mercredi 12 juin 2024

Apoyo a Deborah de Robertis


1 de junio de 2024, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)




No siento sino una simpatía bastante moderada (y es un eufemismo) hacia el vandalismo contra las obras de arte; de la laceración de un Velázquez a la lanzada de sopa sobre un van Gogh. Quizás porque tiendo a sacralizar las obras de arte, pero algo que me molesta ante todo es la idea de volver la obra un objeto para verla como simple soporte que le da resonancia publicitaria a la acción, la instrumentalización de la obra al servicio de causas (que por otro lado pueden tener su mérito) que no tienen nada que ver con el arte, desde el voto de las mujeres hasta las urgencias climáticas. Entonces, mi primera reacción por la acción del 6 de mayo en el Centro Pompidou Metz en la exposición Lacan fue poco entusiasta. De paso, vi la exposición más tarde, el 11 de mayo. 


Foto realizada antes de la performance de Deborah de Robertis, en la exposición Lacan delante del Origen del Mundo (1866), de Gustave Courbet, y, al fondo, obras de Betty Tompkins y de Agnès Thurnauer, en el Centro Pompidou-Metz, el 6 de mayo de 2024. El difuminado fue realizado por la artista. Fuente Le Monde

Entonces leí y entendí: al contrario de, me parece, todos los actos de vandalismo anteriores (excepto, quizá, cuando Pinoncelli orinó en la Fuente de Duchamp), la acción de Deborah de Robertis y de sus amigas está directamente vinculada al mundo del arte. Y más específicamente a las violencias sexuales en este ámbito. Un tema casi tabú al contrario de otros lugares: cine, universidades, teatro, etc. Muchas son las jóvenes artistas y alumnas de las escuelas de arte sometidas a tales violencias, un chantaje para lograr salir adelante en sus carreras (y les pasa también a algunos jóvenes, pero menos). Pueden leer con interés los testimonios (anónimos) del colectivo My Art Not My Ass. Y es eso, que por su experiencia personal, Deborah de Robertis ha querido denunciar a su manera, provocadora, violenta, brutal, sin concesiones (dice que más joven hizo demasiadas concesiones).


Deborah de Robertis, Espejo del Origen, 50x70cm, obra presentada en la exposición Lacan en el Centro Pompidou Metz (la quitaron después del 6 de mayo)


Sí, es chocante que hayan grafitado El Origen del Mundo, es chocante que una fotografía de VALIE EXPORT haya sido dañada, parece que irremediablemente, es chocante que se hayan robado el bordado de Anette Messager «pienso luego chupo» que pertenece al co-comisario de la exposición Bernard Marcadé (el otro comisario es su esposa Marie-Laure Bernadac). Pero lo más chocante son las violencias que sufrió  Deborah de Robertis. Lo más chocante es la forma como los bien-pensantes, incluyendo a las feministas convencidas, la criticaron. Lo más chocante es que Mediapart que se dice a la vanguardia sobre el tema de las violencias sexuales, haya censurado este texto en el blog de Deborah de Robertis para impedir que divulgara los nombres de los siete hombres que denuncia, todos pesos pesados en el mundo del arte: Bernard Marcadé, François Odermatt, John Sayeg, Jean-Yves Langlais, Fabrice Hergott, Juan d’Oultremont, Alain Servais (¿habrán hecho lo mismo con Judith Godrèche y otras?). Lo reconfortante, me parece, es que única en toda la prensa, la valiente Roxana Azimi haya hecho una encuesta, haya contactado a los hombres, que niegan, minimizan o no quieren contestar (del grupo conozco bien a dos de ellos). Lo más chocante es que la cuenta Instagram de Deborah de Robertis haya sido censurada, su página Facebook «shadowbanned», sus videos suprimidos en Vimeo (aquí un corto, de su vídeo con Bernard Marcadé): ¿se imaginan si censuraran así a Judith Godrèche?


Captura de pantalla del vídeo (hoy censurado) de Deborah de Robertis sobre su performance delante de Olympia de Manet en el Museo de Orsay


Conozco a Deborah de Robertis, y aclaro para facilitar, que nunca he tenido relaciones sexuales con ella; hace ocho años participé, porque me lo pidió, con otras doce personas, en su acción delante de Olympia en el Museo de Orsay (se me ve en su video, hoy censurado también pero se puede ver un corto aquí). Entonces yo escribía y no retiro ni una palabra: 


El Origen del Mundo grafiteado en el Centro Pompidou Metz



«No es fácil acercarse correctamente a la obra de Deborah De Robertis : demasiado ruido, demasiado escándalo, demasiado deseo, demasiado voyerismo, precisamente, demasiadas ganas de posesión, siendo que deberíamos dejarnos poseer. Es demasiado fácil contentarse admirando la belleza (indudablemente) de su cuerpo sin pensar, es demasiado fácil ver en ello únicamente la belleza narcisista, demasiado fácil indignarse de tanta indecencia en un lugar público, en suma, mirarla en lugar de escucharla. Pero es que es bien difícil deshacerse de nuestros prejuicios (en todo caso, yo), sobrepasar el desconcierto que podemos sentir ante su trabajo, es difícil poner sobre ella, sobre su palabra y sus acciones, una mirada crítica tan respetuosa, interrogativa y deconstructiva como la que ponemos sobre Courbet o Gina Pane; el estrabismo mental entre estereotipos bien anclados y trampas del deseo mal asumidas no es todavía cosa sencilla. Para no negarla, refutarla, excluirla, censurarla, se necesita una capacidad de perspectiva, de respecto, prácticamente de ascesis de la cual no estoy seguro de ser capaz. ¿He alcanzado aquí los límites de la (de mi) crítica?»


Annette Messager, Pienso luego chupo, 1991, bordado, 39,5×31,5cm, captura de pantalla vídeo de Deborah de Robertis filmando a Bernard Marcadé en la cama conyugal.



Je me souviens alors de la réaction négative de la commissaire du Musée d’Orsay la plus en pointe sur le féminisme. Je lis dans l’article d’aujourd’hui de Roxana Azimi les réactions tout aussi négatives des douairières de l’art féministe Carole Douillard, Agnès Thurnauer, ORLAN. Mais aussi bien des réactions de soutien : GenevIève Fraisse, Éric Fassin, Martial Poirson, Isabelle Alfonsi, Mélanie Matranga, Dale Berning Sawa, et même Apolonia Sokol pas très courageuse (« J’espère que la défendre ne me nuira pas »). Et Daniel Schneidermann, toujours pertinent. Et même (un peu) Léa Salamé ..

Recuerdo la reacción negativa de entonces, de la comisaria del Museo de Orsay que más estaba en la vanguardia del feminismo. Hoy leo en el artículo de Roxana Azimi las reacciones igual de negativas de las papisas del arte feminista Carole Douillard, Agnès Thurnauer, ORLAN. Y también recuerdo bien las reacciones de apoyo: GenevIève Fraisse, Éric Fassin, Martial Poirson, Isabelle Alfonsi, Mélanie Matranga, Dale Berning Sawa, e incluso Apolonia Sokol no tan valiente («espero que defenderla no me perjudique»). Y Daniel Schneidermann, siempre pertinente. Y incluso (un poco) Léa Salamé ..


Apoyo plena y totalmente a Deborah de Robertis.





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