21 de enero de 2022, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Entre febrero de 1981 y diciembre de 1984, en menos de cuatro años, Henry, un habitante de Long Island y luego de Nueva Jersey, realizó alrededor de 5500 fotografías de su esposa Martha, desnuda o desvistiéndose; en promedio cuatro fotos al día. En esas imágenes, Martha, que parece estar alrededor de los 60, se ve cada vez más aburrida, desprendida, extranjera a lo que pasa, mira rara vez al objetivo, sometida a las directivas de su marido. Él, especialmente interesado por los senos de su mujer y sus brasieres, le pide que se oprima los senos con las manos; muchas imágenes la representan totalmente desnuda, de pie o acostada, el cuerpo marcado por el tiempo pero aún firme. Otras son primeros planos de los senos, de los pezones y las aréolas. En cambio, el pubis y la vulva no aparecen, igual que las nalgas que no se ven en primer plano. Son foto-mamogramas.
No se ve ternura en las fotografías, ni complicidad, ni erotismo tampoco: es apenas un voyerismo obsesivo del cuerpo femenino. Estamos muy lejos del trabajo enamorado de Eugene von Bruenchenheim, lleno de ternura y respeto por Marie, siempre hermosa y cómplice. La palabra en la que se piensa aquí es más bien taxonomía repetitiva, aunque en varias fotos Martha posa y pone caras atrevidas o sorprendidas, rara vez sonríe, en resumen, se compromete.
Henry se instala un despacho tapizado con las fotografías de Martha. La mayoría son en blanco y negro, las copias por contacto llevan notas adhesivas con las fechas y también los temas (« bent », « squeezing », « rope over bust », « kneeling »). Un cuadro recapitula las fechas y las características técnicas o de la postura y también los proyectos futuros: fumando, las manos en la nuca, de espalda, ...
A finales de 1984 o principios de 1985, Martha sofoca en esa relación en la cual son tres con la cámara y se separa de su marido: rechaza la obsesión fotográfica por su cuerpo, el matrimonio es (por esta razón y quizás otras) un fracaso. Antes de irse tira las fotografías por la ventana de la casa, éstas llenan el jardin y el camino y el viento se las lleva
Privado del objeto de su deseo, Henry ya no puede disfrutar de las fotografías que le quedaron de su mujer. Es entonces, parece, que de voyeur obsesivo y banal se vuelve artista en el sentido pleno: sublima la frustración de la ausencia de la mujer amada para pasar a una actividad más creativa que la simple toma. Crea entonces formas nuevas, fantasmagóricas, a partir de formas reales. Martha se convierte en abstracción, en material artístico. Primero hace unos cincuenta collages ensamblando tal o tal detalle de la anatomía de Martha (salvo su cara) y crea composiciones eróticas que podemos relacionar con ciertos surrealistas como por ejemplo Georges Hugnet o Nush Éluard, incluso con algunas imágenes de André Kertesz. En las copias por contacto nos llaman la atención cuatro fotografías en color de abril de 1981 en las cuales ya Henry había experimentado, a través de una exposición múltiple, la multiplicación mamaria (ver más abajo).
Foto Gary Alsdorf |
De los collages pasa a la escultura: cuerpos femeninos múltiples extrañamente suaves y tiernos, 17 estatuillas de barro con arena plateada. Sin tener el carácter sistemático de Die Puppe, estamos en una línea similar, especialmente si recordamos que Hans Bellmer realizó esta muñeca en el momento en que se retiraba del mundo, en su caso, frente a la subida del nazismo. También pensamos en ciertas esculturas de Victor Brauner o en Artemisa de Éfeso. Es fascinante ver de qué manera Henry desarrolla una forma de creación artística más allá de sus fotografías obsesivas que podemos clasificar en la categoría comodín del arte marginal. Una vez hecho eso se va a vivir en el bosque como un trampero y se alimenta de animales salvajes que caza él mismo y desaparece.
Foto del libro por el autor |
Y ¿cómo sabemos todo eso? La artista neerlandesa Mariken Wessels que ya ha realizado varias series entorno a fotografías encontradas, aparentemente encontró las fotografías de la casa, de la cabaña de Henry en el bosque, y otras imágenes de la pareja a través de vecinos y amigos de la pareja que recogieron todo cuando Henry se fue. Mariken Wessels dice que fue vecina de aquellos vecinos y amigos cuando era actriz y vivió en Nueva York en 1996/97. Con ese material hizo un libro de 330 páginas, con muy poco texto (2 o 3 páginas solamente), al mismo tiempo que una exposición en 2017 en la Haya y el libro acaba de ser reeditado por Art Paper Editions. El libro (que ganó un el Premio - Prix du Livre d'Auteur - en Arles en 2016) tiene 147 planchas por contacto de 36 imágenes cada una (o sea 5292 imágenes) en papel brillante, la reproducción de 50 collages y de 17 figuritas, de otras fotografías de sus infancias, matrimonio, casa, el despacho de Henry, de una enigmática hoja de Feliz Navidad que empieza por « There he is, your son, Ma », ... El título « Taking Off » puede significar quitar (el brasier); puede significar también despegar, partir (como Martha). Libro recibido en servicio de prensa.
¿Será verdaderamente un archivo de fotografías encontradas de manera bastante inverosímil? ¿O será una creación total de ficción por parte de la artista? El único indicio que encontré son los nombres de dos de los vecinos que aparentemente le entregaron el archivo a Mariken Wessels: Dorothy Bartlett (como él) y Edward F. Caroll (casi como él). Además el Hackettstown Heritage Center for Arts & Crafts, en donde estarían las figuritas esculpidas por Henry parece que no existe. También la sensación de que es demasiado perfecto, demasiado bien hecho. ¿Quién sabe? Solamente este blog, que yo sepa, ha expresado una duda sobre la veracidad del archivo.
Por razones que escapan a mi voluntad, las próximas reseñas, seguramente hasta principios de marzo, se harán sobre libros.
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