vendredi 2 février 2024

Jugar contra los aparatos, en Nantes


25 de enero de 2024, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Esto no es una crítica de exposición sino una recensión de la exposición que Xavier Navatte y yo imaginamos y organizamos en la galería municipal L'Atelier en Nantes (hasta el 10 de marzo, cuenta Instagram). Las cartelas de la exposición se toman aquí. 



Por primera vez en Nantes, una exposición presenta a 17 artistas que practican una fotografía llamada experimental. A pesar de su importancia en la historia de la fotografía, su inventiva y poética que se renuevan sin cesar, es una práctica que poco se muestra. Es una fotografía que recorre el siglo XX, desde las vanguardias de los años 20 hasta los surrealistas, y se desarrolla hasta nuestros días. Jugar contra los aparatos es una exposición que aspira a poner de relieve una práctica artística y hacer descubrir su vitalidad. 


La fotografía experimental, es jugar contra los aparatos, es no respetar las reglas habituales de la fotografía, darle la espalda a las prácticas, fotografiar sin aparato o sin objetivo, desviar las normas de desarrollo o del revelado. Es ver en la fotografía no un medio para representar el mundo sino un soporte con el cual se puede jugar de diferentes maneras. 

Los 17 artistas (entre ellos un duo) presentados en esta exposición (aquí abajo por orden alfabético) se distinguen entonces porque no respetan las reglas habituales de la fotografía convencional. La consideran como un conjunto de programas que todos los fotógrafos tienen que respetar: aparato fotográfico, objetivo, reglas para la toma, de desarrollo y de revelado. Algunos no tienen aparatos (la mayoría aquí), otros, un aparato sin objetivo, otros perturban a propósito, las reglas de funcionamiento de la fotografía, no respetan las normas establecidas en cuanto a la química, el proceso, la luz o el tiempo. 

Todos esos fotógrafos practican un enfoque autoreflexivo sobre lo que es la fotografía, con mucha frecuencia siguen procesos rigurosos, se desmarcan de la función puramente representativa de la fotografía, le dejan una parte al azar y aceptan perder algo del control. En definitiva, juegan con y contra los aparatos. Esta concepción de la fotografía experimental como medio para rechazar las reglas impuestas fue desarrollada por el filósofo checo-brasileño Vilém Flusser en su libro Hacia una filosofía de la fotografía .


Morgane Adawi, 8 Superficies sensibles, 2014. Impresiones chorro de tinta sobre papel Epson, cada uno 20x20cm. Colección Marc Lenot. Foto del autor


Morgane Adawi (1988) era estudiante de la Escuela Nacional Superior de la Fotografía cuando realizó este trabajo. Aquí, su cuerpo ya no es sencillamente motivo de representación sino un verdadero material para explorar, modelar, experimentar, con el fin de sentir los contornos, volúmenes, superficies y también las sensaciones y los límites de la percepción. Estas fotografías son improntas directas de sus senos y vulva que había untado con revelador fotográfico (después de haberse aplicado una crema protectora) antes de poner una hoja de papel fotosensible bajo luz inactínica (roja). Un trabajo que interroga la feminidad, la sexualidad y la relación con el cuerpo, e insiste en la repetición del gesto y la implicación física hasta el agotamiento. También conlleva la reflexión sobre la impronta corpórea que podemos relacionar con las metáforas de la Verónica o el Santo Sudario. 


Patrick Bailly-Maître-Grand, 4 Las Gotas de Niépce, 2006. Impresión analógica 53x53cm. Préstamo galería Baudoin Lebon. Foto del autor.


Patrick Bailly-Maître-Grand (1945) es de los fotógrafos experimentales franceses más importantes, no para de explorar nuevos procedimientos para ir más allá de la representación fiel de la realidad. En las Gotas de Niépce, el artista compone ópticas barrocas para las que utiliza gotas de gelatina alimenticia en lugar del lente de vidrio con el objeto de fotografiar un paisaje. Luego fotografía el mismo paisaje con un enfoque borroso y luego superpone las dos imágenes en un solo montaje. Una solución laboriosa que evoca los inicios de la fotografía, cuando todo estaba por descubrir con una caja, un pedazo de vidrio, la química y el azar. 


Patrick Bailly-Maître-Grand, Las Gemelas, 1997. Impresión analógica, imagen 80x60cm. Colection Marc Lenot. Foto del autor.


