidad para crear una atmósfera peculiar a partir de temas finalmente banales, pero estas dos series son el pináculo. No diremos tanto de las mujeres más bien trash que pueblan las salas del fondo de la exposición.
Antonio Faria, O Elogio da Melancolia, vista de la exposición, f. del autor |
Al lado, un dibujante portugués, Antonio Faria, realiza grandes composiciones murales, reúne hojas grandes de papel que cubre con un trazo monocromo, marrón o rosa, en otro lugar verde o azul. Grandes composiciones vegetales ocupan su espacio, ramas de árboles, bosques, cuyo motivo se acerca a la abstracción. A veces, surgen mitos, estatua de Laocoonte o esqueletos de centauros, pero podemos preferir las composiciones desiertas, menos anecdóticas. Y el vacío algo preocupante induce sin embargo una paz tranquila, cierta forma de meditación: la exposición se intitula Elogio de la Melancolía, está dicho todo (hasta el 30 de noviembre).
Shahar Marcus, Dig, video, 2019 |
En la planta baja de Museo, de lejos, se oyen gritos, gemidos, jadeos, onomatopeyas incomprensibles de las cuales no sabríamos siquiera identificar la lengua. Atraídos por ese alboroto nos encontramos delante de un video corto en bucle en el cual unos jovencitos, claramente mediterráneos (pero ¿de dónde?) sacan piedras, se ve que son las ruinas de una casa después de un temblor o de un bombardeo del ejército de un país vecino, no se sabe. Se ven manos, polvo, cuerpos que sufren por el esfuerzo, que se entre ayudan. La imagen titila, oscura, la angustia se instala, y, como si fueran Sísifos modernos, vuelven y empiezan sin cesar (hasta el 25 de octubre; después de otros videastas de Loops). Es imposible no ver una metáfora del país del videasta, Shahar Marcus. Otra forma de inquietud.
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