lundi 5 février 2024

A la gloria de las mujeres (Maria Lamas)


27 de enero de 2024, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Maria Lamas, Una mujer de Salreu en una arrocera del río de Aveiro, 1948, p.180 del libro.


Maria Lamas (1893-1983) era periodista, traductora y escritora portuguesa de buena familia, que al principio escandalizó porque en 1913 (a los 20 años y con dos bebés) pidió el divorcio de su marido oficial, en una época en la que el divorcio (legal solamente desde que se acabó la monarquía en 1910), no era muy aceptado socialmente. Fue una de las primeras mujeres periodistas profesionales de Portugal, y después de una segunda separación (su segundo marido era un periodista monárquico), escribió mucho sobre los derechos de la mujer. Participó activamente en el Consejo Nacional de Mujeres Portuguesas, una asociación feminista de la cual fue presidente en 1945 y que el gobierno de Salazar disolvió. Después de un periodo más ambiguo pues fue decorada por el régimen (Oficial de la Orden de Santiago y la Espada en 1934), se opuso claramente a la dictadura a partir de 1945 y fue hecha presa tres veces (1949, 1953, 1962), relegada en la Isla de Madera luego exiliada en Paris del 1962 a 1969 (en donde parece haber participado en Mayo del 68). Después de la revolución de los claveles en 1974, se une al partido Comunista y participa en el Congreso Mundial por la Paz (en la exposición figuran las fotos de ella con Zhou Enlai y Hô Chi Minh).


Maria Lamas, Niña de 4 años en la feria de Barcelos, lleva un delantal hecho por su madre, 1948-1950


Entre 1948 y 1950, dirige y lanza el proyecto editorial Las Mujeres de mi País, primero publicado en fascículos (480 páginas en total). Su objetivo era redactar en diez capítulos una descripción de la condición de las mujeres portuguesas (La campesina, La obrera, La mujer de la orilla del mar, la de la orilla del río, las empleadas y las profesionales, el ama de casa, la artista, la intelectual, las industrias domésticas y diversas actividades de la mujer del pueblo (el planteamiento final fue diferente, organizado sobre todo por regiones). Según el comisario de la exposición Jorge Calado (un científico aficionado al arte y la literatura), ella no conocía ni el trabajo de Augusto Sander, ni el programa de la Farm Security Administration. El texto debía ir ilustrado con unas obras de arte y bastantes fotografías, ya sea de los fondos existentes, ya sea encargados para la ocasión; con unos cincuenta fotógrafos (entre ellos Artur Pastor, el sofisticado Adelino Lyon de Castro y el poco conocido Julio Vidal). Es sin duda la primera obra importante ilustrada que se opone a la ideología oficial del país, la cual tendía a limitar a las mujeres al papel de ama de casa, señora de la casa, hada del hogar. 


Maria Lamas, Transporte de wagons cargados de carbón, Minas de São Pedro da Cova, 1948-1950


Insatisfecha con el corpus fotográfico existente, en desacuerdo con algunos autores (era conocida por su carácter colérico), y posiblemente descontenta de que todos los fotógrafos implicados fueran hombres, Maria Lamas decide, ya pasados los 50 años, volverse fotógrafa para completar la documentación fotográfica del proyecto. Novata (a veces vemos su sombra inadvertida, la imagen borrosa arriba) tenía un Kodak Brownie que le había regalado su yerno; se iba 15 días a las regiones más lejanas del país y luego volvía a Lisboa otros 15 para redactar un cuaderno y luego se volvía a ir. De más de 1000 fotografías del trabajo, 149 le son acreditadas y se estima que otras cincuenta mas o menos, no acreditadas, también son de ella. La exposición en la Fundación Gulbenkian (hasta el 28 de mayo), cuyo comisario es Jorge Calado, presenta 67 de sus fotografías (casi todas «vintage»), además de variados documentos sobre Maria Lamas e imágenes de cinco otros fotógrafos del proyecto.


Maria Lamas, « Tricana » típica de Aveiro, 1948-1950


Las fotografías de Maria Lamas son de formato pequeño y algunas se han deteriorado un poco con el tiempo. Prácticamente no representa sino mujeres, y son mujeres del pueblo, en especial campesinas y mujeres de pescadores, algunas obreras; solamente tenemos dos fotografías urbanas entre ellas la elegante costurera de Aveiro aquí arriba. Casi siempre representa a las mujeres de manera frontal, de pie mirando al objetivo, posando, y en general con su herramienta de trabajo en la mano (o, con frecuencia sobre la cabeza); van vestidas con ropa de diario, sin representaciones folclóricas, y las fotografía en el lugar en donde viven o en donde  trabajan, a veces con uno o más niños y siempre sin hombres (y cuando están presentes, representan el poder, por ejemplo el encargado de la mina de carbón, arriba). Las fotografías improvisadas son raras. Lo que enaltece es su estatuto de trabajadoras, su fuerza, y en paralelo la evidencia de su pobreza y discriminación. Muchas fotografías representan grupos de trabajadoras, la unidad y hermandad. En el libro (no en la exposición salvo dos excepciones) las imágenes van acompañadas de un largo metatexto, una nota explicativa y bastante detallada indica el pueblo, el caserío, pero nunca da el nombre de la persona fotografiada: es curioso, posiblemente con el ánimo de mostrar «tipos» (como Sander), pero la ausencia de nombre le quita dignidad a la persona fotografiada, niega, o en todo caso disminuye la dimensión del encuentro, del contrato civil (como dice Ariella Aïsha Azoulay). 


Maria Lamas, montaje, 1948-1950


Muy poca originalidad estética en sus fotografías: son poses directas y sencillas, salvo algunas raras excepciones, por ejemplo las dos mujeres que empujan un vagón de carbón observadas por el jefe (arriba) o esta mujer con su barca, hay una construcción diagonal dinámica de la imagen (abajo). Hay unos intentos de montaje un poco torpes, como el grupo de mujeres de aquí arriba, aquellas mujeres bailando (los dos hombres de grupo inicial fueron eliminados) con unos músicos fotografiados en otro lugar y más o menos integrados en la imagen. Ninguna fantasía tampoco: comparemos con la imagen aquí abajo, una pareja de campesinos de Julio Vidal en la que la mujer que se funde en la paja introduce un embrión de relato, misterio y sofisticación, ausentes en las fotografías de Maria Lamas. Su trabajo sobresale desde el punto de vista socio-etnológico; sus fotografías documentales están ahí para ilustrar el texto sin llegar a ser verdaderamente un foto-libro. 


Julio Vidal, Cargando la paja de arroz, hacia 1947, página 191 del libro.


Su trabajo fotográfico estuvo en el olvido largo tiempo. El mismo Jorge Calado muestra ocho fotografías de ella en la muy buena exposición « Au féminin » en Gulbenkian Paris en 2009 (primera exposición en Francia sobre mujeres fotógrafas, seis años antes de la del Museo de Orsay/Orangerie en la que no estaba Maria Lamas pues post 1945), luego otras nueve en Dubaï en 2016. Yo descubrí su trabajo en 2021 en la exposición Gulbekian sobre las artistas portuguesas, escribía entonces que «iba en contra de la caparazón salazaro-católica impuesta entonces a las portuguesas» (también la mostraron en Tours en 2022). La reseña sobre ella en Una historia mundial de las mujeres fotógrafas, la redactó la historiadora de la fotografía Margarida Medeiros, que acaba de morir. Los luso hablantes pueden leer esta crítica excelente de Lucinda Canelas en O Publico.




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