(artículo original en francés, aquí)
Annika von Hausswolff, An Oral Story of Economic Structures, 2012 |
A veces pasa que, necesitado, uno tenga que vender sus dientes de oro en las tiendas especializadas que florecen en las ciudades en crisis o en eBay; a veces pasa que, incapaz de asumir los gastos de mantenimiento, dejemos que se caiga la casa y que la pongamos en venta en ese estado de abandono. Puede pasar con una iglesia. Es una de las partes de la exposición de la fotógrafa Annika von Hausswolff en el Centro Cultural Sueco (hasta el 19 de marzo) : fotografía en primer plano, como si fueran objetos preciosos, puentes, implantes, coronas de oro que brillan de nuevo sobre fondos de colores, magnificando y teatralizando esos objetos poco apetecedores que adquirió en sitios de venta. No sabemos nada de los propietarios precedentes que de esa forma tuvieron que ceder una parte de ellos mismos para sacar dinero, y si no es un órgano, en todo caso es una prótesis parte integrante de sus cuerpos. Al contrario de la ridícula exposición de Elad Lassry en la Fundación LUMA el verano pasado, estamos ante una obra política, una denunciación de la mercantilización del mundo y de nuestros cuerpos : la serie se intitula "An Oral Story of Economic Structures".
Annika von Hausswolff, ST (Kingdom of Heaven), 2011 |
Al lado, las 15 fotografías de la serie "For Sale By Owner" muestran casas derrumbadas en Detroit que sus propietarios dejaron caer por falta de dinero y que pusieron en venta en un gesto desesperado. Igualmente, esta iglesia rusa ortodoxa con el techo roto, las paredes destruidas, el suelo lleno de escombros; en un texto en la pared, en inglés y en ruso, leemos "Kingdom of Earth". Es así con cierta forma de ironía mordaz y desilusionada que Hausswolff mira y critica el mundo. También ha trabajado sobre la dominación patriarcal y sobre la criminología.
Annika von Hausswolff, Connected by Time (Excerpt from Grand Theory Hotel), 2016 |
La otra parte interesante de su trabajo presentado aquí trata de la obsolescensia tecnológica y la nostalgia de las técnicas de antes. En la pared, en la escalera, una fotografía mural inmensa muestra dos aparatos telefónicos, que ya no sirven, enlazados el uno con el otro para una comunicación imposible, en un vínculo enamorado desesperado; otra instalación con una imagen similar, en blanco y negro, más brutal y que todavía sigue envuelta en papel de seda está en la exposición misma. Hauswolff, preocupada por la desaparición de la fotografía analógica, de su alquimia y de su misterio, se concentra sobre la posibilidad de ver : persianas cerradas, eslóganes ocultados, una cara escondida, o unos ojos insignificantes de muñeca vistos a través de una lupa. La segunda sala muestra un juego completo de lentes, pruebas, marginadores, pruebas de color, una gran cantidad de herramientas en vías de desaparición, como un canto de cisne de la fotografía analógica resistiendo al "progreso" numérico.
Annika von Hausswolff, I Remember the Future of my Past with Great Expectaions, 2008 |
Como para protestar contra esta alteración de la visión, posa, en ropa interior, disimulada con una placa de vidrio traslúcido de donde solo emergen la parte superior de la cabeza, el cabello, sus dos manos sosteniendo la placa y los pies desnudos uno de los cuales acciona el disparador : un cuerpo que se disimula y se muestra, un convite y un rechazo, como en un sueño. El título deliberadamente ambiguo, dirige preguntas temporales y de obsolescencia : "I Remember the Future of my Past with Great Expectations". La totalidad con el título algo pretensioso de Grand Theory Hotel.
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