(artículo original en francés, aquí)
David Goldblatt, Mujer fumando, parc Joubert, Johannesburg, 1975, 40x40cm |
La exposición del fotógrafo sudafricano David Goldblatt (que se terminó el 13 de mayo en el Centro Pompidou) es una muy buena retrospectiva de su obra (de la ya habíamos visto una buena muestra hace 7 años en La Fundación Cartier-Bresson). Esta exposición es mucho más completa y cubre toda su historia. Se abre con una sección intitulada «Particularidades» en la cual Goldblatt muestra gentes, posturas, gestos, detalles de cuerpos : planos detalle, más poéticos que políticos que muestran una faceta menos conocida de su obra.
David Goldblatt, Leeu Gamka, Western Cape, 30/08/2016 |
En 2011 me había impresionado por «la manera como el fotógrafo sabe expresar la opresión con respecto al espacio, al territorio, a la ocupación y al desplazamiento», y sigue siendo así. La casi totalidad de las fotografías que presentan están relacionadas de una u otra forma con el apartheid. Esta es una huella, un vestigio, una inscripción en el terreno de la historia de la segregación : ese puente estaba cortado en dos, blancos y no blancos tomaban escaleras diferentes. No hay (otros) signos, pero, en 2016 frente a ese puente, hoy frente a esta foto, cada cual entiende enseguida. Y ahí está la fuerza modesta de Goldblatt.
Broomberg & Chanarin, Divine Violence, Centro Pompidou, vista de la exposición |
La otra exposición de fotografías en el Centro Pompidou (se terminó el 21 de mayo) se halla en las antípodas : al igual que aprecio ciertas obras de Broomberg y Chanarin (en particular los fotogramas de Afganistan, a la vez políticos y experimentales), igual esta exposición no les rinde justicia. Pegar atrocidades de la guerra en las páginas de la Biblia es ciertamente un enfoque radical pero algo simplista. En todo caso es el tema de un libro y no de una exposición, y menos de una tan decepcionante, banal y literal como ésta. ¿Quién se va a subir en esas ridículas escaleras rojas para intentar leer las hojas en las paredes? Uno se pregunta lo que pudo provocar tal escenografía, salvo un deseo inconsciente de aplastar al espectador.
Broomberg & Chanarin, War Primer 2, MACK, Londres, 2011 |
A la hora en que algunos exigen que se expurge el Corán de las suras violentas hacia los infieles, yo busqué en vano en la pared los versículos de Deutoronomio (13.6-10) : «Si te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis, de los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; no consentirás con él, ni le prestarás oído; ni tu ojo le compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás, sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo. Le apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.» Una noticia bastante reciente hubiera entregado fotografías totalmente adaptadas para la ilustración de ese mensaje. Por lo demás, en las vitrinas que entorpecen la lectura, aplican un esquema similar al ABC de la guerra de Brecht : perdemos en el cambio, no es Brecht el que quiera. iQué lástima! Quizás, en efecto, puedan ir «entre dos desfiles de moda»
Foto 3 del autor
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