mardi 4 mars 2025

Treinta y una mujeres


27 de febrero de 2025, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Kay Sage, The Fourteen Daggers, 1942, óleo sobre lienzo, 40.6×33.3cm


En enero de 1943 según una sugestión de Marcel Duchamps, Peggy Guggenheim organiza en su galería neoyorkina (abierta cuatro meses antes) una exposición consagrada a 31 mujeres artistas, algunas ya bastante conocidas (Frida Khalo, Meret Oppenheim o Louise Nevelson), otras cercanas a Peggy (entre ellas su hermana Hazel McKinley y su hija Pegeen Vail), y otras que fueron descubiertas (le encargó a su marido Marx Ernst que visitara talleres de artistas para que descubriera a -relativas- desconocidas con talento; lo hizo tan cuidadosamente que la abandonó por una de ellas, Dorothea Tanning, con quien vivió hasta la muerte). Georgia O'Keefe no quiso que la incluyeran desestimando la calificación feminista. Un gran número de ellas eran artistas que estaban más o menos en la sombra de sus maridos o compañeros: Xenia Cage, Jacqueline Lamba (esposa de André Breton), Kay Sage (esposa de Yves Tanguy), Leonora Carrington (ex de Max Ernst), Sophie Taeuber-Arp. El objetivo de la exposición de Peggy Guggenheim era precisamente mostrar que aquellas mujeres no eran musas, ni imitadoras, compañeras o asistentes, sino artistas con todas las de la ley. Actualmente, la mitad de ellas más o menos, son conocidas todavía, incluso muy conocidas y las otras fueron más o menos olvidadas definitivamente. Peggy Guggenheim organiza luego otra exposición con la misma idea, The Women, en 1945. Las exposiciones fueron retomadas en la Pollock-Krasner House en 1997; este blog presenta de manera detallada a cada una de las 31 artistas, cada una el día de su cumpleaños. 


Gypsy Rose Lee, S.T. (plato con senos), hacia 1948/52, gouache sobre papel, pfoto del autor


Al contrario de lo que se dice, la exposición de 1943 no es, por mucho, la primera exposición de artistas mujeres. Empezando por que hubo salones reservados a las mujeres artistas a partir de 1857 en Inglaterra, de 1882 en Francia, de 1899 en Polonia, etc. Luego organizaron diferentes exposiciones de artistas mujeres, entre otras, en el Lyceum en Paris en 1908, en una galería parisina en 1926, en una galería en Atenas en 1933, en Ámsterdam y después en Varsovia en 1933/34, en Paris y luego en Praga en 1937. Ni siquiera fue la primera exposición de mujeres en Estados Unidos: durante la Exposición universal de Filadelfia en 1876 hubo un Pabellón de mujeres, exposición de mujeres fotógrafas en Hartford (Connecticut) en 1906, y también varias exposiciones de la New York Society of Women Artist a partir de 1931, y una gran exposición internacional de artistas mujeres en el Riverside Museum en Nueva York en 1939. Pero a causa de la energía de Peggy Guggeheim, es sin duda la exposición de 1943, la que marcó las mentes en Estados Unidos, la exposición de alguien que muchos consideraban como pionera. Es el caso de la coleccionista Jenna Segal que recién agrupó obras de cada una de las 31 artistas, una colección que después de Madrid van a mostrar en el CCB (hasta el 29 de junio) en tres salas en medio de la nueva presentación de las colecciones. No se sabe verdaderamente, más allá de los títulos poco elocuentes y la falta de fotografías de la exposición, qué obras mostraron entonces y la colección actual no puede reunir sino obras más o menos similares. 


Gretchen Schoeninger Corazzo, Negative Exposure, 1937, positivado analógico


La exposición en el CCB se organiza, después de la presentación inicial (en la cual un fresco muy bien hecho muestra los vínculos entre aquellas mujeres), en cuatro secciones: la afirmación de sí, lo extrañamente familiar, los bestiarios y la abstracción. Las tres primeras secciones tienen una fuerte inclinación surrealista, y, me parece que son bastante originales. Como vimos en Pompidou, hubo bastantes mujeres pintoras abstractas -y es indispensable mostrarlas-, y es difícil superar la evidencia para dirigirse hacia una verdadera reflexión sobre la esencia de la abstracción, y especialmente de la abstracción femenina: ¿cómo las artistas enfocan la abstracción de manera diferente que los artistas? Aquí una fotografía de Gretchen Schoeninger Corazzo que fue, entre otras, alumna de Mohaly-Nagy.


Elsa von Freytag-Loringhoven, La baronesa en su apartamento de Greenwich Village, 7 de diciembre de 1945, positivado analógico


Mucho más interesantes son las consideraciones sobre la construcción de la identidad, vemos la pose de la excéntrica baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven (de quien algunos dicen que fue la verdadera creadora del orinal duchampiano), a la bailarina erótica intelectual Gypsy Rose Lee se puede ver a través de un hueco voyerísta en la pared, y a Dorothea Tanning que juega con la representación de su cuerpo entre dibujo, espejo y pintura. 


Leonora Carrington, The Horses of Lord Candlestick, 1938, óleo sobre lienzo, 35.5x46cm


Encontramos a Gypsy Rose Lee en la sección de lo extrañamente familiar con este plato de senos cortados (más arriba) que recuerdan a santa Ágata es verdad, pero ante todo una fotografía de 1930, mucho más «médica» de Lee Miller. También tenemos (arriba) un cuadro extraño de Kay Sage con dos preocupantes fantasmas velados en un espacio singular, y (abajo) Costumbres españolas de Dorothea Tanning, en el que el vestido de una bailarina española de flamenco que muestra sus nalgas y espalda se vuelve llama. La sección de los bestiarios es de inspiración similar, fusiona cuerpo de animales con cuerpos humanos. El cuadro de los caballos atónitos de Leonora Carrington evoca con humor, su angustia en el momento de dejar a su estricta familia (el apodo de su padre era Lord Candlestick) por una vida de artista en Paris, fue el primer cuadro que le vendió a Peggy Guggenheim. Posiblemente más que en la abstracción, las mujeres surrealistas supieron imponer cierta forma de surrealismo, más sensual, y al igual que en Paris, aquí se ve bien (podemos leer el estudio de Whitney Chadwick sobres esas artistas). 


Dorothea Tanning, Spanish Customs, 1943, óleo sobre lienzo, 25.4×20.3cm


En 1943 esta exposición fue seguramente pionera. Pero la crítica la recibió (yo diría ¿evidente?) bastante negativamente, entre admiración reticente y condescendencia desdeñosa. Su herencia histórica es importante y la citan con frecuencia; además también inspiró un perfume y una línea de ropa, ¿había que decirlo?...