mardi 14 février 2023

Sobre la fotografía : Poivert y Smith

 


31 janvier 2023, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Portada del libro, con Julie Cockburn, The Meteorologist, 2014, fotografía encontrada bordada, chorro de tinta, 25.3×20.4cm (pág. 151).


El libro Contre-culture dans la photographie contemporaine de Michel Poivert (Textuel, 2022, 304 páginas, 180 imágenes de página entera, recibido en servicio de prensa) es una buena cosa pues viene a aclarar una corriente de la fotografía que aunque ya existía antes, solamente desde hace 12 años ha recibido atención  gracias a festivales (el de fotografía experimental de Barcelona, el la imagen tangible en Paris), salones ((A ppr oche, Offscreen), exposiciones (en V&A, MAM,  l’ICP, GESTE, Folkwang, CPIF) y libros (Lyle Rexer, Yannick Vigouroux, Diarmuid Costello, Geoffrey Batchen y este servidor), por citar sólo a algunos. Es una corriente que nació después de la llegada de lo numérico omnipresente y que comprende enfoques variados tal y como se puede ver en la diversidad expuesta aquí arriba y que Michel Poivert agrupó bajo el auspicio de la contra-cultura, de la heterodoxia, de la resistencia al modelo dominante, al progreso impuesto. Cuando la fotografía no es solamente una imagen sino también un objeto material (como lo demostrará una exposición en la Bnf en ocrubre 2023), cuando también se trata de ir en contra de la iconografía preponderante y hacia la emancipación, se trata de ética, de ecosofía. La breve introducción intitulada «Algo más que una imagen», bosqueja un cuadro general del paisaje; seguida de siete capítulos temáticos cuyas fronteras son algunas veces borrosas; nos hubiera gustado tener en la introducción una «carrilera» introductora a los siete capítulos. 


Carmen Winant, My Birth, 2018, instalación de 2000 documentos encontrados e impresiones fotográficas avec cinta pegante, dimensiones variables, pág. 50-51.


El primer capítulo « la photographie surcyclée » -la fotografía sobreciclada- trata de retomar fotografías existentes, de despertar imágenes vernáculas, de la colecta y reempleo, que va al contrario del derramamiento fastidioso de imágenes que ya Rimbaud denunciaba en 1871. Entre los 22 fotógrafos de este capítulo encontramos a Isabelle Le Minh o documentación céline duval. Aquí arriba una composición de la estadounidense Carmen Winant que lleva cantidad de fotos recortadas, son cuerpos y fragmentos de cuerpos femeninos reunidos en un fotomontaje exuberante. No facilitan la lectura, desde el primer capítulo empieza la molestia: el orden de las reproducciones no sigue el orden del texto, le toca a uno improvisar o referirse sin cesar al índice, y una artista cuya obra está descrita en el texto no está en el cuaderno de imágenes mientras que hay dos que no están en el texto.


Kali Spitzer, Eloise Spitzer, 2015, ferrotipo al colodión húmedo, 25.4×20.3cm, pág. 110.


Los dos capítulos siguientes tratan de técnicas y de procesos antiguos, primero de cámara estenopeica, de foto povera, lomografía, fotograma, además de cianotipia, calotipia, ambrotipia, colodión, goma bicromatada, etc. Los artista que vuelven así a las fuentes de la fotografía nos son nostálgicos sino que buscan la autenticidad, la materialidad que la modernidad ya no permite. En los dos capítulos hay 43 artistas, de Alison Rossiter a Driss Aroussi y de Matthew Brandt a Vittoria Gerardi. Aquí vemos un ferrotipo al colodión húmedo de la canadiense mitad autóctona, mitad judía, Kali Spitzer, que eligió utilizar la técnica de los retratos de amerindios del siglo XIX como para reparar la mirada colonial que entonces se tenía sobre ellos. 


Marina Font, Untitled, 2015, serie Dark Continents, impresión pigmentaria sobre lienzo, gesso, carpeta e hilos montados sobre tabla, 47.5×35.6×3.8cm, pág. 153.


Los dos capítulos siguientes se interesan por la materialidad aumentada del objeto fotográfico: primero la manufactura, las intervenciones en la fotografía con bordados (por ejemplo la portada del libro con Julie Cockburn), costuras, trenzados (abajo por la iraní londinense Samin Ahmadzadeh), con perforaciones, puntillas, dibujos o escritura; luego la amplificación, la fotografía escultural impresa en metal, vidrio, mármol, porcelana; o despegada o vuelta a pegar, lo que le da relieve, una tercera dimensión. 37 artistas, de Carolle Bénitah a Joana Choumali y de Dune Varela a Sylvie Bonnot. Aquí arriba una fotografía adornada con una carpeta esconde-sexo en forma de útero, de la argentina residente en Estados Unidos, Marina Font, que explora el continente negro de la sexualidad femenina y se esfuerza por expresar sus propias pulsiones inconscientes. 


Douglas Mandry, Plaine-morte-210421_020, serie Monuments, 2020-21, fotograma sur papel Kodak au estenopo de vidrio, 50.7×40.6cm, pág. 266.


