samedi 18 février 2017

Colecciones de Estrasburgo

16 de febrero 2017, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí) 





Jean Claus, La Mariscala, 2006




Excelente iniciativa la del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo (hasta el 26 de marzo) la de presentar en sus paredes fragmentos de colecciones de coleccionistas vinculados con la ciudad, a veces como colecciones separadas y a veces dispersándolas en las salas del museo, en donde puede ocurrir que se acoplen tan bien que es imposible distinguirlas. No vi la primera parte, pero la segunda presenta obras de siete colecciones diferentes. Pasaré rápidamente por encima de algunas : algunas obras de Mairet, dispersas en el museo (un resto de la primera parte) y la colección (anónima) llamada "Coleccionar las formas" que agrupa grandes obras abstractas de artistas consagrados, en donde sobresale, entre otras, una escultura de Raphaël Zarka y una sala dedicada a los Objetos de Huelga de Jean-Luc Moulène. Dos colecciones dedicadas a la pintura figurativa : la del galerista Jean Brolly pone de relieve al sorprendente Jean Claus cuyos cuadros bastante clásicos tanto por la forma como por el tema van enmarcados con formas exuberantes, rococós, totalmente originales, de cartón piedra y de poliéster en donde todo es falso.





Emmanuel Benner, Joseph vendido por sus hermanos, hacia 1880




La otra colección figurativa, de un coleccionista anónimo, nos muestra más bien a Erro, Monory y Rancillac, y en particular un lienzo de la serie Cinémonde, deconstrucción del ícono publicitario. La colección de Lionel van der Gucht, bajo el título "El deseo está por todas partes" es muy variada : diseño (en particular hermosos Sottsass), fotogramas mágicos de Pierre Savatier, misteriosos Dezeuze en la oscuridad y cuadros alsacianos, entre los cuales este ambiguo José vendido por sus hermanos de Emmanuel Benner, pintor regional bastante ecléctico : ¿no creemos ver ante todo a un Sebastián homo-erótico?





Vista de la exposición (Como una respiración), Jean Daubas




Me interesaron mucho las dos colecciones de fotografía : de la colección de Marcel Burg que presentaron en la primera parte queda una sala de fotografías; nunca he sido un gran admirador de las imágenes demasiado pulidas de Clark & Pougnaud, pero vemos un interesante díptico de Fayçal Baghriche, páginas de revistas censuradas por la aduana de los Emiratos en las que marcas negras esconden nalgas y senos que no son de playgirls sino de mujeres de un lienzo de Delvaux en una revista de arte; humor mordaz y también reflexión sobre el encuentro de dos culturas. Pero fue sobretodo la colección de Madeleine Millot-Durrenberger la que me llamó la atención, sólo vemos una pequeñísima parte que ya ha expuesto aquí parcialmente unas ¡140 veces! Las salas están organizadas más de manera estética y temática que histórica, y la primera, de paredes negras está dedicada a Josef Sudek, acompañada en particular de algunos vidrios suntuosos. La segunda, al contrario es una armonía de blancos con mármoles de François Sagnes y una parte de las fotografías del piñón de un edificio según diferentes luces de Yannig Hedel. Luego pasamos a imágenes nocturnas, en donde me atraen las fascinantes fotografías científicas de Berenice Abbot; una luna bien extraña en Pacman de Samy Engramer (que podemos ver en la vista de la exposición aquí arriba), y una obra de John Armleder, foto de huecos con huecos, un toque muy a propósito sobre la materialidad de la fotografía. 





Patrick Tosani, La lluvia más, 1986




Una sala de formatos grandes, además de algunas de Tom Drahos y George Rousse, comprende dos fotografías sencillísimas de lluvia, por Patrick Tosani en la que la inclusión de tablas de madera que desvían las gotas genera una extraña belleza formal. Luego, alternan cuerpos y motivos circulares, flores y espejos (como la celda de Ezra Pound fotografiada por Dieter Appelt, pero es un negativo), para terminar con una pared de formatos pequeños en torno al tema de la estrella viva (ver mas abajo).





Rutger Ten Boeke, Blanka, 1984




Si no encontré mi foto preferida como les pregunta la coleccionista a los visitantes (sin duda una de Sudek), hice mi más bello descubrimiento : Blanka fotografiada por su marido, Rutger Ten Broeke, flotando desnuda en el agua : una imagen en donde los grises del agua y quizás del cielo, no se sabe bien, encastran los fragmentos de ese cuerpo femenino que emerge, y en donde el límite entre el agua y la piel parece ser de mercurio, cuan vivo es. Una pequeña obra maestra, me parece, en el seno de una colección rica y ecléctica en la que prima la pasión de la coleccionista, y eso está muy bien así.





Vista de la exposición (Como una respiración), Jean Daubas




Que esos coleccionistas acepten de exponer sus colecciones, a menudo a cara descubierta, quizás se deba, en Alsacia, a una influencia suiza o alemana, frente al secreto francés. Que el Museo les haya dado casi carta blanca, demuestra una confianza y una apertura sobresalientes. Que esos coleccionistas apasionados se sitúen en las antípodas de los especuladores mundanos que veo demasiado a menudo, o de millonarios que "hacen" el mercado para sus protegidos, me llena de esperanza y es una señal de la buena salud del arte.



Vistas de la exposición por Jean Daubas (quien expone dos obras), cortesía de Madeleine Millot-Durrenberger (y también la fotografía de Ten Broeke).


Disfrute y Comparta

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire