10 mars 2023, par Lunettes Rouges
(artículo original en francés, aquí)
Saodat Ismailova, Chillpiq, 2018, video, captura de pantalla |
La artista uzbeka que ganó el premio Eye Art & Film 2022, expone actualmente en Fresnoy (hasta el 30 de abril, no la he visto) y también en Eye, Ámsterdam (hasta el 4 de junio); muestra principalmente películas, algunas fotografías y algunas instalaciones. Como la mayoría de nosotros sabemos poco o nada sobre Uzbekistán y su cultura, quizás no tengamos la distancia crítica necesaria en relación con este trabajo. Mirando las imágenes minuciosas (la estepa sin fin, la nieve, el agua) nos maravillamos ante los relatos de chamanismo y de rituales antiguos (esta ronda de jovencitas, por ejemplo, alrededor de una estructura sagrada en Chillpiq) y apreciamos la belleza (y la calidad fílmica cuando la imagen se desdobla para dejar aparecer fantasmas evanescentes de las peregrinas) sin necesariamente entender el significado profundo .
Saodat Ismailova, Her Right, 2020, video collage, captura de pantalla |
Uno de los hilos conductores del trabajo de Saodat Ismailova parece ser la nostalgia de un paraíso perdido, antes de que la modernidad invadiera su país, antes de que el comunismo soviético la oprimiera, antes de que dañaran sus bellezas naturales, antes de que desapareciera el tigre de Turan. Parece decir que la modernidad que con frecuencia se percibe como destructora, no se puede controlar sino conservando el vínculo con las tradiciones pasadas y fusiona a Gagarine (Baïkonour no está lejos) con el antiguo chamán Qorqut cuya ascensión al cielo desafía la muerte. Frente a esta nostalgia un poco reaccionaria, Ismailova muestra también una selección de películas uzbekas antiguas sobre la liberación de la mujer y en especial sobre el hecho de haberse quitado el velo de manera más o menos forzada al principio de la era soviética. Es sin duda con este tema que su ambigüedad resalta más, entre voluntad feminista y pesares por la influencia rusa/soviética/moderna, sobre la cultura de su país.
Saodat Ismailova, The Letters (1904 & 1924), 2013-2019, fotografías |
Poco propenso para compartir esas nostalgias bastantes conservadoras, la pieza que preferí es un conjunto de cuatro fotografías de su familia: tatarabuela, bisabuelo, abuela (los dos en esta foto) y su madre. Sobre cada fotografía hay un texto, un poema o el relato de algún sueño, todos escritos en una lengua diferente (persa, uzbeko antiguo, árabe, ruso) y con una grafía diferente (árabe, latín, cirílico), para mostrar la complejidad cultural de un país en la encrucijada de diferentes culturas. Es también un testimonio de la represión: su antepasado Abdul Aziz Turkistani fue enviado al Goulag, su abuela Bibi Rokia por consiguiente hija de un enemigo del pueblo, no pudo estudiar. Me parece que es en esta pequeña serie en donde percibimos mejor la complejidad agitada de esta cultura.
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