vendredi 1 novembre 2019

Lara Almarcegui, la otra cara minimalista del decorado


31 de octubre de 2019, por Lunettes Rouges





Lara Almarcegui, Construction Materials, Cidade de Sao Paulo, 2005-06, afiche

En el gabinete gráfico de la Escuela Politécnica Federal de Zurich, se puede visitar (hasta el 17 de noviembre) una exposición de Lara Almarcegui, en la que hay poco que ver pero mucho que pensar. Al contrario de lo que había hecho en el pabellón español en Venecia en 2013, no llena las salas con el equivalente de los materiales de construcción sino que se contenta presentando en las paredes la cantidad de toneladas de concreto, acero y vidrio que representa tal o tal ciudad o lugar, y exponiendo en vitrinas la cantidad excesiva de dibujos para proyectos similares. 

Lara Almarcegui, L’Area dismessa ex-Michelin apre al publico, 2006, folleto

Mucho más interesante es su exploración de lugares abandonados, baldíos urbanos: después de la isla artificial de Sacca San Mattia en Venecia, los terrenos baldíos en medio de hoteles de Beirut, un pueblo desierto en Sharjah, un baldío Michelin en Italia (aquí arriba, con visita guiada de la artista) o la isla de la Cabra cerca de Feyzin; explora las canteras y los lugares de extracción de arena del Rhin cerca de Basilea y lo acompaña con un pequeño libro muy bien documentado, con mapas, planos, fotos, datos técnicos e historia del lugar, e, implícitamente, denuncia de la lógica industrial de degradación del espacio.

Lara Almarcegui, Miberal Rights, Tveitvangen Norway, 2015, captura de pantalla video

También podemos ver una serie de fotos de casas de Wellington (NZ) que fueron desplazadas, cada una con su historia (pos-colonial). Recuerdo también su proyecto en Ivry, la reapropiación de una construcción. La mayoría de sus iniciativas se sitúan en falso entre un Land Art más bien pasivo y un compromiso social crítico más militante. El proyecto más apropiado, el menos ambiguo es sin duda su adquisición de los derechos de explotación minera en Noruega, derechos que a propósito no utiliza, pero hizo medir la cantidad de hierro disponible en su concesión. Visualmente, sólo vemos unos dibujos y gráficos sin gracia y un video que muestra rocas y bosques. Nuevamente no hay nada que ver, a parte de una posición ciudadana, política, económica que no da testimonio de un compromiso (como en la obra de Matta-Clark, por ejemplo) pero por lo menos hace reflexionar. 

Fotos 1 & 3 del autor

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