vendredi 4 janvier 2019

Ana Mendieta : la desaparición del cuerpo


29 de diciembre de 2018, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)



Ana Mendieta, Sweating Blood, 1973, film Super 8

La exposición en el Jeu de Paume sobre Ana Mendieta (hasta el 27 de enero) presenta solamente películas de la artista, unas veinte: es a la vez apasionante y reductora; apasionante porque podemos ver una parte importante de su obra fílmica, lo que es raro (pero no todo, falta mucho, 20 películas sobre 104); reductora porque Mendieta se expresa a través de muchos otros medios y solamente presentan algunas fotografías relacionadas con sus películas. La presentación de las películas obedece a un orden que los comisarios definieron y que no es absurdo, pero que impone cierta lectura, también reductora: una categoría como « cuerpo, identidad, sexo » podría cubrir toda su obra, al igual que 
« memoria, historia, ritual ». Más vale entonces hacer un recorrido tranquilo, sin preocuparse demasiado por los carteles ni por sus tentativas de estructuraciones temáticas. Es cierto que, la tierra, el fuego y el aire son cuatro elementos (alquímicos) subyacentes, ya sea en Iowa, Méjico o Cuba, pero hay otras lecturas posibles.

Ana Mendieta, Creek, 1974, film Super 8

Si yo tuviera que proponer mi lectura de las obras presentadas aquí, sería la de desaparición del cuerpo. En efecto, buen número de obras de Ana Mendieta están relacionadas de una u otra manera, con la performance y por tanto con la presencia de su cuerpo en la imagen. Tomemos por ejemplo Creek (1974) en la cual su cuerpo desnudo, arquetipo de la bañista, flota en un riachuelo mejicano, y a la orilla una flor roja minúscula recuerda el corazón de la película Corazón de Roca con Sangre (1975). Inmersión en el agua, en la naturaleza, con toda confianza, en armonía. Si su cuerpo es a menudo representado entero (y a menudo desnudo), la excepción es el primer plano sobre su rostro que lentamente suda sangre (Sweating Blood, 1973, arriba) : imagen crística, pero también feminista, me parece.

Ana Mendieta, Burial Pyramid, 1974, film Super 8

Pero el cuerpo es a veces poco visible, disimulado bajo flores en una tumba azteca (Imagen de Yagul, 1973) o enterrado bajo piedras de donde emergerá lentamente bajo el efecto de la respiración (Burial Pyramid, 1974). Se trata de nacimiento, de aparición, y al mismo tiempo es como un presagio de su trágica muerte (de la cual su marido Carl André salió inocente, no lo olvidemos). 

Ana Mendieta, Silueta de Arena, 1978, film Super 8

Pero, poco a poco ese cuerpo humano, femenino, deseable, desaparece y es reemplazado por una silueta, por una forma antropomorfa elaborada burdamente, con tierra, con arena (aquí arriba), con piedra y ramas, que asume su papel en la performance, acentúa su fusión con la tierra y la naturaleza. Es el caso también con las esculturas rupestres que hace en Jaruco, Cuba (abajo).

Ana Mendieta, Energy Charge, 1975, film 16mm

Y después, al final, ya no queda sino una huella, marca de sangre en Silueta del Laberinto (1974; una de las pocas películas en las que la cámara está en movimiento), marca de fuego en Energy Change (1976) o en Anima, Silueta de cohetes (1976) y Siluetas (como Volcán, 1979, o esta de encima, Sin Titulo, de 1979). 

Ana Mendieta, Untitled Silueta Series, 1978, film Super 8

La interpretación de la obra de Ana Mendieta en el sentido de un cuerpo que desaparece no es para nada cronológica, no es un esquema que estructura históricamente su obra, sino más bien idas y venidas entre visible e invisible, entre cuerpo carnal, presente y cuerpo fantasmal, sublimado.

Ana Mendieta, Esculturas Rupestres, 1981, film Super 8

Bonito catálogo, pero en el cual la mayoría de los ensayos privilegian (demasiado a mi gusto) la dimensión mística « Gran Diosa » de su obra, a costa de un enfoque más vinculado con la corporalidad o con el primitivismo.

Todas las fotos (c) The Estate of Ana Mendieta. Todas las fotos cortesía del Jeu de Paume.

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