mardi 17 décembre 2019

Entrar en la Obra : Arte pobre y performance


11 de diciembre de 2019, por Lunettes Rouges



Giovanni Anselmo, Entrare nell’opera, 1971, impresión blanco y negro sobre lienzo, 336 x 491 cm.
Col. Fundação de Serralves – Museu de Arte Contemporânea, Porto, Portugal. © Giovanni Anselmo, cortesía Archivio Anselmo.

En el arte pobre, se insiste por lo general en el objeto, en la obra de arte tangible, concreta, material, y, precisamente, hecha con materiales pobres, madera, carbón, fieltro. Pero toda la otra cara del Arte pobre, la de las acciones temporales, de las performances, de los procesos que implican al público, se evoca rara vez; probablemente porque es más difícil de exponer, los comisarios no disponen sino de huellas de esas acciones, documentos, fotos, cortos, o vestigios físicos más o menos elocuentes, y no consiguen realizar sino presentaciones museísticas frías y desencarnadas, en el mejor de los casos re- encantadas para un espectáculo o un  «re-enactment» lo que es siempre bastante artificial. El gran interés de esta exposición en el Museo de Saint Etienne (hasta el 3 de mayo) es que intenta esquivar esta dificultad con audacia, lo vamos a ver (la exposición viene del Kunstmuseum de Liechtenstein).

Alighiero e Boetti, Lámpara anual, 1966, 76 x 37 x 37 cm

No necesitamos presentar a los 14 artistas de Arte pobre, entre los cuales una única mujer, Mariza Merz; seis de entre ellos viven todavía (Anselmo, Calzolari, Paolini, Penone, Pistoletto y Zorio). Una pared con retratos en la entrada muestra a todos esos simpáticos jóvenes intrépidos. Lo primero que muestra esta exposición, es que todos, de diferentes maneras, no consideraban su arte como una producción de objetos sino como un generador de experiencias, y, que para ellos, cuerpos, tiempo y espacio eran materiales para performar y no entornos pasivos. Las dos primeras secciones de la exposición presentan de forma bastante clásica, obras emblemáticas y rica documentación, fotografías y películas: la primera sobre el teatro y la teatralidad de las obras, con, por ejemplo Pistoletto y el grupo Lo Zoo una sección sobre el Piper Pluriclub de Turin y los vínculos con el Living Theater. Como ejemplo teatral hay una obra de Pier Paolo Calzolari  en la cual la humedad del aire se transforma en hielo: lo invisible se vuelve visible. Otra obra emblemática (aquí arriba), la lámpara anual de Alighiero e Boetti, que se enciende únicamente una vez al año durante 11 segundos, nadie sabe cuándo: el evento aleatorio e imprevisto, casi invisible, en realidad se reduce a una idea. 

Ugo Mulas, Il tempo fotografico, A J. Kounellis, 1969, copia por contacto (Verifica n°3); no está en la exposición

La segunda parte, «Tiempo y lugar», agrupa numerosos archivos, documentos, películas y fotos. Se trata de un conjunto bastante documentado (y el catálogo de 540 páginas completa muy bien la documentación); lo que me sorprendió fue que no encontré casi nada sobre Ugo Mulas. No solamente fotografió las obras de Pisoletto, sino principalmente su trabajo fotográfico de 1969 sobre una performance elaborada por Jannis Kounellis (referenciado en el catálogo p.429 como ST (Nabucco)), que él intitula Il tempo fotografico y que fue el origen de su trabajo sobre las Verifiche. Da pesar dentro de un conjunto tan bien construido.

Vista de la exposición Entrare nell’opera. Prozesse und Aktionen in der Arte Povera en el Kunstmuseum Liechtenstein, Vaduz, 7 juin — 1 de septiembre  de 2019. Foto : Stefan Altenburger © Kunstmuseum Liechtenstein
De izquierda a derecha : Mariza Merz, Scarpette, 1968. Cobre e hilo de nylon, cada uno
 4 x 22 x 7 cm. Fondazione Merz, Turin.
Gilberto Zorio, Odio, 1969. Cuerda y columpio, dimensiones variables. Colección Kunstmuseum Liechtenstein.
Giuseppe Penone, Albero di cinque metri, 1973. Madera, 470 x 20 x 15 cm. Colección MAMC+. Michelangelo Pistoletto, Mapamondi, 1966-1968. Hilo metálico papel periódico, dimensiones variables. Cittadellarte – Fondazione Pistoletto, Biella.


La tercera sección, «Acciones», entra de lleno en el tema, con obras que son el testimonio de una acción del artista, que vuelven visible el proceso de creación y su entorno. Por ejemplo el Mapamundi de Michelangelo Pistoletto, esfera de papel periódico que hace rodar en la calle y que lleva las marcas de ello. Es allí también que se reinventa ciertos días la obra ST (que se inventa en el lugar) de Kounellis con violinista y bailarina ante un cuadro que toma las partituras de un extracto del ballet Pulcinella de Stravinsky. 

Giovanni Anselmo, Entrare nell’opera, detalle vista de la exposición

Pero la singularidad de esta exposición viene de la cuarta parte, epónima: Giovanni Anselmo, habiendo accionado el temporizador de su cámara fotográfica, entra en el campo, en el paisaje, en la obra (arriba). Aunque se nos prohiba pasar la raya, es una incitación para que participemos en otras obras performances, para que nos sentemos en el comedor de Pistoletto, cantemos en los micrófonos de Zorio, martillemos la placa de metal de Mattiacci o para que levantemos el cubo de Luciano Fabro y penetremos en él (aquí abajo). Podemos imaginar la angustia de los mediadores y de los guardias de sala, pero hay que aplaudir la audacia. 

Luciano Fabro, In cubo [En cubo], per Carla Lonzi, 1966. Foto : Giorgio Colombo, Milan.

Catálogo en inglés, muy completo, con ensayos, reseñas detalladas de cada uno de los artistas, testimonios e inventario de las acciones emprendidas por los 14 artistas. Una obra de referencia, incluso si usted no puede ver la exposición. 

Fotos 1, 4 & 6 cortesía del Museo; foto 5 del autor. 

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