Les Gémelles presentadas aquí son unas imágenes oscuras de viejos espejos, el duplicado de un par de monotipos directos, un negativo original y el positivo que se reveló por contacto, sin que sepamos cuál es cuál: entonces es imposible saber, por ejemplo, si el negro significa luz en el negativo o ausencia de luz en el positivo. En ese vacío opaco, ciego, misteriosamente, no se refleja ninguna imagen, el objetivo del fotógrafo es invisible por no sabemos qué artificio: no es una puesta en abismo sino una desaparición de la representación, un memento mori. La portada de la primera edición francesa del libro esencial de Vilém Flusser, Hacia una filosofía de la fotografía, estaba ilustrada con dos Gémelles


Patrick Bailly-Maître-Grand, Las Hormigas, 2002. Revelado argéntico, imagen 60x50cm. Préstamo galería Baudoin Lebon. Foto del autor.


Otras piezas de Patrick Bailly-Maître-Grand son experimentos con insectos, moscas, hormigas, arañas. En la oscuridad del laboratorio, encerró a unas arañas entre dos placas triangulares de vidrio que puso directamente sobre papel fotográfico. Un flash es suficiente para fijar su sombra en el papel fotosensible y obtenir esta escritura coreográfica. Una vez las moscas proliferaron en casa del artista y capturó una buena cantidad en bandas de papel pegajoso suspendidas del techo: después puso las bandas transparentes saturadas de moscas muertas sobre papel fotográfico para obtener un fotograma cuya imagen puede evocar una partitura. Al dejar que se abran gusanos de mosca en un dispositivo de vidrio con papel milimetrado, el artista fotografía las moscas de manera aleatoria cuando se paran en el papel al azar de sus peregrinajes. Sólo una hormiga (arriba) puesta en una placa rodeada de agua se desplaza en su prisión milimetrada, buscando incansable una salida. El artista la fotografía a cada paso de su errancia y superpone las tomas verticalmente. 


Rossella Bellusci, vista de la exposición, foto del autor.


En las fotografías diáfanas de Rosella Bellusci, artista italiana residente en Francia (1947), el tema se disuelve en una luz cegadora, tan fuerte que destruye la representación y solamente deja aparecer una vibración de trazos depurados, atenuados, evanescentes. Hay que contemplarlos largo tiempo para ver aparecer al fin el simulacro de una presencia en el umbral de lo visible. En las cuatro Líneas-Retratos de Audrey y de Malika (en las paredes laterales, difíciles de fotografiar), una luz deslumbrante vacía la cara de aquellas mujeres, vacía sus rasgos individuales, y al mismo tiempo exalta la pureza del óvalo. En cuanto a los tres Fluorescenze (al fondo), una figura procedente de la luz, sin rasgos ni contornos, suspendida en el espacio, parece avanzar o retroceder dependiendo de las disposiciones de la mirada. El halo que la aureola crea el movimiento de esa visión fugitiva. Si la luz extrema no destruye la imagen, en todo caso sí su representación y su visibilidad, para lograr una visión más esencial y mental más allá de la fotografía. 


Christelle Boulé, Bluebell (Michael Pickthall, Penhaligon’s, 1978), 2016. Perfume sobre papel fotográfico Fujicolor Crystal Archive, fotograma único, 12x15cm. Colection Marc Lenot. Foto del autor.

La fotógrafa suizo-canadiense Christelle Boulé (1984) intenta representar lo inmaterial, captar lo invisible, revelar lo que percibimos sin ver. Fascinada por el olfato, quiere expresar en imagen la experiencia íntima y fugitiva de la percepción del perfume. En la cámara oscura, deposita una gota de perfume sobre el papel fotográfico, la reacción química que resulta produce formas espectrales que luego revela y fija. Así ha obtenido la imagen de cien perfumes e indica para cada uno el nombre de la «naríz» que lo inventó y que lo produjo, y la fecha de creación del perfume. A veces flota aún un leve olor sobre el revelado. Este es descrito así por el perfumero: «Un paseo en el bosque en medio de una alfombra de jacintos perfumados. Una verdadera felicidad.»


