jeudi 3 novembre 2016

Hervé Di Rosa, Mago del Mundo él solo

29 de octubre de  2016, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí) 





Hervé Di Rosa, Dirosapocalypse, 1984, 4x8m; colección de figuritas en primer plano





Usted tiene todo el derecho de no apreciar la obra de Hervé Di Rosa, de hallarlo demasiado colorido, demasiado kitsch, de mal gusto, demasiado lejos de los códigos estéticos contemporáneos, a tratarlo de 'pipicacaboudin' (primeras 'palabrotas' de los niños franceses) como Artpress lo hizo en abril de 1982 en su nº58 (34 años y medio más tarde, le consagra a Di Rosa [1] un cuaderno entero del número 437 y Catherine Maillet habla de "formas artísticas que la modernidad había olvidado en su negativo", bonita fórmula de contrición...), usted tiene derecho a verlo solamente a través del prisma de la Figuración Libre (1979-1985 únicamente) y nada más, usted tiene derecho a menospreciar su arte y todo lo que lo rodea, lo que él llama artes modestos, y jurar únicamente por los cánones de xxx [los dejo escoger el nombre del crítico, del esteta o del artista que quieran poner, los hay en cantidades] puede elegir la condescendencia, la mentalidad estrecha, y las anteojeras de clase y de casta, pueden elegir no ir a ver la exposición en la Maison Rouge (hasta el 22 de enero), y si es así, los compadezco.





Hervé Di Rosa, La vida de los pobres, 1993





No es que yo sea un incondicional de la exuberancia, de la alegría exultante, desbordante, y chistosa de sus cuadros, de sus gritos visuales desenfrenados, de sus formas mutantes. Debo decir que, de toda la exposición, la obra que preferí es la más oscura, la más gris, la más deprimente : un largo corredor intitulado "La vida de los pobres", se atraviesa con inquietud, rodeado de rostros trágicos y paisajes deteriorados que nos recuerdan más a Reiser que a Matisse.
Vemos algunas escenas guerreras, la acuarela de un edificio bombardeado de Sarajevo o de Gaza, una cerámica portuguesa de yihadistas (abajo), ... 
Hasta el tuk tuk recogido en Manila adquiere aquí una dimensión más grave. 






Hervé Di Rosa, Mapa del arte modesto, 2007





Pero no es esa la razón; para mí en esta exposición, hay dos cosas únicas, que, más allá de las obras presentadas, llevan al visitante a interrogarse : la relación con la colección de arte modesto y la Vuelta al Mundo. Di Rosa siempre ha sido coleccionista, de historietas, de juguetes, de discos, de figuritas, de estatuillas; lo que el llama artes modestos (hoy existe el Museo internacional de artes modestos, o MIAM, en Sète) es producción industrial o artesanal que vemos todos los días pero que no miramos y si lo hacemos es con condescendencia. Dice que es nuestra mirada la que los vuelve modestos, ya sea una mirada simplemente nostálgica o emocionada o más interesada por el universo de las formas. Algunos mapas murales se sitúan más o menos bien en relación con las bellas artes, el arte marginal o el naif, pero no es tanto eso lo que cuenta sino la atención que le pongamos. En Artpress, precisamente, dos antropólogos (Brigitte Derlon y Monique Jeudi-Ballini) miran analíticamente los artes modestos y escriben que al igual que Dubuffet llevó el arte marginal fuera de la mirada de los alienistas, Di Rosa sacó los artes modestos de la indiferencia banal de lo cotidiano. Omnipresentes, no tienen intencionalidad crítica ni preocupación institucional. 






Colección Hervé Di Rosa




Vemos la interacción entre el ojo y la mano del artista, entre su colección y su obra, entre las imágenes -múltiples y banales- que él descubre y respeta, y aquellas -únicas y museificadas- que pinta o modela; es como un desvío de la reproducibilidad de Walter Benjamín, es como ponerle aura a lo múltiple. Ninguna ironía condescendiente de su parte, ningún desprecio (a diferencia de Jeff Koons, por ejemplo), ninguna superioridad, sino inspiración, fusión, interacción, hasta tal punto, que a veces, no sabemos si tal estatuilla la consiguió en las Pulgas o si salió de sus manos. 






Hervé Di Rosa, Check-point, Israël,2011





La vuelta al Mundo : la exposición abre sobre una plancha de Di Rosa a los 23 años, corriendo mundo, dibujando, luego regresando a su casa, y desde entonces no ha dejado de viajar; 19 etapas, la última, actualmente en Lisboa. Si algunas de esas etapas (cuatro, salvo error) son más "secas" y solo dan lugar a pinturas, por falta de mayor empatía con la escena local (como ese mirador de check-point, en un lugar que no le deja ningún espacio a su forma de compartir y a su generosidad), en la mayoría tuvo la oportunidad de confrontaste con las técnicas locales de representación y fabricación de imágenes para dialogar con ellas sin hacer distinción entre arte y artesanía. 






Hervé Di Rosa, Virgen del arte contemporánea, Sevilla, 2013





Tenemos así fondos de oro de iconos búlgaros (primera etapa en 1993), enseñas ghanesas, telas cosidas "aplicaciones" beninesas, una pintura de Ethiopia en piel de cebú, frescos corsos, lacas vietnamitas, canastos de cables telefónicos plásticos sudafricanos, exvotos mejicanos, bronces de cera perdida cameruneses, composiciones con lentejuelas de Miami, pinturas bajo vidrio de Túnez, aderezos dorados de vírgenes sevillanas (con múltiples ojos verticales), y cerámicas portuguesas, posiblemente olvide otros. 






Colección Hervé Di Rosa




Cada vez, Di Rosa aprende la técnica local durante viajes o estancias y, para él la técnica crea la imagen, ella transforma su trabajo y el hecho de crear imágenes nuevas, diferentes, "obras-intersección". Es indudablemente único en esta bulimia de descubrimientos, de aprendizajes, de co-creación y 
apropiación : un mago del mundo él sólo.






Hervé Di Rosa, cerámica, Portugal, 2016





De modo que tienen derecho a no ir a ver la obra de Hervé Di Rosa, pero después no se quejen si se secan ahí donde están por falta de agua y de oxígeno. 

[1] Pero a veces la conversión es dolorosa : el filósofo Gilles A. Tiberghien diserta muy doctamente sobre los mapas de Di Rosa y los absorbe en su sabio universo, y no sabe lo que es una "figura de acción" (p.XXIX)

Fotos del autor. Hervé Di Rosa es representado por la ADAGP, las fotos de sus obras saldrán del blog al final de la exposición.


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