lundi 4 novembre 2019

Guido Baselgia : la derrota del fotógrafo frente a la naturaleza


04 de noviembre de 2019, por Lunettes Rouges





Guido Baselgia, Lago Bianco, 3 février 1981

¿Pero porqué fue a meterse en ese rollo? El fotógrafo suizo Guido Baselgia es un excelente fotógrafo de glaciares y piedras, de mundos iluminados por una luz fría, dura e implacable, y las dos primeras salas de su exposición en la Fundación Suiza de la Fotografía en Wintherthur (hasta el 16 de febrero) lo demuestran de manera excepcional. La primera imagen, emblemática, muestra el agua congelada, la superficie de un lago de montaña: al principio no se percibe verdaderamente la escala o la distancia, y después uno se deja sumergir por la belleza abstracta de las lineas de quiebre (pensé en el libro de James Elkins y en las imágenes de sal de Henrique Vieira Ribeiro). 

Guido Baselgia, serie Salar de Uyuni, Silberschicht II, 3657 m., atardecer hacia el Est 23 de agosto de 2006

Todas las primeras imágenes muestran formas elementales, secas, básicamente sencillas, rocas depuradas, plantas, hielo en medio hostil. Baselgia es excelente cuando fotografía el límite del bosque en altitud, las fronteras entre el hielo y el mar, entre tierra y cielo, como aquí, en el lago de sal en Bolivia, una representación en la cual los dos elementos son prácticamente intercambiables, no son sino estratos matizados de gris (un mecanismo visual más complejo que el de la obra de Sugimoto). 

Guido Baselgia, Jordan Rift Valley, 26 de abril de 2016

También le gusta fotografiar la luz, no sus efectos sino su naturaleza misma: las estrellas, los extremos de la luz polar, y esta hermosa imagen de exposición larga en la frontera entre Jordania, Palestina e Israel, un bastón solar como única fuente de vida por encima de un paisaje de muerte (y no solamente porque se trata del Mar Muerto...). 

Guido Baselgia, serie Tierra Caliente, nº9, 2018

Y, Baselgia quiso descender de las cimas andinas hacia la Amazonia y enfrentarse con la selva tropical, con sus marañas y su profusión vegetal casi barroca, con sus excrecencias que proliferan en todas las direcciones. Frente a la anarquía de formas, intentó sacar líneas claras para encontrar formas sencillas, como este tronco de árbol. Pero sus imágenes amazónicas por muy bellas que sean (y muy bien reveladas) perdieron la pureza y la fuerza que caracterizan su trabajo anterior (y sus retratos de amerindios no tienen sino un interés etnográfico). 

Guido Baselgia, serie Tierra Caliente, Añangu, 2 de abril de 2018, 5:32pm

La Amazonia lo deshizo, lo derrotó. Al querer fotografiar la cima de la selva, prácticamente el único lugar en donde podía confrontarse de nuevo con una frontera, entre árboles y cielo, para escapar al ahogo vegetal, para respirar un poco, le salieron mal las fotos: demasiada humedad, las películas se pegaban entre ellas, había que separarlas a la fuerza destruyendo así las emulsiones. Sólo una fotografía subsistió, rayada, dañada, con las huellas de la lucha entre el hombre y la naturaleza, la derrota del fotógrafo. De manera elocuente es esa foto que hace la portada del catálogo, emblema de la derrota. 

Fotos del autor excepto la segunda.

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