jeudi 8 juillet 2021

La Verdadera Cruz

 


8 de junio de 2021, por Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)


Luigi Presicce, Le Storie della Vera Croce, 7. Il Sogno della Cascata di Costantino, 7/10/2015, detalle, captura de pantalla video f. del autor.


Hay que ir a este lugar que fue un matadero que se llamaba Macro Testaccio, como el barrio, y ahora se llama Mattatoio, ver rápidamente las fotografías del World Press Photo y entrar en la oscura caverna en donde se encuentran las diez pantallas de las Historias Verdaderas de la Cruz de Luigi Presicce (hasta el 27 de junio). Este señor es ante todo alguien que hace performances y los videos que presentan fueron hechos con ellas en los últimos nueve años en diferentes lugares museales, históricos o sagrados en Italia (excepto una en la isla de Gotland). Pero son performances muy singulares: decorados ricos, trajes bastante perfeccionados, luces sofisticadas, sonido siempre trabajado perfectamente, no hay nada filmado con precipitación. Además no han sido vistas: algunas se destinaban a los pasantes, la mayoría fueron hechas para un espectador a la vez, o para grupos pequeños, o para dos chicos pintados, incluso sin audiencia, o (esta de abajo) para una gaviota muerta. Es la primera vez que presentan juntas las 18 performances de una duración total de una hora y media más o menos. Y hay que quedarse ese tiempo pues pasar rápidamente de la una a la otra no deja nada, es necesario impregnarse de la materia que proponen. 


Luigi Presicce, Le Storie della Vera Croce, 1. La Sepoltura di Adamo, 18/02/2012, foto Francesco G. Raganato.


La trama es la historia de la Cruz según la han contado las diferentes leyendas y especialmente Vorágine, pero es una historia que prolifera y se multiplica. En la boca del cadáver de Adán crece un árbol (es la primera pantalla que nos recibe, es el prólogo luminoso antes de entrar en la oscuridad de la caverna), con el árbol, Salomón hace un puente, la Reina de Saba predice que esa madera marcará el final del reino de los judíos, Salomón la entierra pero vuelve a salir y con ella hacen la Cruz de Cristo. Vuelve a desaparecer y la emperatriz Helena la encuentra (al torturar a un judío que confiesa en donde están enterradas las tres cruces, sólo una es sagrada y milagrosa), la corta en pedazos para distribuirlos en las iglesias y se queda con los clavos para su hijo Constantino. El rey persa Cosroes, zoroastrista casado con cristianas se apropió la Cruz que se había quedado en Jerusalén, pero el emperador bizantino Heraclius lo venció y como no quiso convertirse, lo mató. La Cruz volvió a Jerusalén y desapareció. Apareció de nuevo en la batalla de Hattin que sin embargo ganó Saladín y desde entonces desapareció. Esta leyenda tan presente en el cristianismo ha sido objeto de numerosas obras de arte, en especial por parte de Agnolo Gaddi en Florencia y Piero della Francesca en Arezzo, que desde luego inspiraron a Presicce, quien hizo una investigación histórica, literaria e iconográfica exhaustiva. 


Luigi Presicce, Le Storie della Vera Croce, 6. La Caduta di Atlante con Legno a lato diritto e Gallo a lato manco, 19/09/2014, detalle, captura de pantalla vídeo f. del autor.


Lo que primero llama la atención es la unidad estilística de todos lo vídeos: todos tienen planos fijos, escenas muy construidas de composición geométrica rigurosa. Hay muy pocos movimientos (excepto en el último, Ascensión a la cima de la santa y del mago del alba dorada; más entrecortada y rítmica, abajo), pero la mayoría son más bien cuadros en vivo que performances. La inmovilidad en la cual solamente se mueven las hojas que agita el viento se fija en la duración, en el tiempo, tiempo histórico, tiempo religioso, y también tiempo del espectador; un tema importante para Presicce, que creó la Academia de la Inmovilidad. El viento, el agua que corre, el humo de una hoguera, animales que erran, son algunas veces las únicas marcas de movimiento en una imagen que de lo contrario creeríamos fotográficamente estática. Las caras que a menudo llevan máscaras son impasibles. Los sonidos se responden de una alcoba a otra, de un laúd monocorde a los martillos de un tallador de piedra al entrechoque de vigas, y los símbolos también se pasean de una pantalla a la otra. Hay algunos anacronismos que sorprenden un poco y que hacen lo posible por perturbar la reconstitución histórica fiel, mujer fumando cigarillo y chico con balón de fútbol. Otras escenas son perturbadoras, como la de Salomé vestida con tutú y que tiene sobre su casto pecho la cabeza del Bautista en bandeja (pantalla 6). 


