(artículo original en francés, aquí)
Henrique Vieira Ribeiro, série Artefactos 2016, fotografia, jato de tinta s/papel de algodão Hahnemuehle William Turner 310 gms, ed. 4 (2+2)+P.A. |
¿ Usted que sabe de radioaficionados ? Poca cosa, un pasatiempo técnico a menudo obsesivo, pero también algo como una sociedad secreta con sus claves extrañas (QRZ, QSO, 88, …), sus diplomas (WAC, DXCC), todo un proceso auto reflexivo en el cual lo que cuenta es el hecho de comunicar, mucho más que el contenido de la comunicación y de preferencia con un país extranjero. Es curioso que una actividad tan auto centrada y tan basada en el proceso (y que además haya sido practicado por famosos) no haya inspirado a filósofos, sociólogos o artistas (salvo a Tintin en El Loto azul...).
El artista portugués Henrique Vieira Ribeiro, después de un encuentro, empezó a explorar ese mundo y expone en la Galería Mute en Lisboa (hasta el 18 de marzo) con el título CT1LN. De él yo conocía sus series fotográficas sobre la sal y sobre las camas pero esta obra tiene otra dimensión.
Henrique Vieira Ribeiro, série Artefactos 2016, fotografia, jato de tinta s/papel de algodão Hahnemuehle William Turner 310 gms, ed. 4 (2+2)+P.A.
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Una parte de la exposición es más bien un documental que muestra en particular la clasificación, el ordenamiento, la estructuración codificada de esta actividad : registros, cajones para clasificar, diplomas, tarjetas de envío (QSL), toda una serie de reglas estrictas supervisan ese pasatiempos estéril.
Henrique Vieira Ribeiro, série Templum 2016, 12 desenhos, técnica mista s/papel, 70x100 cm (cada) |
Pero lo más interesante es la proyección en el mundo de ese radioaficionado que nunca dejó Faro pero que cada día se puso en contacto con varios centenares de sus colegas en el mundo entero; que, por el azar del magnetismo y las ondas solares y en el espacio de unos minutos, iba a hablarle a un hombre de Vladivostok, luego a una mujer de Patagonia; no para saber que tiempo hacía, cómo estaba la situación política o si estaban felices, sino para decir sencillamente "nos hemos hablado", 73 (lo que significa "le envío mis saludos") u 88 ("le mando un beso"). Fascinado por ese frenesí de contactos mundiales, el artista seleccionó días en los que Paulo V. había establecido alrededor de 150 contactos y los cartografió, cada punto corresponde a un contacto numerado cronológicamente, y los puntos unidos entre ellos como en esos dibujos enigmas en los que la figura aparece una vez que todos los puntos hayan sido unidos. Las formas angulosas, los puntos extremos debidos a un contacto lejano, los rincones y las avanzadas, las poternas y los recovecos en zig zag dibujan fortalezas extrañas o aviones cubistas con fondo de mapa celeste como haciendo eco con Ptolomeo y con los astrónomos árabes que definieron las constelaciones.
Henrique Vieira Ribeiro, série Templum 2016, 12 desenhos, técnica mista s/papel, 70x100 cm (cada) |
El proceso de creación por encima del proceso de comunicación, la transposición gráfica de un fenómeno frecuencial, el paso de un shack exiguo a la inmensidad del mundo toma diferentes formas en una pared con doce versiones como los meses del año, como un eco a un templo antiguo en donde los augurios observarían el cielo.
Henrique Vieira Ribeiro, Da janela do meu quarto consigo ver o outro lado da rua (En Soph) 2016-17, Instalação, madeira, globo terrestre iluminado, espelhos, vidros espelhados, 55x55x175 cm. |
Más lejos, en la oscuridad, unas señales luminosas en morse al lado de un globo terraqueo multiplicado al infinito con espejos : ¿ el shack del radioaficionado será un Alep, que según Borges es un punto del espacio que contiene todos los otros puntos del mundo ?
Fotografías cortesía del artista
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