vendredi 18 novembre 2022

Margaret Watkins, ¿nuevo descubrimiento?

 


6 de noviembre de 2022, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Margaret Watkins, Bodegón con espejos y ventana, 1927, MoMA, no está en la exposición


Como el mercado del arte se alimenta con carne tierna, periódicamente «descubre» a un artista desconocido y lo promociona: más allá de la calidad propia del trabajo, tenemos entonces un mecanismo económico bastante evidente. Lo analicé a propósito de Miroslav Tichý y de su «invento». La comisaria que contribuyó en el lanzamiento de Vivian Maier, presenta actualmente (hasta el 8 de mayo) en el mismo museo de Lisboa en el cual mostró a Maier, su último «descubrimiento», Margaret Watkins, relativamente desconocida (1884-1969), fotógrafa de calidad pero mas seguidora que pionera. 


Margaret Watkins, Sinfonía doméstica, 1919


Una desconocida que tiene todo para llamar la atención. Para empezar es mujer, además nunca se casó, trabajó entre 1908 y los años 1930, en el momento en que, evidentemente la fotografía era sobre todo una actividad masculina. Es también alguien que un día dejó de fotografiar (para cuidar a sus viejas tías...) y que desde entonces vivió recluida durante más de treinta años. Pero, milagrosamente, poco antes de su muerte le entregó a su joven vecino Joseph Mulholland, una caja sellada que éste último no abrió sino tres años después y en la que descubrió 1200 fotografías. Luego de hacer varias exposiciones en galerías (entre ellas la que abrió Joseph Mulholland) y una exposición en la National Gallery de Canada en 2012 que empezó a hacerla conocer, ahora la encontramos en Europa (España, Hungría, Portugal, ..), y mecánicamente podemos decir que pronto se organizará una exposición en Paris. 


Margaret Watkins, El Multiple de Blythswood (escalera), sin fecha


Alumna de Clarence White, pasó de un pictorialismo bastante apagado a una estética cercana a la del Bauhaus y de la Nueva Objetividad que entonces estaba poco difundida en América del Norte. Como a muchos otros, lo que le permitió construir bodegones audaces y angulosos que se aproximan a la abstracción, fue la publicidad. Sus fotografías «domésticas», del baño o del lavaplatos lleno de loza sucia, desarrollan la misma estética fría, formal y geométrica. Ese es su trabajo más importante pero el que menos seduce, no se pasa de original cuando se compara con las fotógrafas europeas de entre las dos guerras y además tiende a devolver a la «mujer fotógrafa» a su universo doméstico, cocina y limpieza. 


Margaret Watkins, Desnudo, 1923


Los retratos que hace entonces están bien hechos, los hombres son mas bien cordiales pero sin gran originalidad, mientras que en los desnudos femeninos se vislumbra una sensualidad y una atracción indiscutibles. 


Margaret Watkins, Londres, años 1930


A partir de 1928 se va de los Estados Unidos se radica en Glasgow y viaja por Europa: Alemania y Francia. Fotografía la calle, las vitrinas, los letreros. Se ven entonces composiciones interesantes con juegos de sombra y líneas arquitecturales siempre con una estética geométrica algo brutal. 


Margaret Watkins, Moscou, 1933


Su última actividad fotográfica intensa parece ser un viaje a la Unión Soviética en agosto de 1933, dos años después de su ex alumna Margaret Bourke-White; quizás sea un testimonio de sus simpatías políticas aunque mira con humor el culto de la personalidad existente. La arquitectura modernista soviética la fascina y realiza composiciones complejas a partir de los edificios moscovitas. En su conjunto es cierto que es un descubrimiento menor, pero interesante. 

Salvo la primera, son fotografías de la colección Mulholland.






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