1 de junio de 2024, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Hervé Di Rosa, Guns, 2006, 14aba etapa, Little Haïti, Miami, lentejuelas y perlas et en tela, 75x90cm |
¡No se equivoquen! El arte de Hervé di Rosa en el Centro Pompidou (hasta el 26 de agosto) puede parecerle bonito, divertido, pintoresco, poético, y, efectivamente es todo eso (gústeles o no a estos dos tontos). Pero es también un trabajo político. No tanto en el sentido militante sino porque el que lo crea es un ciudadano del mundo, alguien que siempre tiene los ojos abiertos hacia otras culturas, otras prácticas, otros sistemas artísticos y sociales, y que se inspira en ello; alguien que sabe escuchar, explorar, entender y adaptarse.
Hervé Di Rosa, La Comida de los Animales, 1996, 4a etapa, Addis-Abeba, acrílica en piel de cebú, cuerdas de cuero, madera de eucalipto, 246x206cm |
En la Maison Rouge hace ocho años lo habían mostrado mejor; aquí podemos ver lo que ha creado durante sus peregrinajes «Alrededor del mundo» en 19 etapas, la utilización de las técnicas que encuentra en diferentes lugares y la riqueza de medios que emplea en sus creaciones: iconos búlgaros, estampas cubanas, barro cocido mejicano (para el árbol de la vida aquí abajo), lentejuelas y perlas de Miami (para hacer esos Guns curiosos), pintura sobre vidrio de Túnez, estatuillas de Vírgenes con cinco ojos superpuestos de Sevilla, piel de cebú de Etiopía (la comida de los animales, arriba, divertido y desfasado en relación con su estética habitual), bronces cameruneses, azulejos portugueses y muchos más. Cada vez que Di Rosa se detiene, descubre, aprende, se impregna como una esponja y luego produce obras que combinan su rico imaginario y la práctica local (de aquí a que los mismos dos lo acusen ahora de apropiación cultural...)
Hervé Di Rosa, Escucha tu cuerpo que está vivo, 2000-2002, 10a etapa, Méjico, barro cocido y pintura acrílica, 196x120x39cm, con la ayuda de la familia Soteno en Motepec. |
La exposición (bastantes imágenes aquí) muestra también algunos cuadros de su época de figuración libre, «Diromitologías» y «Renés», y su creación del MIAM, Museo Internacional de Artes Modestos en Sète, que reúne colecciones de objetos «ordinarios», modestos, los que en general no vemos y que en un museo, en series, forman un fresco de nuestra época. El cuadro aquí abajo, Storage of Treasure, intenta ser una síntesis: dos «Renés» ojo y boca solamente, observan un espacio en el que se acumulan objetos variados procedentes del mundo entero.
Hervé Di Rosa, Storage of Treasure, 2019, acrílica sobre lienzo, 221x121cm |
Bueno, muy bien, pero en relación con la extraordinaria exposición de la Maison Rouge, es más bien modesto (justamente) y apretado, y el catálogo no está a la altura tampoco (lean más bien su libro sobre artes modestos). Podemos pensar que como dice Dagen, Di Rosa es demasiado contrario a cierto «espíritu Pompidou»: si el Centro se sintió, posiblemente, obligado a consagrarle una exposición al nuevo Académico, parece haber sido a regañadientes. Lástima...
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