Évelyne Coutas, Thermogrammes, 1990 y 1991, vista de la exposición, foto H. Foucault


Évelyne Coutas, Images soufflées, 1992 & 2003, vista de la exposición. foto H. Foucault


Évelyne Coutas (1958) llegó a la fotografía como por accidente, sus experimentos fueron con frecuencia tanteos. Los Termogramas son imágenes obtenidas a partir de fotogramas a escala humana en los cuales ha puesto su cuerpo desnudo y sudoroso: crea no solamente una impresión luminosa del cuerpo sobre la superficie fotosensible, como en todo fotograma, sino también una reacción de las sales de plata con la transpiración. Las trazas evanescentes de este acontecimiento íntimo y efímero generan una «scriptografía» del cuerpo. Al contrario de los fotogramas de objetos en los cuales el cuerpo humano no interviene para nada, aquí se convierte en objeto y sujeto, actor e imagen. Más íntimas aún son las Imágenes sopladas en las que el aire que emana de su boca es el que impresiona el papel fotográfico: acción en el culmen de la sensualidad, un beso fotográfico. El hueco enorme en lugar de la boca, los labios que articulan letras, es su manera de captar la energía de su cuerpo. 


Flora Fanzutti, Infierno y paraíso, 2020. Quimigrama sobre papel foto argéntica, digitalizado luego, impresión chorro de tinta, 53x67cm. Colection Marc Lenot. Foto del autor


Flora Fanzutti, 8 Vedute, 2021. Revelados únicos directos sobre papel argéntico, cada uno 9,5x12cm. Foto del autor


Flora Fanzutti (1983) explora los límites del medio fotográfico y las interacciones entre superficie y profundidad, mira la fotografía como una materia viva con la que dialoga. Trabaja directamente, manualmente con el material fotosensible y su gesto artístico invita los accidentes y los azares. Infierno y paraíso resulta de la reacción del papel fotosensible y de los estímulos químicos y mecánicos para crear formas originales que luego escanea y agranda con el fin de hacer surgir un paisaje mental. Las Vedute (vistas en italiano) circulares con contornos inciertos nacen de la exploración microscópica de la materia fotográfica, como una ventana abierta a un mundo misterioso a la vez real e imaginario, entre memoria, observación y manipulación del soporte fotográfico. 


Henri Foucault, The Transmissing, 2012. Conjunto de fotogramas analógicos únicos, 96 paneles de 50x60cm, sea 400x720cm. Foto del autor.


Originalmente Henri Foucault (1954) es escultor, trabaja en los linderos de la fotografía y de la escultura, realiza fotogramas de cuerpos desnudos. La imagen que obtiene así es perforada para sustraer materia, un ahuecamiento que evoca la escultura en talla directa, y después la ubica sobre una imagen idéntica: la obra ya no es solamente una huella o una silueta sin perspectiva, sino que se transforma en un objeto fotográfico en tres dimensiones. La mordida de los huecos en la imagen sustituye la textura de la piel. La yuxtaposición de los aproximadamente veinte cuerpos que caen cabeza abajo crea una vibración luminosa, un movimiento continuo iridiscente. La tentativa escultural de darle volumen a la fotografía, de privilegiar la masa antes que el contorno del fotograma, corresponde a una búsqueda experimental según la cual la fotografía no es solamente medio y representación sino el lugar en el cual el material fotográfico se transforma en materia escultural. 


Raymond Hains, Solarisation,1952. Solarización sobre papel, 29,5 x 23,5 cm. Préstamo del Museo de artes de Nantes. Foto del autor.


La fotografía es la base de la práctica artística de Raymond Hains (1926-2005). Precede su trabajo sobre los afiches y sus obras neorrealistas. Al descubrir la fotografía en 1944, se convierte en el asistente de Emmanuel Sougez y experimenta en su apartamento con fotogramas y solarizaciones que le muestra a André Breton; también construye mecánicas complejas para reflejar y distorsionar la imagen, usando espejos, pedazos de vidrio acanalados para desconstruir la luz, fragmentar la imagen y metamorfosearla en líneas abstractas. Esta solarización fue obtenida con una fuerte y breve exposición a la luz blanca durante el desarrollo en la sala de revelado. Resulta una inversión parcial de los negros y blancos para crear un resultado gráfico sorprendente. 


Chuck Kelton, Thought on mountains and valleys, Resist & A view, not from a window, 2017-2019. Préstamo galería Miranda. Foto del autor.


