mardi 29 août 2017

Contra la Fotografía (Una Historia Comentada de la Fundación Arabe para la imagen)

22 de agosto 2017, por Lunettes Rouges

  
(artículo original en francés, aquí)




Van Leo et Akram Zaatrai, Montaje



Tal es el título de la exposición en el MACBA de Barcelona (hasta el 25 de septiembre) en torno a Akram Zaatari y de la Fundación Árabe para la Imagen, la cual no se contenta con presentar las imágenes, su compendio y presentación en un contexto histórico y geográfico sino que interroga su tipo mismo, se interroga sobre el medio fotográfico en sí. El objetivo de la fundación es conservar colecciones y organizar archivos fotográficos de la región considerándolos como objetos y no solamente como imágenes.



Hashem el Madani, Scratched portrait of Baqari’s wife, 1954,



Es así que se encuentran testimonios artísticos y sociales extraordinarios, como el fondo del estudio de Hashem el Madani : fotógrafo de Sidon en el sur de Líbano que acaba de fallecer y su estudio fue un testimonio de la vida social, cultural y deportiva de su ciudad (también militar en una zona que fue invadida varias veces); es el autor en especial de la fotografía de la mujer rayada, fascinante (pero no está en la exposición).




Van Leo, Nadai Abdel Wahab, El Cairo, 1959, serie de 12 fotos



De una forma parecida (pero de nivel social más alto), conocemos al fotógrafo del Cairo (originario de Armenia, como muchos en el Medio Oriente) Van Leo, cuya entrevista en video con Zaatari en 1998, poco antes de su muerte, es muy conmovedora : aquel viejo flaco de chaqueta azul cuenta su carrera, sus éxitos e infortunios y llora sobre la muerte de la fotografía de calidad, a causa del video, el color, los selfis... Una de sus historias más bonitas es sobre Nadia Abdel Wahab, joven burguesa del barrio chic de Heliopolis, que va a verlo en 1959, y le pide que la fotografíe desnudándose, de ahí la serie aquí arriba (Van Leo dice que en general era él quien debía pagarles a las modelos para que se desnudasen...). Y Zaatari se interroga sobre las motivaciones de la bella Nadia y fantasea con la idea de que quizás fuera su abuela. 




Anon., Souheil, Souheila, Leila et Mamdouh Bisharat, Zahleh, 1943 1944



Hay también tantas historias de casas perdidas, tierras robadas, imágenes de nostalgia, como viejas damas elegantes, refugiadas en Beirut, Amman o el Cairo desde 1948, contento con una emoción controlada. La fotografía se convierte entonces en el único vector de memoria, la única huella de un mundo apacible, destruido de repente. Otro trabajo sobre la memoria, es una historia de carros, como una transición de las clases acomodadas (pocos felahs en ese conjunto fotográfico a no ser como simples elementos pintorescos) a una modernidad que aportará a la vez apertura y caos, de la Nakba a Daesh, la desposesión y los tiempos de lucha, como dice un compendio del artista.



Akram Zaatrai, Sculpting with time, 2017



Desde el principio de la exposición, se hace énfasis también sobre la materialidad de la fotografía, ya sean las alteraciones a través del tiempo, los retoques, las deterioraciones. Los negativos vistos abajo se dañaron formando burbujas de aire : la imagen desaparece y solo queda la materia. Al otro extremo, uno de los fondos que recibió la Fundación, el del Photo Jack Studio de Tripoli del Líbano, lo dejaron en bruto, en los rollos sin desarrollar, guardados tal cual en cajones de madera : se conserva el archivo en lugar de las imágenes que quedan latentes (un tema que vemos en las obras de Walid Raad y Hadjithomas-Joreige, lo que seguramente no es casualidad).



Antranick Bakerdjian et Akram Zaatari, The Body of film, Jerusalén 1948, y 2017



Y, por lo menos dos veces en la exposición, la deterioración de la imagen traduce la deterioración del mundo. En mayo de 1948, el fotógrafo Antranick Bakerdjian fotografía su casa destruida por la Hagannah en el barrio armeniano de la Ciudad Vieja de Jerusalén; expulsado de su casa, utiliza cámaras oscuras improvisadas y sus películas sufren. Zaatari elige mostrar no las impresiones sino el estado físico de las películas, su erosión, su deterioración, con las diferentes marcas de rollos que lograba procurarse bajo las bombas.




Khalid Raad, Yacov ben Dov et Akram Zaatari, Un-dividing History, Jerusalén



En fin, la serie más extraña es sin duda alguna aquella en la que dos series de placas fotográficas almacenadas juntas en condiciones precarias, fusionaron la imagen : cada placa se contaminó con la imagen de la placa vecina. Confrontado a tan bella metáfora, uno apenas se sorprendre al enterarse de que la ciudad representada es Jerusalén, que uno de los fotógrafos es un palestino llamado Khalid Raad y que el otro es un ucraniano sionista recién inmigrado llamado Yacov 
Ben Dov : dos mundos diferentes, enemigos, el antiguo y el nuevo, el ocupante y el ocupado, el colono y el indígena, ven sus visiones del mundo confundirse en una imagen común. No es sorprendente tampoco enterarse cuando leemos, de que esta colección ya no está en manos de la Fundación, y que la única huella que podemos ver son las imágenes hechas por Zaatari : lamentablemente no se permite la utopía.  


Fotos del autor excepto las dos primeras.


La otra exposición en el MACBA, Forensic Architecture, sobre el grupo de investigación dirigido por el israelí Eyal Weizman (hasta el 15 de octubre) es apasionante, pero no pude pasar bastante tiempo para poder escribir una crítica, lamentablemente. Mientras tanto, leeré el libro.



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