18 de noviembre de 2020, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Laura Belém, Escutura, 2001-2005; foto del autor |
¿Qué imágenes mostrarles de esta exposición invisible, exposición de sonidos, de ruidos y de palabras, en el centro de arte Culturgest en Lisboa (hasta el 10 de enero), sino fotografías de audífonos o parlantes como aquí arriba? Es una versión diferente de la exposición que presentaron en España (Vigo y Granada), y después en Israel en 2006/2008 (pero no reeditaron el catálogo en español e inglés, que tiene ensayos muy interesantes y un CD con 21 piezas). Trece artistas en común (entre ellos On Kawara, Rodney Graham, Bruce Nauman, Michael Snow), menos seis (entre ellos Victor Acconci y Louise Bourgeois), por lo menos doce más (entre ellos Marinetti y Tacita Dean). Y muchas obras históricas de las vanguardias, como la de Haussmann, Marinetti, Russolo, Schwitters.
Se pueden pasar horas encerrados en el laberinto de las salas vacías de paredes blancas separadas por pesadas cortinas de fieltro que insonoriza, se pasa de un sonido a otro, por aquí en un sofá con un casco en las orejas, por allí deambulando en una sala de un parlante a otro, es fascinante. A Denis Oppenheim que toca en la pared con las manos le contestan los tiroteos de Christian Marclay. Cuentan algunas historias (Joan Jonas por ejemplo, o Juan Muñoz que explican cómo hacer trampa en el póker), pero no son los más interesantes; fascinan más aquellos que usan su voz como instrumento, por ejemplo Joseph Beuys que repite tarareando Ja Ja Ja Nee Nee Nee, durante 65 minutos, o Kurt Schwitters con Ursonate (sentimos mucho la ausencia incomprensible de Ghérasim Luca, para mí, el mejor artista vocal del siglo, un verdadero escultor de sonidos que me parece sobrepasa a la mayoría de los artistas presentes aquí).
La mayoría de las obras están hechas simplemente para la escucha, otras implican una escenificación, por ejemplo la de Ricardo Jacinto, en la cual hay que sentarse en sillas para escuchar ruidos de pasos a nuestro alrededor, fantasmas que pasan. Es una lástima que Janet Cardiff, presente en las exposiciones españolas esté ausente, su teatro no hubiera deslucido. En el corredor en donde está instalada «Escutura» de Laura Belém (foto arriba), al cerrar los ojos de repente nos encontramos entre insectos, pájaros, perros y diluvios, metidos en una selva tropical húmeda y agobiante. Hay que cerrar los ojos (y abrir los oídos) para «ver» esta exposición invisible.
Gabriela Albergaria, Arvore, 2004-2020, foto Renato Cruz Santos |
El otro espacio de Culturgest está dedicado a una retrospectiva de la artista portuguesa Gabriela Albergaria, intitulada «La naturaleza detesta las lineas rectas». Se trata del impacto (nefasto) del hombre en la naturaleza y de la frontera entre naturaleza y cultura. Es francamente bastante banal y poco sutil (sobre el ecofeminismo, esta otra exposición es mucho más densa y mucho mejor). El árbol, una acacia, ocupa toda una sala: le cortaron las ramas y la artista las apuntilló, posiblemente una alusión fastidiosa al injerto, intervención humana en la naturaleza. Su servidor, con aire duvitativo se encuentra a la izquierda de la foto.
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