El artista estadounidense Chuck Kelton (1952) describe su planteamiento como una caligrafía química y cruza diferentes técnicas, especialmente fotograma y  quimigrama, además de aplicar varias capas de productos químicos a veces caducados: reveladores, fijadores, blanqueadores, virados, como en el siglo XIX. Con frecuencia dobla el papel en dos y crea así una ruptura visual entre las dos partes de la hoja, como si fuera una linea de horizonte. Su trabajo es fruto de improvisaciones y de errores controlados, llevando el proceso hasta sus límites. Sus obras abstractas pueden evocar cañones, montañas, océanos, bosques, parecen pinturas al óleo, acuarelas, dibujos con pastel o carboncillo. 


Jean-François Lecourt, de la serie La bala crea la imagen. Foto del autor.


Jean-François Lecourt con Isabelle Johansson, de la serie La bala crea la imagen.Foto del auteur.


Jean-François Lecourt (1958) construye una cámara oscura sin hueco con un papel fotosensible en la cara vertical del fondo, luego, frente a la caja, dispara con fusil, pistola o arco. El orificio creado por el impacto de la bala en la cara frontal es entonces el estenopo. El haz luminoso que obtiene así se proyecta en la superficie sensible y la impresiona; al mismo tiempo la bala (o la flecha) choca contra la cara del fondo y hace un hueco en la superficie sensible. El artista se queda inmóvil unos instantes, hasta que un asistente cubra la caja con una tela opaca para interrumpir la toma. El trazo mecánico del impacto se encuentra casi exactamente en el lugar del cañon del fusil en la fotografía obtenida. Esos autorretratos performativos son una experiencia de los límites del acto fotográfico y una forma de desarmar sus engranajes: el acto de violencia crea la imagen. 


Nino Migliori, Ossidazione, 1953. Revelado analógico con oxidación química, 35.5x32cm. Colección Marc Lenot. Foto del autor.


En paralelo con una carrera de fotógrafo documental, el italiano Nino Migliori (1926) ha sido uno de los pioneros de la experimentación fotográfica y en especial de las manipulaciones químicas de la imagen (también de los polaroids). Las primeras Oxidaciones las hizo por casualidad, con la curiosidad de ver el resultado de una mezcla de revelador y fijador en la bandeja de desarrollo. Con el propósito de no respetar las reglas establecidas ni la estética tradicional, quiere tomar el control en el momento del desarrollo y del revelado para afirmar la autonomía humana frente al dispositivo fotográfico. Fue uno de los primeros en rechazar el postulado de que la fotografía no debe ser sino una representación de la realidad. 


Xavier Navatte, Los reflejos recíprocos, 2022. Prueba pigmentaria, 93x147cm. Foto del artista.


Xavier Navatte (1957) intenta captar situaciones que sugieren cierta consciencia del tiempo, de su movimiento como de su aparente inmovilidad. Quiere capturar el cuerpo, la figura u objeto como una presencia fugitiva. Sus representaciones humanas se reducen a una forma o silueta despojadas de todos los detalles superfluos, son representaciones sin identidad de contornos borrosos en camino de convertirse en ausencias. En esta pieza vemos primero una lluvia, una lluvia de colores, una lluvia de formas alargadas que se despegan de un fondo negro moteado con punticos blancos, a veces rayados. Desde más cerca entendemos que las formas alargadas son pedazos de emulsión arrancados a las películas, fragmentos despedazados. Son pieles fotográficas extraídas, despegadas, arrancadas, y luego depositadas en otro soporte fotográfico. 


Les Époux P., Atardeceres universales, 2022. Instalación fotográfica de impresiones de fotografías autocromos sobre vidrio, 90X195X30cm. Foto del autor.



Pascale (1962) y Damien (1961) Peyret trabajan juntos desde 2015 con el desfasado nombre « Les Époux P. » Exploran el campo de la memoria de lugares y objetos dedicándose a las problemáticas de territorio al tiempo que se encuentran con los habitantes y analizan archivos. Es una búsqueda que con frecuencia se aúna con la exploración de técnicas fotográficas recientes o antiguas. La instalación Atardecer universal se inspira del ritual de proyección inventado por Albert Kahn para sus invitados a Boulogne: cada sesión se terminaba con un atardecer fotografiado por uno de sus operadores alrededor del mundo, Cartagena, Delhi, Haïfa, Sweida, Constantinopla, ... Entre los miles de autocromos de crepúsculos disponibles en el Museo Albert Khan (Archivos del Planeta), reprodujeron cinco veces 24 sobre láminas finas de vidrio, arregladas en cinco coronas solares instaladas en soportes de madera que recuerdan las cajas originales de los autocromos. Es como si fuera un himno cósmico a la belleza del mundo que refleja el pacifismo de Albert Khan.  


