lundi 10 juin 2024

Demasiado Jean Hélion


30 de mayo de 2024, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Jean Hélion, El Pintor pisoteado por su modelo, 1983, acrílica sobre lienzo, 200x145cm, FRAC Picardie


El Museo de Arte moderno presenta a un pintor bastante desconocido (hasta el 18 de agosto), y una de las razones del desconocimiento de Jean Hélion es que es un pintor difícil de clasificar y de fijar en un sitio dado: idas y vueltas entre Francia y Estados Unidos, fisicamente y culturalmente también, pero ante todo idas y vueltas entre figuración y abstracción. Apenas cree usted haber más o menos entendido su estilo y su posición que este nómada perpetuo decide abandonarlo todo para evadirse en otra cosa, explorar con otra voz. Ello hace una exposición larga, densa y compleja en la cual a veces se decide volver hacia atrás, tres salas antes, con la idea de intentar establecer una coherencia, un linaje. Gran libertad es verdad pero difícil de seguir. Muchas imágenes por todas partes (aquí y aquí)


Jean Hélion, Composición ortogonale, 1929-30, óleo sobre lienzo, 146x97cm


Entonces, al principio Hélion es figurativo: quiere «hacer que los objetos griten... cosas que antes sólo murmuraban». Pero, conoce a Torres García y se interesa por el cubismo y en 1929 se pone a pintar lienzos abstractos muy inspirados en Mondrian: abstracción seca y rigurosa, ortogonal. Esta Composición ortogonal es su primer lienzo abstracto. 


Jean Hélion, Figura caída, abril-septiembre 1939, óleo sobre lienzo, 126.2×164.3cm, Centro Pompidou


Las influencias de Calder y luego de Arp lo hacen evolucionar hacia colores más degradados de líneas más curvas, formas en equilibrio se vuelven poco a poco antropomorfas. Vemos una bonita retrospectiva de ese periodo. Después de diez años de esta pintura más bien ascética, pinta en 1939, su último lienzo abstracto, Figura caída.  


Jean Hélion, Édouard, 1939, óleo sobre madera, 33×25.5cm, col. Clovis Vail


A partir de 1939 empieza a pintar cabezas estilizadas, recorta los personajes con formas volumétricas sencillas y coloridas, casi mecánicas, con frecuencia son hombres de sombrero para equilibrar la cara. Soldado, prisionero de guerra, prófugo. Vuelve a Estados Unidos y pronto se convierte en el yerno de Peggy Guggenheim, se ubica entonces a contra corriente de la tendencia abstracta que domina. 


Jean Hélion, Al revés, enero-febrero 1947, óleo sobre lienzo, 113.5x146cm, Centro Pompidou


Luego sus lienzos de vuelven más complejos, los personajes aparecen enteros, siempre parecen extraños entre ellos, yuxtapuestos, inexpresivos, a menudo con paraguas y traje centrado. Y francamente hay demasiados: son lienzos que se repiten terriblemente y uno se cansa del relleno de las salas. A veces, como aquí, el color flota, las líneas se disuelven, nos libramos del fondo liso demasiado banal y es una disrupción que nos hace provecho. A veces vemos un vuelco, un desbarajuste, como en esta construcción dual, pies con cabeza de À Rebours -Al revés- en la cual entre un lienzo abstracto de su amante desnuda invertida, el pintor hace con sus manos un gesto que podría ser un corazón o una vulva, que es el reflejo de la forma de las piernas y del pubis femenino. De paso, sabiendo la admiración de Hélion por la Virgen de Jean Fouquet (que quiso exponer al lado de un Mondrian para «volver sensible el espacio»), impresiona el parecido de los senos perfectamente esféricos que se vuelven casi irreales. 


Jean Hélion, Tierra labrada, 1961, óleo sobre lienzo, 73x92cm, MAM Paris


La letanía de repollos, calabazas, cangrejos, cabezas de pescado, crisantemas, lienzos casi siempre muy regulares e incluso hechos de afán, cansa rápidamente. Aunque los grandes trípticos son interesantes más por el tema que por la pintura, aunque la pintura de Mayo del 68 no seduce, a veces vemos algunos destellos, como por ejemplo esta Tierra labrada: exploración de la materia bruta, casi una nueva abstracción. 


Jean Hélion, Tres desnudos y el yacente, 1950, óleo sobre lienzo, 130x162cm


Otros lienzos grandes llaman la atención, por ejemplo esta composición que podríamos creer feminista y que es bastante divertida (en 1950, se casó tres veces...); su último lienzo en 1983 (arriba), cuando se vuelve ciego (igual que Piero y Degas) muestra al Pintor pisoteado por su modelo: fin de la pintura, punto final. 


Catálogo con Hombre de mejilla roja, 1943, óleo sobre lienzo, 65×49.5cm, col. Claudine Hélion


En resumen, hay demasiado, hay que pasar rápido delante de ciertos cuadros pero descubrimos a un pintor desconocido y muy variado. El catálogo quedó bien hecho y tiene numerosos ensayos interesantes. 




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