(artículo original en francés, aquí)
W. Eugene Smith, The Walk to Paradise Garden, 1946 |
W. Eugene Smith es indudablemente el maestro del ensayo fotográfico, un trabajo intensivo y completo sobre un tema dado, sobre el cual el fotógrafo pasa meses o años tomando un gran número de fotografías y luego las presenta ya sea en una revista o en un libro, la totalidad al servicio de una idea, de una postura comprometida, lo que además, para él, representó dificultades a través de su vida batalladora y tormentosa. Por lo tanto es sorprendente que el Museo de Tel-Aviv que posee más de 200 obras de Smith, presente unas cincuenta de ellas (hasta el 12 de noviembre) en una exposición especialmente desordenada que privilegia las similitudes de forma más bien que de sentido : así una al lado de otra, un niño español en el barro y un soldado norteamericano durante una iniciación mientras pasan la línea, los dos en cuatro patas; todos los ensayos están separados y dispersos por toda la sala. Solo la proyección de fotografías al fondo le aporta algo de coherencia al conjunto y permite poner su trabajo en perspectiva; desde la guerra hasta el ensayo final en Minamata en Japón (del cual solamente muestran la fotografía famosa de Tomoko). Solo una imagen de su serie sobre la comadrona en Carolina del Sur, nada sobre el Dr. Schweitzer (de quien supo mostrar muy bien la ambivalencia), nada sobre el médico rural en el Colorado (su primer ensayo). Aparte de Tomoko el otro icono presente es la fotografía de dos de sus hijos emergiendo del bosque hacia la luz: es verdad que es una imagen un poco simplona y acomodable en toda circunstancia (y que todo el mundo conoce desde The Family of Man), pero cuyo interés viene de su estado de ánimo en aquel momento, cuando, recuperándose de sus heridas de la guerra del Pacífico, puede por fin tener de nuevo en sus manos una cámara fotográfica.
W. Eugene Smith, Spanish Village, 1950 |
Pero el humanismo de Smith es bien diferente del de Steichen tal y como se vislumbra en The Family of The Man, Smith critica mucho más el sistema en el que vive, las fallas de la American way of live, es mucho menos ingenuo y conformista que Steichen; Smith muestra individuos que luchan, ya sean víctimas del racismo contra los negros; sometidos a la dictadura franquista o lisiados a causa de la contaminación con mercurio. Pero, perfeccionista, de gran corazón y bocazas, a veces hace demasiado : se pelea con Newsweek, luego con Life, su proyecto sobre Pittsburgh se vuelve inmenso e inmanejable, y, después de su paso por Deleitosa un pueblo de Extremadura los habitantes ya no quieren que los fotografíen pues resienten el hecho de haber sido representados como toscos atrasados lo que les creó reticencias ante Jan Banning o Miki Krastman. En este ensayo se siente toda la ambigüedad de Smith, entre mirada del fotógrafo humanista que denuncia miseria y opresión y el enfoque al miserabilismo un poquito colonial del norteamericano condescendiente que busca lo pintoresco para conmover : dilema eterno en los reportajes.
W. Eugene Smith, Pittsburgh, 1955 1958 |
Las más bellas imágenes son indudablemente las de las fábricas de Pittsburgh, bañadas de humo, casi irreales en medio de la bruma. Inicialmente su proyecto por encargo fue hacer algunas imágenes en tres semanas sobre el renacimiento de la ciudad; al cabo de varios meses con más de 15000 imágenes Smith intenta publicar esa cantidad, en vano, y le afectó muchísimo el fracaso del proyecto.
W. Eugene Smith, As from my Window, 1957 58 |
Personalidad compleja, blanco de la depresión, Smith dejó a su esposa e hijos para irse a vivir en un loft miserable en Manhattan cuyas ventanas estaban totalmente tapadas con plástico negro, todas excepto una desde la que fotografiaba escenas de la calle, encuadra sus fotos de manera extraña a través de los pedazos de plástico. Esas fotografías de voyeur misántropo, desde el fondo de la caverna tienen una densidad extraordinaria. Al encontrarle de nuevo gusto a la vida también graba músicos de jazz que tocaban en su edificio, como Thelonious Monk, Miles Davis y muchos otros. Luego el Japón, sus años de miseria en Minamata y después su regreso a Estados Unidos y su muerte a los 50 años.
El catálogo de la exposición reproduce muy pocas fotografías pero lleva un ensayo psicoanalítico sobre Smith, de Varda Blum, muy interesante.
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