23 de julio de 2019 por Lunettes Rouges
Vista de instalación, residencia Kultur Kontakt Austria (KKA), sala de exposición de la Cancillería Federal (BKA), junio 2019 |
En Viena, en una pequeña exposición, obras de algunos artistas en residencia en la Kultur Kontakt Austria, me llamó la atención (además de imágenes de Carla Cabanas, de quien hablaremos) una mesa con diferentes herramientas de jardinería, diferentes recortes de periódico, documentos y una planta en matero. Se trata de la Fallopia del Japón (fallopia japonica, Japanese knotweed). Esta bonita planta originaria del este asiático fue introducida en Europa por Philippe von Siebold hacia 1850, médico y naturalista de la Compañía de las Indias Orientales (además, su vida es una novela). Vagamente comestible y nectarífera, ha sido apreciada sobre todo como planta ornamental, hasta que se descubrió su carácter extremadamente invasor. Su crecimiento agresivo, su colonización de los territorios y su eliminación de plantas indígenas hicieron de esta planta venida de otra parte, a pesar de su belleza, una de las plantas más peligrosas para la ecología europea. Actualmente es prácticamente imposible erradicarla, aunque algunos países la hayan prohibido (el artículo de abajo, cuya foto es elocuente, habla de los subsidios para luchar contra esta «planta del horror» en una provincia neerlandesa).
Vista de instalación, residencia Kultur Kontakt Austria (KKA), sala de exposición de la Cancillería Federal (BKA), junio 2019 |
El artista, que ha realizado varios otros proyectos relacionados con las plantas (como éste o aquél) se interesa por la manera como los hombres interactúan fisicamente y metafóricamente con ellas, utiliza entonces esta historia para poner de relieve temas relacionados con la diferencia, el rechazo o la aceptación del otro. Naturalmente no deja insensible que el artista, Alaa Abu Asad, sea un palestino que vive en Países Bajos: lo que permite una lectura doble metafórica sobre la fallopia del Japón. Algunos preferirán una evocación de la inmigración hacia Palestina de los judíos europeos y de la manera como los indígenas fueron dominados y expulsados; otros al contrario verán un alusión a los inmigrantes árabes u otros invasores de Europa y al «gran reemplazamiento». Aunque podamos adivinar fácilmente en qué lado se sitúa el artista (y yo también), su habilidad para dejar abierta esta obra eminentemente política me gustó.
Foto 2 del autor.
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