Luigi Presicce, Le Storie della Vera Croce, 5. Le tre Cupole e la Torra delle Lingue, 27/07/2013, f. Jacopo Menzani.


Entre las escenas más impresionantes, pantalla n°5, Las tres cúpulas y la torre de las lenguas, reúne la construcción del Templo, el proyecto de Gran Cúpula nazi, el Palacio Daniele en donde tuvo lugar la performance, y la Torre de Babel, de la catedral de Otranto a Brueghel. Salomón ostenta un cetro adornado con un diablo rojo y una insignia del Orden Anciano de los Druidas, el arquitecto Hiram ancestro de la masonería lleva una escuadra y un compás, y, aquí arriba, el rey Nemrod animando a sus talladores de piedra, descamisados y enmascarados; los diferentes sonidos de los talladores de piedra son como las mil lenguas impuestas por Yahweh después de la destrucción de Babel. Presicce mezcla las historias en una síntesis fantasiosa que a veces se acerca al esoterismo (en otro lugar vemos de nuevo a Aleister Crowley). Interroga la imagen y la iconografía, y así muestra a El Hijo roto de la santa (pantalla n°7) de qué manera, con la oficialización del cristianismo bajo Constantino, Cristo será representado ya no como un pastor humilde sino como una figura poderosa y de majestad jupiterina. 


Luigi Presicce, Le Storie della Vera Croce, 10. Il Sogno della Cascata di Costantino, 7/10/2015, f. Dario Lasagni.


Puesto que más allá de la Cruz, de lo que se trata es de poder. Como Constantino hizo pintar los escudos de sus soldados con la cruz entonces gana la batalla del Puente Milvio contra Majencio, pues había oído en sueños la frase «In hoc signo vinces» (pantalla n°8), y una de las escenas más complejas el El Sueño de la Cascada de Constantino (pantalla n°10) directamente inspirado de este cuadro de Piero della Francesca, primera escena nocturna del arte occidental. Es aquí que Presicce más libre curso le da a su pensamiento literal: Constantino duerme con El Origen del Mundo en su seno, transformado así en un ser andrógino; implantación de la performance en un museo y la puesta luminosa en escena evocan Étant donnés y además el servidor sentado juega ajedrez como Duchamp. Para hacer todo más complejo, la cascada de Étant donnés es la de Forestay, cerca del lugar en donde murió Courbet. Da vueltas la cabeza, demasiados símbolos, signos, vínculos, referencias a veces obscuras o enigmáticas y un sincretismo histórico en el que personajes como Herodes y Cosroes parecen fusionar. 


Luigi Presicce, Le Storie della Vera Croce, 9. In Hoc Signo Vinces / Secondo Quadro, 13/10/2013, f. Ela Bialkowska OKNOStudio.



Pero ante todo, la Cruz por encima de la tienda de Constantino es una cruz medio gamada (arriba): como decir más claramente que la cruz fue siempre un instrumento de poder, de guerra y de dominación, desde Constantin hasta Hitler, un signo, un emblema fijado en una historia inmemorial (Adán o la esvástica) y al cual se le confieren poderes mágicos. En una residencia de Munich, Hitler había colgado el tríptico Los Cuatro Elementos de Adolfo Ziegler; en la pantalla n°9, también llamada In hoc signo vinces, Presicce hace con ello un cuadro vivo casi idéntico, con las alegorías del fuego, agua, tierra y aire, subidas desnudas en el manto de una chimenea (el agua tiene un ojo tatuado encima del seno izquierdo). Aquí, se trata de guerra, de dominación, de conflicto, ideología, y la cruz, ya sea cristiana o gamada no es un símbolo de paz y de amor. 


Luigi Presicce, Le Storie della Vera Croce, 11. Ascesa alla Vetta della Santa e del Mago dell’Alba Dorata, 22/07/2016, f. Jacopo Menzani.


Entiendo perfectamente que un conjunto como este pueda molestar: demasiado confuso, abundante, que parte en diferentes direcciones creando vínculos inesperados, que roza con el esoterismo (la Cruz como Grial, Crowley, Rol). Pero a mí me gustó esa abundancia barroca, la búsqueda multiforme, la inspiración histórica y artística, la estética lenta y oscura, las performances intemporales. Me gustó la invitación para entrar en un universo imaginario pero arraigado en la historia y la religión. 

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire