(original en francés, aquí)
Estefania Penafiel Loaiza, un air d'accueil, 2013 2015 |
Luego de haber ganado el premio AICA el año pasado, una exposición de la obra de la artista franco-ecuatoriana Estefanía Peñafiel Loaiza abrió el sábado 18 de abril en el Centre Photographique d'Ile de France en Pontault Combault (hasta el 28 de junio).
Espero que sean numerosos en esta exposición. Por una vez, he aquí por adelantado mi texto de presentación.
Estefania Penafiel Loaiza, préface à une cartographie d'un pays imaginé, 2008 |
Toda la obra de Estefanía Peñafiel Loaiza, con sus diferentes modos de expresión (simbólico, narrativo, indicial o simplemente evocador) y sus medios variados (fotografía, video, instalación, texto, actuación), muestra una gran coherencia, como si cada una de sus obras fuera un fragmento de una obra global de la que solamente vemos el principio, el preliminar. Se trata de visibilidad y de ausencia, de historia y de memoria, de desplazamiento y de territorio, y siempre con una gran sencillez y economía de medios.
Estefania Penafiel Loaiza, un air d'accueil, 2013 2015 |
Desde la entrada nos impacta la ausencia, la carencia, la invisibilidad en el corazón de una fotografía, en realidad, se oculta a un migrante, un clandestino que escapa así a la vigilancia (un air d'accueil) (aquí arriba). Esa retirada, protección a través de la invisibilidad, la encontraremos con las figuras de anónimos, de los de baja categoría, de los sin nombre, borrados de las fotografías de los periódicos y preservados en pequeños frascos (sin título)(figurantes)) (al final del artículo). En otro lugar, los textos desaparecen, ocultos por la negrura de hollín que solamente deja ver fragmentos apenas visibles (sous rature); otro texto, un capítulo del libro que relata el viaje de iniciación por Ecuador de Henri Michaux en 1929, va desapareciendo letra por letra ante nuestros ojos para grabarse mejor en nuestra memoria (prefacio para la cartografía de un país imaginario) (arriba). Y frente a esa pared totalmente blanca, aparentemente virgen de todo signo, caemos en la trampa de la visibilidad, en donde lo que se muestra se esconde, en donde una linea abstracta se vuelve apenas visible, como si lo imaginario escapara a la percepción (espejismo(s) 2. linea imaginaria (ecuador)). A Estefanía Peñafiel Loaiza esta reflexión sobre la imagen y la visibilidad le sirve de base para toda su obra, desde sus primeros objetos secretos encerrados en cera, de hace unos quince años (colección de secretos) hasta sus obras más recientes.
Estefania Penafiel Loaiza, buscando una luz guarda humo, 2007 |
No nos equivoquemos : no se trata de la búsqueda exclusivamente formal sobre lo visible y lo invisible, lo latente y lo manifiesto, que estaría haciendo Estefanía Peñafiel Loaiza; para ella, tal investigación solo puede inscribirse en la historia, y, partiendo de lo político. De lo que aquí se trata es de olvido y de memoria, de nuestro desagrado de ver, y de la voluntad de la artista de revelar fragmentos de historia y sus protagonistas : clandestinos, anónimos, detenidos en centros de retención (las ciudades invisibles 3. el destello (Vincennes 2008)). ¿ Qué imágenes quedan de la historia ? Una mano escribe y borra incansable : la historia, la Historia, las Historias se repiten (angelus novus); en otro lugar la artista volvía invisibles las fotos con la luz misma, demasiado fuerte o inactínica, fotografías del Sonderkommando de Birkenau (fiat lux) o imágenes de los disturbios en los guetos de las afueras en 2005 (buscando una luz, guardar humo) (aquí arriba), huellas de historia cuya visión se volvía imposible.
Estefania Penafiel Loaiza, sismografías 3. entrenervios, 2013 |
Ahora bien, aquí no se trata de destrucción más bien de deconstrucción, de traslado a un nuevo territorio en donde el vestigio de la imagen pueda subsistir de otra manera : relicarios de figurantes al preservar los residuos del borrado de su imagen, grabado de un sonograma en libros cubiertos de cera (sismografías 3. entrenervios)(aquí arriba), inscripciones fugitivas sobre vidrios o en hojas de árbol que dan testimonio de la historia de un lugar, huellas del palimpsesto de la 'piel' del suelo o de los mesones de una antigua fábrica como un vestigio de su actividad pasada y una huella de su vida presente (el espacio episódico), o el moldeado del pedestal de la vieja guillotina en una calle de Paris (presente imperfecto). Esos desplazamientos, esos nuevos lugares, su historia y su cultura forman una trama esencial en la obra de Estefanía Peñafiel Loaiza. A menudo es cuestión de lugares, de mapas, y del paso del uno al otro, ya sea el ecuador, la linea de horizonte o la vista desde una habitación en Beyrut (a room with view (instrucciones)).
Estefania Penafiel Loaiza, sin titulo (figurantes), 2009 2014 |
Todo ello sobresale por su capacidad para jugar, asombrar, transformar los puntos de vista de manera sorprendente. Sin grandilocuencia y con medios deliberadamente modestos, logra entretejer vínculos fuertes y transmitir una mirada asombrosa. Tal exposición suya cupo en una maleta, tal otra fue acompañada de la difusión de oraciones para introducir en los libros de una biblioteca, y sus actuaciones ponen a menudo en escena ideas sencillas que son dramáticamente complejas (como la lectura de las 18 Constituciones de su país (cuenta hacia atrás)). La sobriedad en los medios fortalece la dimensión contundente de su propósito sobre la imagen y la memoria.
Estefania Penafiel Loaiza, sin título (figurantes), 2009 2014 |
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