Los dos últimos capítulos tienen que ver con la ciencia: las «fábulas ecosóficas» en las cuales la fotografía se aúna con la expedición científica, la geología, la botánica, la naturaleza, el senderismo, y luego la imaginaria de nuevos mundos, las utopías de mundos posibles ya sean vinculados a la verdadera ciencia o al contrario a los mitos, a lo sagrado. 35 fotógrafos, de Dove Allouche a Raphaël Dallaporta y de Lionel Bayol-Thémines a Stéphanie Solinas. Aquí arriba un fotograma del suizo Douglas Mandry que introdujo en su cámara estenopeica bloques de hielo sacados de glaciares que interactúan químicamente con el papel fotosensible: es como un grito de alarma sobre el calentamiento global y el deshielo. 


Samin Ahmadzadeh, 10 000 Faces II, 2017, fotografías trenzadas a mano sobre contrachapado de abedul barnizado, 18.5×24.8×1.8cm, pág. 138.



Sin que haya realmente conclusión, el último capítulo se termina con estas palabras «una respiración utópica inmensa - una liberación de la imaginación». Es un libro abundante sobre ese nuevo componente de la fotografía, un libro poético y comprometido. Pero no es un libro académico: no tiene lista de exposiciones ni biografías de artistas, ni (lo sentimos mucho) bibliografía. Michel Poivert cita muy pocos libros de referencia: Lyle Rexer brevemente, Gunther Andres, Ivan Illich, apenas a Vilém Flusser por una precisión semántica aunque es uno de los que mejor ha teorizado este enfoque contra cultural, es decir que la resistencia al modelo dominante y la «liberación de la imaginación» de Poivert le responde a la última frase del libro de Flusser: «esta filosofía [de la fotografía] es necesaria porque es la única forma de revolución que nos queda abierta todavía». No seré pedante listando a todos los autores que hubieran podido citar, lo que le hubiera abierto al lector un ámbito de reflexión, pero no era ese el propósito. Otro pequeño reproche: aunque los 126 fotógrafos presentes muestran una paridad H/M intachable (el ambiente actual lo obliga), solamente un tercio de ellos no son franceses (o de la escena francesa), hubieran podido abrir más a lo internacional. Descubrí a mucha gente (todas las reproducciones que puse aquí), pero en cambio hay muy pocas figuras importantes (Oscar Muñoz, Bernard Plossu, Pierre Cordier sin imagen) entonces las ausencias son sorprendentes (pero tampoco aquí habrá lista pedante). Pero a pesar de todos los reproches es un libro apasionante. 


Portada del libro, con Valérie Jouve, Sin título (Los personajes con Andréa Keen), 1984, C-print, 100x130cm


El libro de Olga Smith, Contemporary Photography in France. Between Theory and Practice (Leuven University Press, 232 páginas, 11 fotos en B&N en el texto, 28 de color en un cuaderno, bibliografía de 18 páginas) está destinado a un público de habla inglesa para remediar un poco la escasa cantidad de libros en inglés sobre el tema. Se diferencia de un libro traducido, por su punto de vista original, el de una extranjera que conoce bien Francia y que propone una perspectiva algo diferente, más amplia y menos arraigada y distanciada del «genio francés». Pero el interés del libro va mucho más allá de la simple presentación más o menos temática del panorama de la fotografía francesa contemporánea, que podría ser bastante desabrida; pero de manera apasionante la autora crea vínculos entre escritura y fotografía, entre filosofía y arte. Los tres primeros capítulos tienen el mismo formato: un momento (los años 70, los 80 y el periodo 1990-2020), un escritor (Barthes, Baudrillard, Rancière), un concepto integrador (la subjetividad, los objetos, el compromiso) y trabajos de fotógrafos del periodo. Podría ser pesado y superficial pero es apasionante, y es la parte más innovadora del libro. Es verdad que no se aprende mucho sobre Barthes, demasiado conocido, pero los capítulos con Baudrillard y Rancière no solamente presentan textos desconocidos de estos autores (sería bueno que los editaran) sino que hace un análisis profundo e inteligente. El diálogo entre filosofía y fotografía es la primera calidad de este libro para aquel que conoce ya un poco la escena francesa. La contraparte es que trata poco de otros autores que de los tres mencionados y que por ejemplo toda la rica investigación francesa sobre fotografía y psicoanálisis (Tisseron, Barreau, Gagnebin, Kofman) no se menciona. Analiza en detalle a algunos fotógrafos; los textos sobre Depardon y en especial sobre Boltanski joven son muy interesantes. Nos hubiera gustado una mirada más crítica sobre otros fotógrafos (Bourouissa). La mayoría de los fotógrafos están bien asentados no se descubre a nadie (la más joven, me parece es Noémie Goudal que tiene 38 años); hay muy poca cosa sobre la fotografía experimental y la contra cultura explorada más arriba. El 4° capítulo no tiene el mismo patrón, trata de la fotografía del paisaje que es en efecto un elemento importante de la fotografía francesa; propone una vista transversal bastante completa y vincula el tema con la crisis ambiental. Pero desconcierta un poco la ruptura de ritmo y de enfoque después de los tres primeros capítulos. La conclusión defiende de forma inteligente la idea de una historia no nacionalista de la fotografía. Nota deontológica: libro recibido de las ediciones de la Universidad de Leuven para agradecerme el haber leído el libro antes de su publicación. 




Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire