(artículo original en francés, aquí)
El tema del parentesco entre el arte prehistórico y el arte contemporáneo se plantea rara vez. El Centro Pompidou intenta hacer ese acercamiento y ha salido bastante bien (hasta el 16 de septiembre). Pero ¿ qué significa la palabra « arte » ? Podemos comparar el gesto creativo consciente de un artista moderno o contemporáneo, y ¿ el de este desconocido, de quien no sabemos nada, ni su « cultura, », ni sus creencias, ni sus motivaciones, y de quien miramos, impotentes, atónitos e ignorantes, las creaciones, los objetos, pinturas y grabados murales ? La potencia de esta exposición consiste en los acercamientos que hace, a menudo audaces pero sobre todo estilísticos y formales. Su impotencia consiste, claro, en no poder contestar ante este enigma.
Figure féminine dite Vénus impudique, Les Eyzies, époque magdalénienne, vers -16 000, MNHN Paris |
Desde luego, podemos seguir un enfoque histórico y analizar cómo apareció la palabra « prehistoria », cómo los artistas se apoderaron de la idea de los orígenes integrándola en sus obras propias. Por supuesto, la toma de conciencia del « tiempo largo » (por ejemplo con los fósiles), la percepción de una cultura antes de la historia escrita, y sobre todo el descubrimiento y el reconocimiento del arte parietal marcaron a los hombres cultos, a sabios, a escritores y a artistas plásticos, agitando sus conciencias y llevándolos a relativizar su visión del mundo.
Ana Mendieta, Esculturas rupestres n°98, cuevas de Jaruco, La Habana, Cuba, julio de 1981; fotograma de una película Super 8 |
Pero pocos de ellos (sin duda Bataille, también Ana Mendieta, Miguel Barceló abajo) han sido capaces de ir más allá de las parentelas formales y de acercarse al misterio de la creación prehistórica. Quizás solamente Ana Mendieta haya sabido soltar la rienda, abandonar sus referencias y de cierta manera, regresar hasta cierta forma de estado prehistórico.
Miquel Barceló, Sans titre, 2019. Fresque murale en argile sur les verrières du Centre Pompidou |
Efectivamente, Cezanne desentraña el paisaje antehistórico, Redon percibe el peso del fondo de los tiempos, Dubuffet y Max Ernst muestran formas minerales inmemoriales, Yves Klein realiza huellas de cuerpos (¿ qué tendrán que ver, más allá de la forma, con la manos sopladas de las cavernas ?), y los grafitis de Brassai son también huellas (una buena parte de la exposición hubiera sido mejor si la hubieran puesto en perspectiva con la búsqueda sobre las huellas, como aquí en 1997). ¿ Pero dónde estará el misterio ?
Y no son los artistas contemporáneos los que van a ayudarnos a ver más claramente, ni los dinosaurios de Chapman, ni las ligerezas kitsch de Marguerite Humeau, ni el tópico de Bertrand Lavier, ni la ridícula obra de Pierre Huygue, ni los experimentos fotográficos de Dove Allouche. Además es una lástima que no hayan incluido a Dallaporta, hubiéramos tenido por lo menos algo de densidad.
Figura femenina llamada Idolo con ojos, Uruk, Mesopotamia, hacia -3000 |
Seamos claros : excepto algunos desaciertos (principalmente por parte de los contemporáneos), la gran mayoría de las obras presentadas son interesantes, tenemos un bonito panorama de lo que ha podido ser la influencia de la prehistoria sobre el arte desde hace siglo y medio, pero no hemos avanzado mucho en cuanto al misterio de la creación prehistórica.
El catálogo es muy completo en cuanto a la reproducción de las obras presentadas; tiene textos explicativos cortos muy bien hechos (por ejemplo sobre la escuela de Altamira, sobre la museografía prehistórica, o sobre la cueva en la arquitectura moderna), pero no realmente textos de fondo. Les Cahiers sacaron un número especial con una antología de citaciones y unas diez entrevistas con artistas contemporáneos.
Pero para sustentar verdaderamente la reflexión sobre el tema, hay que leer el libro Préhistoire, l’envers du temps (ediciones Hazan) de Rémi Labrusse, uno de los comisarios de la exposición, es mucho más elocuente que en el catálogo : en él tenemos una verdadera dimensión histórica y analítica, y terminamos la lectura (más de 200 páginas bastante densas) con la sensación de acercarnos un poco al misterio.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire