(artículo original en francés, aquí)
George Orwell, 1984 (escena de la película de Michael Anderson, 1956) |
La programación Satellite del Jeu de Paume este año, se va a estructurar alrededor del lenguaje y la comisaria es Agnès Violeau (son exposiciones que se muestran al mismo tiempo en el CAPC de Burdeos, y un poco más tarde en un museo mejicano). Actualmente la lengua se está encogiendo, a causa de Twitter, de los hashtags, de los neologismos, y también se duda de la veracidad de las palabras; es oportuno pensar de nuevo en la neolengua que George Orwell describió en 1984 : a menos palabras menos conceptos lo que conduce a menos reflexión y por tanto a individuos más maleables, con un mayor «tiempo de cerebro disponible» para la propaganda, política o comercial. Esta lengua empobrecida y acrítica se desarrolla según Orwell en tres campos : la lengua doméstica, la pública y el lenguaje técnico.
Damir Ocko, Dicta II, 2018 |
La primera parte (hasta el 20 de mayo) trata de la palabra pública, la retórica y los efectos de dominación que se manifiestan en ellas. El artista croata Damir Očko explora las palabras de la dominación, la voz del más fuerte, a través de un fenómeno codificado, desviando el sentido de las palabras con una activación parásita. En el marco de una relación dominante/dominado consentida, ya se trate de catch, artes marciales mixtas (MMA) o de sadomasoquismo, el dominado dispone de una palabra alarma, un safeword convenido con anticipación, sin ningún sentido pero cuya enunciación interrumpe la violencia : esas palabras que el artista recolectó y que van de Aligator a Zoidberg pasando por Justin Bieber, Marry Me o Schrödinger, perdieron su primer sentido y ganaron un poder performativo. La película Dicta II pone en escena a dos luchadores que de vez en cuando lanzan esas palabras pacificadoras.
Damir Ocko, Dicta I, 2017 |
La otra película que presentan Dicta I, es más lingüistica : un hombre maquillado, a veces con collages ficticios, recita un texto bastante complejo. Es el conjunto de fragmentos de un libro de Brecht de 1934, Cinco dificultades para escribir la verdad; se cortaron los fragmentos, se mezclaron, se reorganizaron en 26 estrofas para formar un conjunto elocuente, poético y obtuso. Más allá de la experiencia de Brecht hablando frente al nazismo pensamos en la tragedia griega o en Kabuki. ¿El lenguaje desviado de esa forma conservará algo de su fuerza de resistencia?
Foto n°2 cortesía del Jeu de Paume.
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