mercredi 19 juillet 2023

Arlés 5 y fin : el cine

 


10 de julio de 2023, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Jim Jarmusch, sin título, 2020


Mucho más que en los años anteriores, esta edición de los Encuentros de Arlés está marcada por el cine (pero sólo los mal intencionados verían aquí una señal de sequía fotográfica). Dos de las exposiciones ya habían sido mostradas en el Instituto de la fotografía de Lille, una bastante variada sobre Pierre Zucca y otra, encantadora, sobre los inicios de Agnès Varda, a quien le dedican otra exposición en el LUMA. La exposición de los polaroïds de Win Wenders pueden pasarla rápido, su interés documental es bastante pobre; pueden correr a ver la de los Scrapbooks de cineastas en el piso superior: me parece que es la mejor exposición de los Encuentros de este año (Léonard está en el programa asociado). Mathieu Orléan obtuvo la beca de los curadores de los Encuentros, unas becas que desde hace seis años han favorecido muchos proyectos de los que han resultado (no todos) muy buenas exposiciones. Cuando uno llega a la exposición puede temer que los scrapbooks no sean sino cuadernos documentales interesantes para el trabajo interno del director y sin gran calidad estética. Es verdad para algunos pero no para la gran mayoría de los que muestran (y eso que falta Godard...), dan testimonio de la investigación, la reflexión y la creatividad que van más allá del cuaderno de notas. El comisario decidió clasificarlos por temas (historia y mitos, intimidad y sexo, crisis y crímenes), aunque se revela también una tipología subyacente por función: simple cuaderno de notas recordatorias o simple recuerdo, herramienta de trabajo y de reflexión sobre la película, acción de collage y montaje, o verdadero detonante del acto creativo. Jane Wodening (Mrs. Stan Brackage) documenta al mismo tiempo su trabajo y su vida de familia. Pedro Costa que se va a filmar a Cabo Verde se ve enfrentado al racismo y al colonialismo y se cuestiona. Stanley Kubrick compone un scrapbook a partir de 824 artículos de periódicos, verdaderos o ficticios sobre crímenes a utilizar en Shining (en donde casi no aparece). Chris Marker compone collages surrealistas como si fuera un museo imaginario. Jim Jarmusch vacía las cabezas de los personajes de imágenes sacadas del New York Times, una carencia fotográfica que puede recordar las investigaciones de Pauline Martin; no conozco lo suficiente las películas de Jarmusch para conectar como se debe los huecos negros con los temas de la ausencia, de la desaparición y del vacío, otros lo harán mejor que yo. 


Christian Patterson, Doble Cero, vista de la exposición


La última sala es una joya y pueden pasarse una hora o más: el comisario le encargó un scrapbook al fotógrafo Christian Patterson sobre el tema de dos adolescentes asesinos en 1957/58, Charles Starkweather de 19 años, condenado a muerte y ajusticiado y su novia Caril Ann Fugate de 15 años, encarcelada a vida y liberada en 1976. Ese par de adolescentes blancos y de caras angelicales mataron a 11 personas, entre otras a la madre, al padrastro y a la media hermana de Caril. La película Badlands de Terence Malik fue inspirada por esa historia. Patterson agrupó entonces en las cuatro paredes de la sala, documentos, artículos, fotos, dibujos. Todo lo que pudiera contribuir para crear un scrapbook para una película potencial. Algunas de las imágenes son de la época, otras las creó él (la serie Redheaded Peckerwood, es decir el blanquito pelirrojo), otras son fotos del plató de la película de Malick. Mezclando así realidad e imaginación, documentación y ficción, Patterson interroga el poder de la imagen frente a la tragedia. Una instalación que se llama Doble Cero, para referirse a un comentario de Stephen King sobre Starkweather: «La primera vez que vi una foto de él supe que yo estaba mirando hacia el porvenir. Sus ojos eran como un doble cero. Nada adentro. Parecía el precursor de lo que Estados Unidos podría volverse». Recordamos a Paul Auster


Gregory Crewdson, The Cobra (detalle), serie The Eclipse of Moths, 2018-2019


También hay algunas películas para ver: una extraña película de ciencia ficción, monólogos monótonos de actores frente a la cámara que balbucean sus textos y una fantasía absorbente de colores, de Rachel Rose en torno al duelo. Sobresale una exposición de Gregory Crewdson. Una noche, en el Teatro Antiguo, una película revela el impresionante sistema técnico detrás de sus fotografías. Si rebasamos la proeza técnica (pero la exposición incluye también unas sencillas y banales fotografías de luciérnagas), nos asombra especialmente su sentido de la no-narración: crea un ambiente e instala un universo (la Norteamérica media, la crisis, cierta desesperanza, la inquietud, alguna veces una falla más personal), pero es todo. Nunca sabemos lo que pasa, nunca entramos en la historia más o menos extraña, nunca encontramos respuestas a las preguntas más o menos anecdóticas que hace la imagen (¿Por qué un brasier congelado en unas letrinas en el bosque? ¿Por qué unas flores frescas sobre un colchón viejo y podrido? Y ¿Qué hace esta mujer en esta escena?). Está extraordinariamente bien construido pero en realidad, al cabo de un rato, pasar de un cuadro enigmático a otro enigmático, por mi parte me aburre un poco. 


Clarita Phiri-Beierdörffer, Monologue, 2020/21, vista de instalación


Para terminar, dos exposiciones breves que vi demasiado tarde como para incluirlas en artículos pertinentes. Entre las seleccionadas del Premio Dior, mi preferida fue la zambiana adoptada por una familia alemana y educada en la academia de Bellas Artes de Leipzig, Clarita Phiri-Beierdörffer: en una instalación minimalista (dos pantallas, una silla de madera, una peluca en la pared) cuenta todo lo que cualquier mujer negra (y cualquier hombre que haya sido íntimo) sabe, y es hasta qué punto el pelo es una pesadilla, entre tradiciones étnicas e imperativos occidentales. Al final se rapa. Dudo que Dior le dé el premio... Habrá que ver


Nicole Gravier, página de revista, origen y fecha desconocidas


Y, la Escuela de Fotografía, una exposición de Nicole Gravier sobre la modificación de las imágenes, fotos vernáculas, tarjetas postales, publicidades, cabinas fotográficas, fotonovelas, escenas de películas policíacas: un humor sarcástico para denunciar mitos y estereotipos. No me atrevo a imaginar lo que significan estas imágenes, procedentes de una revista en vitrina y sin cartela. Bonita manera, dirán ustedes de concluir unos días en Arlés, para ver unos Encuentros más bien mediocres (problemas de desplazamiento me impidieron ir a ver las exposiciones de la periferia, me limité a ver las del centro y las de los Talleres SNCF/LUMA). 


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