dimanche 5 août 2018

Distribución de Premios (Arles 3)


30 de julio de 2018, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)




Wiktoria Wojciechowska, The squad of nine killed and eight wounded from the series of Golden Collages – Sparks, collage on picture from a soldier’s mobile phone’s, 2015-2016.



Para empezar el Premio Découverte (Descubrimiento), nueva fórmula patrocinada por las galerías de los artistas. El Premio del público (nuestros votos) se lo ganó la polaca Wiktoria Wojciechowska (también obtuvo el Premio Madame Figaro) por una serie bien hecha pero bastante banal sobre los conflictos en Ucrania: dos bonitos retratos oscuros de guerreros románticos y tenebrosos, pero la única foto que me llamó la atención es aquella en la que en el retrato de un grupo de combatientes, los muertos se convirtieron en fantasmas dorados (galería Confluence en Nantes). Y este año hay también un Premio del Jurado Descubrimiento, tres veces mejor dotado que el del público (no, pero cómo...). Se lo ganó la neerlandesa Paulien Oltheten por su trabajo sobre La Défense, cuyo interés principal para mi fue la actuación de la artista en el video irónico y desfasado que acompaña las fotos (galería Filles du Calvaire).



Anton Roland Laub, Église Saint-Jean-Nouveau, Bucarest, série « Mobile Churches », 2013-2017. Avec l’aimable autorisation de l’artiste.




Otras propuestas para este Premio no se merecen sino una mirada distraída, qué pena, y no puedo dejar pasar el stand de Ali Mobasser, lleno de bonitas fotos de su abuelo, commandante general de la policía del Shah, principal responsable de la represión sangrienta contra los comunistas iraníes del Toudeh: descubrimos que el policía del Shah tenía corazón, cosa de la que hubiéramos podido dudar. De ese conjunto bastante mediocre, aprecié el trabajo bastante puro del francés Thomas Hauser, que presentó el espacio nómada un-spaced cuya instalación fue sin lugar a dudas la más compleja y pensada de las diez propuestas. Voté por el rumano de Berlin Anton Roland Laub (galería Kehrer) pues me pareció la obra más política e histórica de todas: cómo bajo Ceausescu, algunas iglesias (y una sinagoga) fueron desplazadas en Bucarest y cómo, objetos de lucha entre el comunismo todo poderoso y la religión oprimida, se esforzaron sin embargo para resistir a su manera, bloqueadas entre edificios, relegadas en lugares inhóspitos, resistentes discretas y obstinadas. Un plano grande de la ciudad mostraba su desplazamiento sobre rieles o troncos, entre 14 y 289 metros.



Hélène Bellenger, Right color, 2018


Casi no entro en la sala de exposición de colores que anunciaba el Premio Dior intitulado Woman-Women Faces, pues temía lo peor (y esta exposición no aparece en el programa). Presenta a diez jóvenes diplomadas de escuela de fotografía de cualquier lugar del mundo. Y me habría equivocado: si en efecto la ganadora del Premio, la coreana Yoonkyung Jang propone retratos bastante clásicos, dos de sus compatriotas demuestran un poco más de reflexión estética sobre el sentido del retrato, Jay Uk Jung (uno de los hombres seleccionados) que juega con el estereotipo, y Sihyun Kim que desvía fotos de identidad, y los dos cuestionan el tópico de la belleza. Otros dos fotógrafas que se distinguen pues salen del camino trazado y rompen códigos y que me parecieron interesantes. Primero Hélène Bellenger, diplomada de la escuela de Arles, que encontró recetas de maquillaje que se usaban en la época de las películas en blanco y negro: maquillaje doblemente engañoso, desmontaje del mecanismo de estetización (y quizás guiño de venganza para Dior). Una obra sensible, feminista y política.



Khoula Hamad, ST, 2018



La otra, Khoula Hamad, viene de la universidad de Sharjah (lugar importante para el arte en la región). Desafío radical al tema de Dior, sus mujeres no tienen cabeza, hacen sus tareas domésticas o se relajan (siempre con un despertador grande al lado), pero su rostro está ausente, no cubierto como en la obra de Shadi Ghadirian, sino que falta, vacío. No creo que esta decapitación visual tenga que ver con la iconoclasia religiosa, y esa actitud burlona con el tema propuesto me alegró.

Fotos 1 & 2 cortesía de los Encuentros de Arles

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