9 de julio de 2022, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Barbara Iweins, Katalog, vista de la exposición |
Se trata de un espacio bastante pequeño, la antesala de las ediciones Photosynthèse, frente al sitio maravilloso de Lee Ufan, y en ese espacio cabe toda la vida de Barbara Iweins. Toda su vida no, sino todos los objetos de su casa, todos, totalmente, que ella preparó y fotografió concienzudamente para luego catalogarlos siguiendo reglas precisas. Resulta una clasificación rigurosa según el material, el color, la utilidad, la frecuencia de uso, incluso la molestia (el vaciado de sus dientes fue el objeto, dice, más incómodo de mostrar, más que la bolsa de agua caliente de su amante que ella despedazó cuando él la dejó; y ¿para mi? ¿cuál sería el objeto más incómodo de mostrar en un ejercicio así?). Sigamos, 16% de los objetos son azules, 4% de vidrio, 56% no se utilizan nunca, y muchas otras estadísticas igual de útiles. El conjunto va acompañado de cuentos cortos sobre el hermano, el marido o el amante. Pero lo esencial es la investigación sistemática de la cual resulta cierta forma de angustia y es eso lo que más me conmueve. La escenografía íntima de la exposición recrea un espacio doméstico, cierta forma de encierro en lo casero. Cuando lea el libro seguro que les contaré.
Gaëlle Delort, Aven des Offraous, Causse Méjean, 2021 |
Las dos alumnas de la ENSP que fueron seleccionadas por atención particular exploran las profundidades: Cassandre Colas, un túnel debajo de una carretera en Fos, lugar de paso y de transición, que atrae e inquieta a la vez. Y Gaëlle Delort, las simas de las cavidades karsticas del Causse Méjean, espacios misteriosos, bocas de los infiernos, lugar de exploración y de transgresión, entre dos mundos, los vivos y los muertos, los hombres y los brujos; sus fotografías muestran bien la inquietante extrañeza que se adueña de nosotros en medio de este entre dos matricial. Al lado, unos diez fotógrafos del subcontinente indio (y un iraní) exploran de manera desigual la fotografía cuadro y la puesta en escena de cuentos.
Vanessa Winship, Richmond VA, serie She dances on Jackson, 2012 |
Hay que ir hasta el museo Arles Antiques para ver este concentrado de América con título desconcertante (¿qué tiene que ver la obstinada renuencia de Galileo con esas visiones fragmentadas? ¿la mirada de desilusión, tal vez?): nueve fotografías (de las cuales un duo) cuentan en imágenes la vida de comunidades, no siempre homogéneas, a veces separadas en dos por las desigualdades y la raza (Brutti & Casotti en St Louis), otras veces cohesivas y sólidas (Los negros de Alabama de RaMell Ross), otras en simbiosis estrecha con la naturaleza (Kristine Potter en el Colorado) y otras flotando en una banalidad desconcertante y solitaria (Richard Choi). Aquí arriba una fotografía de Vanessa Winship, premiada con el Prix HCB que le permitió viajar por el país durante un año, en 2012, rastreando la melancolía, la nostalgia y la soledad omnipresentes: la belleza trágica de esta joven negra aprieta el corazón.
Y para concluir vuelvo a la primera reseña, no fue Seif Kousmate quien ganó el Prix Découverte, Rahim Fortune ganó el premio del jurado y Mika Sperling el premio del público. Conclusión de los cinco días que pasé: una temporada bastante regular, demasiado convencional, sin sorpresas o «WAW!», pero con algunas exposiciones de calidad (que se salen del sendero, algo poco frecuente aquí).
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