mardi 18 février 2025

Chiharu Shiota : inmersión y emociones


12 de febrero de 2025, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Chiharu Shiota, Uncertain Journey, 2016/24, vista de la exposición

Está claro que vamos a la exposición de Chiharu Shiota en los altillos del Grand Palais (hasta el 19 de marzo) para experimentar la sensación extraordinaria de estar envueltos en sus instalaciones de hilos negros, rojos o blancos, como arropados y protegidos en un fantasma amniótico de vuelta al vientre materno, un universo completo, cerrado y autosuficiente, una gruta, una capilla, un campo magnético. Uno se queda bastante tiempo en la primera sala, bañada por una luz con toques de rojo, errando entre las columnas de hilos. Más lejos, sillas, barcas, trajes, zapatos, un piano, inalcanzables en su prisión de hilos. Shiota es maestra en el arte de estructurar el espacio de esa manera. Pero más allá de la experiencia física, sensual o inquietante, se trata de obras serias: ausencia, muerte y tragedia, rondan. 


Chiharu Shiota, Accumulation- Searching for the Destination, 2014/24, vista de la exposición

En otras instalaciones los objetos no están tan alejados, están casi a distancia de la mano, más presentes visualmente y por lo tanto, mentalmente. Dos de esas instalaciones nos hacen pensar en los viajes, el exilio, el recuerdo de lo perdido. Una de la maletas suspendidas puede que reviva el holocausto, el viaje final de los judíos y los gitanos hacia la exterminación (y sin falta, la cartela lo recuerda), pero pueden ser también otros exilios. La otra es una fotografía que evoca una instalación que se hizo para el pabellón del Japón en Venecia, con llaves: puede que sugiera la Nabka y la depuración étnica de los que fueron expulsados de su tierra y no conservaron sino la llave de aquella casa usurpada y anclada en su memoria (pero la cartela no dice nada). Y ya lo había notado en la exposición que hizo en la Maison Rouge.


Chiharu Shiota, Becoming Painting, 1994, 72x48cm

Las salas que presentan el recorrido artístico de Shiota a quien hemos reducido con demasiada frecuencia (yo el primero) a sus grandes instalaciones ringleras, son muy interesantes pero hay obras demasiado amontonadas. Cuando aún era estudiante, a los 22 años, después de haber soñado con algo agobiante, se transforma en pintura, se cubre de laca roja y se enrolla en el lienzo; después de eso abandona la pintura. Para ella sus instalaciones de hilos son como pinturas en tres dimensiones. 


Chiharu Shiota, Try and Go Home, 1997, captura de pantalla video

En muchas de sus obras anteriores su cuerpo está bastante presente y sus dolores los sublima el arte, pero ahora, su cuerpo ha sido reemplazado por la impronta simbólica de sus estructuras de hilos. En Kerguéhennec, en 1997, después de haber ayunado 4 días con el auspicio de Marina Abramovic, trata en vano de escalar una pared rocosa inclinada, se cae y vuelve a empezar, como Sísifo: bautiza la obra Imposibilidad de volver a casa. Su desnudez puede evocar a Ana Mendieta pero su enfoque es mucho más trágico y desesperado, menos acorde con la naturaleza y menos feminista. En otra performance se cubre de barro en la bañera, para expresar, dice, el recuerdo de su propia piel.  


Chiharu Shiota, Wall, 2010, captura de pantalla video


Otra obra igual de dramática la muestra como si estuviera intubada con una serie de tubos-arterias que envuelven su cuerpo y a través de los cuales circularía su sangre. Se oye la grabación del corazón de un feto. Es una instalación quizás un poco evidente pero sugiere maternidad, aborto y muerte. Es su primera exposición monográfica en Europa y es una iniciativa excelente. Algunas objeciones: demasiado énfasis en la performance técnica (40 km de hilo, ... montado en su totalidad por ayudante de esta escuela), y las dos salas dedicadas a su trabajo escenográfico que son bastante aburridas (en lugar de los argumentos de ópera, una explicación se sus gamas escénicas nos hubiera interesado); una de esas dos salas hubiera podido ser mejor utilizada para sus obras de juventud, que se encuentran con muy poco espacio en la pequeña sala vecina. Muy buen catálogo, con un ensayo excelente de Mami Kataoka directora del Mori Art Museum que diseñó la exposición. Todas las fotos son del autor.





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