vendredi 18 novembre 2022

Kokoschka, jefe de los salvajes

 


9 de noviembre de 2022, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Oskar Kokoschka, El viejo Hirsch, 1909, óleo sobre lienzo, 70.5×62.5cm, Lentos Linz


Hace tres años vi en Viena una exposición grande de Oskar Kokoshka, magnífica ocasión de descubrir el trabajo del artista. Al tiempo que me entusiasmaron los cuadros de la primera parte de su vida me decepcionaron los que datan de después de sus 50 años. Escribía entonces: «Los cuadros de la segunda mitad de su vida pecan a la vez por la hechura y por el tema. Fiel a la figuración, habiendo rechazado la abstracción, Kokoshka abandona el nerviosismo vivaz de su juventud y pinta con pinceladas gordas, grasas y empastadas» y yo añadía a propósito de sus retratos tardíos «ni nervios, ni corazón, ni pelotas, a diferencia de sus retratos anteriores». 


Oskar Kokoschka, Time, Gentlemen Please, 1971-72, óleo sobre lienzo, 130x100cm, Londres, Tate Modern


No es la exposición en el Museo de Arte Moderno (hasta el 12 de febrero) que me hará cambiar de opinión. Es la primera exposición de envergadura en Paris, aquí Kokoshka sigue siendo un artista bastante desconocido. A pesar de su título ambiguo («una fiera»), corran y descubran a uno de los grandes artistas del siglo pasado, uno de los únicos artistas austriacos destacados de mediados del siglo XIX. Pero pasen rápido por las dos últimas salas, sus periodos inglés (1938-1946) y suizo (1946-1980); en donde pueden parar es únicamente delante de los autorretratos, en especial el último Time, Gentlemen Please, como se dice en los pubs justo antes de que cierren: tiene 86 años se acerca la muerte. En esas últimas salas me cuesta ver el «radicalismo cercano a sus primeras obras», yo veo mas bien procesos pictóricos usados hasta el agotamiento, sobre temas banales y simplistas con raras excepciones. Estamos en el lado opuesto de la radicalidad de Muchachos soñando o del retrato del viejo Hirsch. 


Oskar Kokoschka, El Prisionero, 1914, óleo sobre lienzo, 99x73cm, Ostrava, Institut national des Monuments, detalle


Algo sorprendente visto en esta exposición es la manera como Kokoshka pinta las manos de sus personajes: demasiado grandes, deformes, manos de rapaces gigantes. Aquí, entre otras, las manos de un prisionero. En Viena había 102 cuadros y en Paris hay 75, la mayoría coinciden; hay dos veces menos obras gráficas en Paris (42) que en Viena (88), y en los dos casos bastantes documentos. 


Fotografía de la muñeca, 1919


Muy bonito catálogo (recibido en servicio de prensa) con reproducciones de mejor calidad que en el de Viena y más grande. El ensayo bibliográfico de Dieter Buchhart presenta muy bien su vida y obra; completado con textos históricos sobre su exilio político (Ines Rotermund-Reynard), su relación con la guerra (Anna Karina Hofbauer), sus viajes (Fanny Schulmann) y su sentimiento europeo (Régine Bonnefoit). Uno de los ensayos mas interesantes es el de Bernadette Reinhold sobre la muñeca a la imagen de su ex amante Alma Mahler, que él hizo confeccionar por Hermine Moos (podemos leer este libro); nos hubiera gustado leer un ensayo complementario en el que un psicoanalista se hubiera interesado por esa transferencia amorosa. En fin, siempre es interesante entender el marketing de sí mismo, que Aglaja Kempf descifra muy bien. 




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