mardi 11 juin 2024

El cuerpo de Hannah


31 de mayo de 2024, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Hannah Villiger, Arbeit, 1980/81, 12 c-prints de polaroids, 153x204cm


Es en el sótano del Centro Pompidou (hasta el 22 de julio), no hay catálogo (podemos comprar este libro de la Kunsthalle Basel, pero todos los textos están aquí), la segunda parte de la exposición es tal, que días después, sigue uno atormentado (la primera parte que muestra objetos en movimiento no está a la altura de la experiencia que se tiene al avanzar). Hannah Villiger nació en 1951, sufrió de tuberculosis aguda a partir de 1980 y murió en 1997. Se llevó su polaroid para el hospital y transformó su habitación en estudio; fotografió su cuerpo fragmento a fragmento sin narcisismo ni pudor. A veces se ven los mínimos detalles de su cuerpo, el vello, la piel lechosa, los lunares, las pecas numerosas; a veces al contrario, las imágenes son deliberadamente borrosas, como los senos aquí abajo. Es un trabajo apasionante sobre el cuerpo, la enfermedad, la mirada de una mujer sobre su propio cuerpo. Pero no hay ni problemática identitaria, ni reivindicación feminista al contrario de sus contemporáneas Cindy Sherman, Orlan o VALIE EXPORT (salvo quizás en la obra abiertamente sexual Block VI, que no está en la exposición: ver descripción en la sección «Máquina soltera» en este muy buen texto). Hace 15 años la descubrí en esta exposición sobre los artistas que se acercaban a la muerte. 


Hannah Villiger, Block, 1988-1997, polaroïds montados en cartón, f. del autor


Sabemos que salvo raras excepciones (Claricia por ejemplo), no es sino a mediados del siglo XVI que algunas mujeres tuvieron la audacia (y la legitimidad) para representarse ellas mismas (Sofonisbia Anguissola fue quizás la primera entonces). En cuanto a representarse desnudas, hubo que esperar el principio del siglo XX con Paula Modersohn-Becker, en pintura, Olga Rozanova en dibujo y Anne Brigman en fotografía. Pero se trata aún de cuerpos bellos, estéticos y valorizados. No es sino en la segunda mitad del siglo XX que artistas mujeres mostraron sus cuerpos envejecido (Anne Noggle), obeso (Jenny Saville). En cuanto al cuerpo enfermo,  ¿fue Villiger la primera fotógrafa que lo muestra? (y ¿Nebreda el primer hombre?).


Hannah Villiger, Block, 1988-1997, polaroïds montados en cartón, f. del autor


Originalmente Hannah Villiger es escultora. Y no se contenta documentando así la materialidad del cuerpo sufriendo, a partir de sus pequeños polas crea conjuntos mucho más complejos: volviendo a fotografiar los polaroids, recortándolos, agrandándolos cien veces más («para que yo pueda entrar en ellas»), montándolos en Blocks monumentales, organizándolos en conjuntos que se alejan de la fisicidad corporal que ya no es reconocible. Su cuerpo se convierte en material artístico (de manera diferente estéticamente pero con la misma lógica anti-corporal de Jorge Molder), sus autorretratos se convierten en partes de un rompecabezas. 


Hannah Villiger, Block, 1988-1997, polaroïds montados en cartón, f. del autor


Si en esta exposición las imágenes en las paredes son en su mayoría bastante figurativas, las de las vitrinas (difíciles de fotografiar) muestran al contrario composiciones casi abstractas de fragmentos recompuestos en las que se puede, sin saber muy bien, identificar un seno, un brazo, un muslo, pero en las que en realidad vemos ante todo una escultura-montaje color carne con fondo negro. La fragmentación del cuerpo tiene una calidad escultural que puede evocar a Rodin. No hay ni arriba, ni abajo, el espectador se desorienta y le da vueltas a la vitrina para tratar de definir un punto de vista. Y es fascinante. 


(c) The Estate of Hannah Villiger.







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