samedi 17 février 2018

Urban Riders (Mohamed Bourouissa)

15 de febrero de 2018, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)





Mohamed Bourouissa, The Ride 2017, Fotografías analógicas, color y blanco y negro sobre placas de metal, carrocería, pintura, aerosol, barniz.




Mohamed Bourouissa* se interesó por los vendedores de cigarrillos de contrabando, por los desempleados de Pôle Emploi, por los jóvenes que frecuentan Les Halles, por los detenidos, lo que lo condujo a producir obras a la vez estimulantes e innovadoras, incluso que incomodan, y que, muy a menudo, salían del marco de la exposición clásica. Entonces es apenas sorprendente que, haya mostrado, en Filadelfia, un proyecto multiforme con jinetes afroamericanos
que montan en una caballeriza de un barrio desfavorecido, y que el proyecto no se limite a la exposición en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Paris (hasta el 22 de abril), sino que haya empezado por un festival Horse Tuning Day, el 13 de julio de 2014, en ese barrio de Filadelfia.



Mohamed Bourouissa Sin título, 2014. Fotografía en color : Lucia Thomé , cortesía MAMVP, el artista y Kamel Mennour




Pero esta vez, al contrario de las precedentes, no funciona muy bien, digamos, ni política o conceptualmente, ni estéticamente. Ante todo, interesarse por Afroamericanos que imitan a los cow-boys debería cuestionar políticamente : ¿cómo los dominados, negros, adoptan la postura y la máscara de los dominantes, blancos? Los indios y su genocidio ni siquiera aparecen en la argumentación, John Wayne 
(« Was he black or white, man ? « ) es el modelo absoluto, y la ficción de Hollywood del bueno y noble cow-boy parece imponerse ante todos para ser emitido por aquellos que tendrían razones para ponerlo en discusión. Citar a Frantz Fanon y a Eldridge Cleaver en la entrevista que acompaña la exposición no es realmente suficiente para disculpar la miopía política. Además, para cualquiera que haya frecuentado el medio ecuestre, esos jinetes montan «a la cow-boy», es decir como bestias, maniáticos del rodeo, que brutalizan a su cabalgadura y son todo lo contrario de la equitación etológica (la escena en la que un poney aterrorizado no quiere salir de su box es ejemplar) : de manera simplista, podríamos pensar que el negro dominado por el blanco no puede ejercer su violencia sino contra su inferior, en este caso un caballo. 



Mohamed Bourouissa Sin título, 2013. Fotografía en color 160 x 111,5 cm Cortesía de MAMVP, el artista y Kamel Mennour




Desde el punto de vista formal, la exposición quedó bien rellena : muchos dibujos y acuarelas (que sean importantes para el artista, así sea, pero no le aportan gran cosa al propósito de la exposición, sin contar el  «making of»), el colmo de lo ridículo es que algunas están hechas con jugo de estiércol de caballo.... Dentro de ese bazar, rellenan con afiches, hay una seudo guarnicionería, las fotos de familia de uno de los jinetes, y para la ocasión todos los accesorios realizados por artesanos/artistas (algunos acreditados de prisa y corriendo, son algo conocidos : Jes Gamble, Max Lussenhop, Shelby Donnelly, Jesse Engaard, pero en su mayoría no parecen ser originarios del mismo barrio que los jinetes), y unos talleres, sin duda interesantes (en torno a Hessie, d‘Abdallah Benanteur y d‘Ahmed Cherkaoui), pero sin mucha relación con el tema de la exposición. Todo ese recorrido para llegar al fin a la película, obra central de la exposición.



Mohamed Bourouissa, The Hood 2017, Fotografías analógicas, color y blanco y negro sobre placas de metal, carrocería, pintura, aerosol, barniz.



Y al final, en la sala de atrás, se encuentran las obras más interesantes de la exposición, las que se desprenden de la anécdota y de la disolución y muestran una proposición plástica de bastante mejor calidad que el resto. Se trata de esculturas murales hechas con piezas de carrocería de autos, ensambladas para construir combinaciones monstruosas sobre las cuales Bourouissa hizo reproducir fotografías (de jinetes, pero bueno...). La combinación entre escultura y fotografía es mucho más convincente plásticamente que los extraños objetos fotográficos que Jan Dibbets presenta en el mismo museo, pensamos sobre todo en las esculturas de John Chamberlain, pero las de Bourouissa parecen más puras, menos exuberantes. La última sala salva la exposición. 

*nominado al Premio Marcel Duchamp

Fotos 2 & 3 cortesía del MAMVP

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