vendredi 7 avril 2023

Luigi Ghirri, un poco

 


6 de abril de 2023, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Luigi Ghirri, s.t., s.d., polaroid


Hace cuatro años admiré la exposición sobre Luigi Ghirri en el Jeu de Paume pero me pareció demasiado abundante (aunque era solamente sobre la década de los 70); escribía entonces: «La exposición se desarrolla en quince series: es demasiado y hubiéramos preferido un enfoque más conceptual y menos anecdótico.» Podemos decir lo contrario de la exposición de Lisboa (hasta el 4 de junio) en el Museo que se llamaba Berardo y que en realidad ya no tiene nombre*: 31 fotografías en las paredes (en formatos pequeños, alrededor de 35x45cm) y tres mesas vitrinas, cada una con 18 polaroids bastante mal presentados, con demasiados reflejos (arriba) y a veces similares a fotografías conocidas y otras veces más originales. Al mismo tiempo que uno se siente feliz viendo a Ghirri es difícil encontrarle la lógica a la presentación pues no es ni cronológica (las imágenes datan de la década de los 80 pero no van presentadas de forma cronológica), ni temática (muchos paisajes e interiores, esculturas, un solo mapa y esta curiosa rodilla...), ni visual.  


Luigi Ghirri, Sabbioneta, 1989, C-Print, 35.9×44.8cm


Pero ¡qué importa! Incluso con esta visión fragmentada se sale de la exposición viendo el mundo como el mismo Ghirri lo veía (lo que dijo uno de mis amigos, Massimo Zamboni, en la película Infinito que le está dedicada): de manera enmarcada, compuesta, geométrica. Lo que atrae la mirada es la estructura de sus fotografías antes que el tema: paisajes inhabitados, o casi, los raros personajes no son sino elementos del decorado. La escena cuyo segundo plano es el palacio ducal de Sabbioneta es un verdadero decorado de teatro con sus juegos de luz y sus figurantes en primer plano. 


Luigi Ghirri, Verso Lagosanto, 1989, C-print, 32x47cm


Todo es cuadrado en la obra de Ghirri: lineas impecables, perspectiva irreprochable, ninguna curva, pocas oblicuas. Se entra en un universo geométrico riguroso del cual es imposible escapar. Ghirri trabajó bastante tiempo como topógrafo agrimensor; de cierta manera me recuerda a Piero della Francesca que fue autor de tratados geométricos. Escribió mucho y si intentamos resumir su filosofía fotográfica (presentada aquí de forma algo abusiva bajo el auspicio de Umberto Eco, La obra abierta), sería bajo la forma de una búsqueda constante y rigurosa del espíritu de los lugares. 


Luigi Ghirri, Rivoli, Torino, 1985, Cibachrome, 36x45cm


Ghirri es reconocido como un maestro del color: aquí los colores son más bien indeterminados, fríos, sin contrastes visuales, hasta tal punto que las formas mismas se deshacen, se siente que entramos en un universo que roza con la policromía: esta pared es un enigma visual, el dibujo de la pirámide en una pared con los mismo tonos y en la cual sólo la entrada luminosa a la izquierda introduce el contraste. Para resumir, es una exposición pequeña que por lo menos incita a conocer mejor su trabajo. 


*A causa de sus complicaciones judiciales con el estado portugués, Joe Berardo perdió el control de su extraordinaria colección de arte moderno y contemporáneo, y el Museo que llevaba su nombre ahora se llama «Futuro museo de arte contemporáneo». 



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