Pierre Savatier, Plissé-quadrillé (2009), 2 Froissés (2006) & 2 Quadrillés pliés (2011). Vista de la exposición. Foto H. Foucault.



Pierre Savatier (1954) utiliza principalmente la técnica del fotograma, es el caso de 5 de las 7 obras presentadas aquí. En el momento de la insolación la luz actúa en categorías dobles, contacto y proyección, nitidez y borroso. Para él, trabajar la luz con la idea de visión, es abrirle posibilidades a la imaginación. Su cuestionamiento es: «¿Qué mostrar de lo real que no pueda verse de otra manera?» Entre sus objetos predilectos tenemos las telas, la luz cae en sus pliegues y arrugas. Los Arrugados son fotogramas realizados con una luz rozada que atraviesa, se difunde o choca en la tela arrugada. Evocan superficies minerales erosionadas. El Plisado cuadriculado es un fotograma de alzado de los pliegues de una tela con un cuadriculado luminoso tal un paisaje imaginario. Es la acumulación de los trazos de luz que revela la vista conjunta y sobreexpone los márgenes. En vista de la desaparición de los papeles Cibachrome, ahora Savatier realiza «escanogramas», como los de Cuadriculados doblados. La flexibilidad, la transparencia y la cuadrícula se mezclan para mostrar un pedazo de tela pero también para dibujar una abstracción. 


Pierre Savatier, Francia geológica (2007) & Cuadriculado coloreado (2011). Vista de la exposición. Foto del autor.



El Cuadriculado coloreado realizado con el mismo método, muestra un motivo «escocés» de colores fundidos debidos a las variaciones regulares de los trazos de luz. También vemos las mezclas que produce la luz de colores. La Francia geológica vuelve a salir del mismo procedimiento, utilizando un mapa desplegado.


Laure Tiberghien, 2 Affresco (2023) & 3 Séquence (2019). Vista de la exposición. Foto del autor.


Laure Tiberghien (1992) explora los límites del medio fotográfico al cuestionar sus dos elementos fundamentales, la luz y el tiempo. A lo largo de sus experimentaciones se liberó de la obligación del tema para volver a la herramienta fotográfica más sencilla, la imagen en su misma inmaterialidad. Lo que ella fija, sin encerrarlo es el registro de la acción directa de los rayos luminosos en una superficie sensible. Solemniza el papel fotográfico como cuerpo y sustancia (Michel Poivert). Crea unos objetos fotográficos que no se pueden reproducir, son únicos; se ayuda de un dispositivo técnico (ampliadora, filtros color, gelatinas, placas de vidrio, linternas y celular) en la oscuridad. Al querer explorar el espectro luminoso y materializar ese invisible, Laure Tiberghien recibe toda clase de luz y propone unas imágenes que se vuelven tanto espacios meditativos como un retorno a la esencia de la fotografía.  


Nancy Wilson-Pajic, Falling Angels # 12 (Letters), 1995-1997. Cianotipia, 142x200cm. Préstamo galería Miranda. Foto del autor



La artista estadounidense residente en Francia Nancy Wilson-Pajic (1941), conocida además por su trabajo feminista sobre texto y sonido, se ha impuesto desde 1980 como precursora de la fotografía experimental, por sus experimentos con procedimientos fotográficos tradicionales, como la goma bicromada, el revelado al carbón, el fotograma, la cianotipia, ... Para ella un fotograma no es verdaderamente una imagen, más bien una huella, el testimonio de la existencia del tema que no se sustituye a él. Los Falling Angels, unos fotogramas de ángeles cayéndose de cabeza del cielo van rodeados de una constelación de objetos que causaron la caída: dólares, coronas de laurel, fotografías, cartas... La serie Las Divas está constituida con fotogramas de trajes de teatro del Museo de Mónaco. 


Nancy Wilson-Pajic, Gazelle 2 (serie Las Divas), 2004. Cianotipia, 113x200cm. Préstamo galería Miranda. Foto del autor


Un gran agradecimiento a los artistas por sus préstamos y su colaboración, al Museo de artes de Nantes, a la galería Miranda y a la galería Baudoin Lebon; también les agradecemos a los equipos de la ciudad de Nantes y del Atelier, por su apoyo y su confianza.




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