03 de agosto de 2019, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Helen Levitt, New York, 1940 |
Es verdad, los Encuentros de Arles fallaron con la celebración de sus 50, pero existe sin embargo una constante, la generalmente buena calidad de las exposiciones históricas, sobre fotógrafos-monumentos, con un aparato crítico bien hecho. Tres de ellas llaman la atención este año: la de Helen Levitt, la del periplo de Germaine Krull y (fuera del programa oficial) la del Museo Réattu. Helen Levitt es una fotógrafa que creemos conocer bien una vez que hemos visto una exposición de ella (tal como ésta, hace doce años): los niños de las calles de Nueva York, su alegría de vivir a pesar de la miseria, su ternura por ellos sin ir (al contrario de muchos de sus contemporáneos) hasta un compromiso político, y listo. La presente exposición no se sale casi nada de ese marco predefinido: disfrutamos de nuevo del teatro de la calle, los niños, ni patéticos, ni discretos, juegan y ríen, son ellos quienes subvierten el mundo, siempre vemos una pizca de singularidad (este «espejo»), además unas máscaras algo inquietantes y también fotos de grafiti. Quizás en particular con el tema de la puerta de la calle en donde los adultos ociosos miran pasar el tiempo, hay un enfoque más fríamente documental, etnográfico, distante. Únicamente sus fotos de México en 1941 (que se muestran rara vez) son más duras, más violentas: no hay humor, Helen Levitt ya no tiene un vínculo particular con sus sujetos, documenta la miseria, es todo. Y sigo tan poco impresionado por sus fotos en colores.
Germaine Krull, ST, Guyane, 1941 |
Magnífica historia la del Capitán-Paul-Lemerle, en el que en 1941 embarcan en Marsella, proscritos, judíos, intelectuales y artistas que quieren irse de la Francia de Vichy vía la Martinica: Claude Lévi-Strauss, André Breton, Victor Serge, Wifredo Lam, así como una fotógrafa (de origen alemán pero con pasaporte neerlandés), Germaine Krull (nacida en 1897) y un joven guionista judío de 30 años, Raymond Assayas, quien, con un certificado de bautismo falso (lo muestran en la exposición), se hace llamar Jacques Rémy. Después de haber sido internados en Fort de France, algunos se fueron para Estados Unidos, Germaine Krull irá a Brasil pasando por la Guyana. Adrien Bosc hizo una novela con ello y esta exposición (y su catálogo) utilizan los textos de Jacques Rémy y las fotos inéditas de Germaine Krull, que encontraron en la casa de Olivier Assayas. Es una muy bella historia, los textos, que hay que leer en esta exposición bastante lineal, son emocionantes, a pesar de algunos errores (Para y Pernambouc son estados y no ciudades del Brasil) y simplificaciones (el Lazaret de Fort-de-France, por duro que hubiera sido no fue ningún «campo de concentración», y Rio no se define únicamente con el carnaval). Magnifica historia, pues, pero fotografías que defraudan: es verdad que son formatos pequeños un poco amarillentos, pero aunque se miren bien, en ninguna de ellas, se encuentra la fogosidad, la libertad, la poesía revolucionaria de aquella que apodaban «perro rabioso». Se trata de vistas convencionales, retratos de viajeros, pequeñas escenas divertidas, pero nada, que fotográficamente, esté a la altura del evento. No es que «haya perdido la mano» después de 1940, como lo pretendieron algunos: meses más tarde hace unas fotos de Ouro Preto de las cuales algunas son buenísimas. Es probable que aquel viaje agotador no se prestara para otro tipo de producción fotográfica que no fuera anecdótica. Sólo las fotos de «mis amigos condenados» y las de negros «pintorescos» del Maroni de las dos semanas pasadas en Guyana elevan un poco el nivel.
Joseph Jachna, ST, Water, 1958-61 |
Bajo un título demasiado abstruso que no le hace justicia, una excelente exposición histórica que presenta el Museo Réattu (hasta el 29 de septiembre; curadora asociada Françoise Paviot) sobre cinco fotógrafos (más uno) vinculados al Bauhaus de Chicago (Instituto de Diseño). Después de una historia del Bauhaus transplantado a Chicago en 1937 con Laszlo Moholy-Nagy y los que le siguen, Arthur Siegel, Harry Callahan y Aaron Siskind, la exposición hace una descripción de ese movimiento y de su estética, y cita también a Nathan Lerner y Minor White. Documentan el encuentro en Aspen en septiembre/octubre 1951 (entre Beaumont Newhall, Ansel Adams, Dorothea Lange, Berenice Abbott, Ferenc Berko y Minor White, entre otros) que desemboca en el lanzamiento de la revista Aperture el año siguiente, bajo la dirección de Minor White. Y presenta sobre todo el trabajo de cinco estudiantes de Chicago, los cinco primeros que obtuvieron un Master en fotografía, trabajos que Aperture publica en 1961. Los cinco estudiantes, que pasaron por la misma escuela de pureza y de rigor, se interesan por temas bien diferentes: Ray Metzker por la vida urbana, Ken Josephson por las imágenes múltiples, Joseph Sterling por los retratos de adolescentes, y aquí arriba Joseph Jachna por los juegos abstractos del agua, del barro y de la luz.
Charles Swedlund, ST (the search for form study of the human figure), 1961 |
El quinto (que me parece el más interesante, el más discreto) es Charles Swedlund, que juega con la descomposición de las formas de los cuerpos con lo borroso, la sobre imposición, la larga duración de las tomas. La exposición presenta también a un alumno japonés del instituto, Yasuhiro Ishimoto, quien se unió a los otros cinco para una nueva presentación en 1966. El paralelo con Arles es interesante: una escuela (desde 1937), encuentros (en 1951 pero que seguirán), y, una gran diferencia, una revista de referencia que Francia no tiene.
Barbara Crane, ST, Human Forms, 1963 |
Y como no había sino hombres en esta exposición, cosa muy mal vista en Arles en estos tiempos, los curadores añadieron una sala con Barbara Crane, alumna de Siskind en el Instituto. Sus investigaciones formales, sus fotos de corte abstracto, completan el cuadro. El catálogo retoma palabra por palabra aquel número de Aperture, y sobre todo pone el movimiento, poco conocido en Francia, en su contexto histórico y estético. Es una exposición histórica de calidad.
Camille Fallet, Approximation remotivée (American re-photographs), 2016 |
Es también el caso de la exposición sobre la revista belga Variétés, creada en 1928 y en donde encontramos, entre otras, a Germaine Krull. En fin, bonito guiño, Camille Fallet, anti fotógrafo acostumbrado a esos homenajes, reconstituyó en tres dimensiones y en color un monumento de la historia de la fotografía, el License Photo Studio, New York, 1934 de Walker Evans; construyó la maqueta, luego la fotografió, como una construcción en abismo. Es una manera creativa y original de apropiarse de la historia con su mirada propia. También podemos visitar la historia.
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