samedi 20 décembre 2025

Clérambault reducido


10 de diciembre de 2025, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Gaëtan Gatian de Clérambault, sin título, vers 1915/17, col. Museo del Quai Branly


Siempre me ha fascinado Gaëtan Gatian de Clérambault, por su obra psiquiátrica (supervisó la tesis de Lacan), y ante todo por su obsesión por lo drapeado y lo velado, por su libro sobre la Pasión erótica por las telas y lo femenino, por su inmensa colección de fotografías de mujeres marroquíes veladas (algunas fueron expuestas hace doce años en el Quai Branly que conserva unas mil), y por la puesta en escena extraordinaria de su suicidio cuando se volvió ciego: con un revolver, frente a un espejo y rodeado de maniquíes de cera velados. Hay que leer el excelente libro que el psiquiatra Serge Tisseron le consagró. Y he visto a numerosos artistas que al trabajar sobre lo velado, se inspiraron de él más o menos abiertamente: Meriem Bouderbala, Alison Watt, Yocheved Weinfeld, Faisal Samra, …


Hoda Afshar, The Fold, vista de la exposición, Museo del Quai Branly, 2025, foto del autor


En cambio, la artista australiana de origen iraní Hoda Afshar quiso medirse directamente con Clérambault y su archivo (exposición en el Quai Branly hasta el 25 dd enero), lo convirtió en objeto de estudio para transformar al observador en observado. Es cierto que el discurso es bastante simplista: claro que Clérambault es orientalista, claro que es sexista, claro que sus fotos son una manifestación de poder, macho, docto y colonial. Hubiera sido más interesante explorar, en lugar de todas esas evidencias, como lo hizo Tisseron, la dimensión propiamente neurótica de la pasión de Clérambault. En sus premisas, bastantes simples, Afshar intenta añadir sentido. Primero expone 900 revelados analógicos alineados en una pared en nueve hileras, cada foto es un detalle parcial de una fotografía de Clérambault que resulta de una manipulación del archivo numérico en línea. Sólo se ven pedazos de tela y se pierde la complejidad del drapeado, de cierta manera es como si negara la plenitud de la búsqueda de Clérambault: dice la artista «haber intentado volver el archivo más inaccesible» (en una entrevista con T. Dahmani).


Hoda Afshar, The Fold, captura de pantalla video, 2023


Luego vemos cómo descompone el gesto de disposición del drapeado, secuencia realizada por Clérambault que se reproduce a escala humana sobre espejos impresos en los cuales se refleja la imagen del visitante. Después, un video mas bien hecho, con una animación numérica que recrea su suicidio (imagen aquí arriba), seguido de entrevistas con un juego de espejos bastante insustanciales, de cinco «expertos», todos australianos, salvo error, y por lo tanto bastante alejados culturalmente de la cultura y de la problemática de Clérambault (que había aprendido el árabe en Tunisia y Marruecos), sobre la cual aproximan sus cuadros de análisis decoloniales y feministas. No es seguro que se aprenda gran cosa sobre Clérambault, o en todo caso, es una visión bien parcial y sesgada. En cuanto a la pieza sonora que acompaña la exposición, es, si entendí bien, deliberadamente confusa. Reducir de esa manera a Clérambault, a su lógica política y a su dimensión machista y colonial, la cual es bien real, al mismo tiempo que a la presión que ejerce sobre sus modelos (al igual que un psiquiatra con sus pacientes), dejando de lado sus motivaciones estéticas (el drapeado de la antigüedad hasta nuestros días; ver también Ninfa Moderna de Didi-Huberman) y los enfoques psiquiátricos de su obra (obsesión, neurosis y estructuración obstinada del saber) me parece ser la prueba de una miopía evidente. 


Portada del libro The Fold, Loose Joints Publishing, 2025



El proyecto se llama The Fold, el pliegue (las ideas de Deleuze sobre el pliegue barroco se aplican a Clérambault, pero aquí no se ve ni rastro). Un libro acompaña el proyecto cuya  maqueta es original: 228 páginas con 435 fotos de Clérambault, pero tiene casi únicamente detalles de sus fotos, por 20 páginas de texto. El ensayo de la comisaria Annabelle Lacourt centra a Clérambault en una lógica política a expensas de las dimensiones estéticas y psiquiátricas de su trabajo, según se dice arriba. Una entrevista de la artista con la investigadora de origen argelino Taous Dahmani pone en paralelo la relación con el velo en sus dos países de origen y subraya su potencial de resistencia; ellas plantean también el punto importante de cómo mostrar sin caer en el espectáculo, cómo informar sobre la dominación sin reproducirla (Afshar tenía primero como proyecto las tarjetas postales eróticas orientalistas, el harem colonial). El ensayo de Ali Behdad (UCLA), autor del excelente Camera Orientalis tiene la ventaja de presentar un contexto histórico muy necesario sobre la fotografía y el orientalismo, a la vez histórico y político, como también sobre los estudios europeos (Lehnert & Landrock, Bonfils) o autóctonos (los armenios como Van Leo o los hermanos Abdullah, la era Qadjar, ...) en el mundo árabe y musulmán, más allá del exotismo. 


Hoda Afshar, Speak the Wind, 2015/20


Afshar presenta también en el Quai Branly un trabajo documental sobre el estrecho de Ormuz, Speak the Wind, con paisajes espectaculares y una evocación de las creencias locales y de los ritos vinculados con el viento. No pretende nada, es una buena fotografía documental. 



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