(artículo original en francés, aquí)
Benoït Facchi, Estudio de Malick Sidibé, 2011 (no está en la exposición) |
Hermosa retrospectiva de Malick Sidibé en la Fundación Cartier (hasta el 25 de febrero). Respira la alegría de vivir, el orgullo de los malienses que se independizaron, la sensualidad y también la nostalgia. Bailarines en los clubes, jóvenes a la orilla del río, o retratos en su estudio, la energía y la empatía de Sidibé son evidentes por todas partes. También hay bastantes inéditos, revelados recientes a partir de sus archivos.
Malick Sidibé, i Mirénme !, 1962, Revelado gelatino argéntico, 99,5 x 100,5 cm, Colección Fundación Cartier por el arte contemporáneo, Paris, © Malick Sidibé |
Estos jóvenes que van a bailar disfrutan de los años de despreocupación de antes del puritanismo socialista (los clubes cierran a partir de 1976), antes del peso de la religión; sus trajes se inspiran de las modas en boga en Estados Unidos o Europa, sus músicas llegan del exterior (también de Cuba), coquetean sin complejos. Los bailes modernos (twist, rock) permiten la cercanía de los cuerpos, tocarse, arrimarse, lo que sería imposible con las músicas tradicionales. Los clubes se llaman Los pájaros negros, Los picaflores desencadenados, Las Vegas (en la película que clausura la exposición, los viejos se encuentran, agachados, establecidos, pero igual de alegres), e incluso Aragon Club (del que sólo puedo imaginarme el origen). Se trata de fotos libres, improvisadas, repentinas, en las que los cuerpos se liberan.
Malick Sidibé, Noche de Navidad, 1963, Revelado gelatino argéntico, 100,5 x 100 cm, Colección Fundación Cartier por el arte contemporáneo, Paris, © Malick Sidibé |
Hay que decir de paso que esta famosa y bella fotografía de un hermano enseñándole a su hermana a bailar se intitula « Noche de Navidad ». Fue tomada no un 24 de diciembre sino el 25 de febrero de 1963. Busquen el error. No sé quien la rebautizó así pero se nota enseguida la visión pos colonial que impone sus códigos : el 25 de febrero de 1963 no fue, como lo leerá a menudo, el último día antes del Ramadan, sino al contrario el primer día del siguiente mes, el 1er Shawwai 1382, más conocido como Aïd el Fitr. ¿ Interesante, no ?
Si los cuerpos bailando son libres, ¿ qué decir entonces de los jóvenes que van a bañarse los fines de semana ? En traje de baño, ellos y ellas desvelan sus anatomías con orgullo y sensualidad, los amoríos entre chicos y chicas tienen más empuje lejos de la ciudad, de la familia, de los vecinos y (en la película, no en las paredes, esta foto no está en la exposición) distinguimos incluso algunos senos desnudos. Alegría de vivir hedonista y pagana, sensual y sin complejos.
Malick Sidibé, Mi sombrero y pantalón bota campana, 1974 Revelado gelatino argéntico, 60,5 x 50,5 cm, Courtesy CAAC – The Pigozzi Colección, Ginebra, © Malick Sidibé |
Los retratos en el estudio son evidentemente más serios, más compuestos, y Sidibé es un maestro en el arte de hacer coincidir dibujos y motivos, de construir correspondencias entre las telas del fondo y los trajes. Vemos naturalmente a todo esa juventud yéyé pavoneándose en sus hermosos atuendos, posando provocadores o sencillamente afirmándose.
Malick Sidbé, ST, 1973 Revelado gelatino argéntico, 50 x 60 cm, Cortesía sucesión Malick Sidibé, © Malick Sidibé |
Pero, y es allí que pesa la tradición, vemos también personas comunes y corrientes en traje tradicional, más tímidos y recatados, igual de orgullosos y dignos pero en el contexto de su cultura, de su trabajo, de su lugar en una sociedad jerarquizada con reglas bien definidas. Esta señora en bazin con su hijo parece estar en las antípodas de la joven atrevida de arriba, aunque podrían ser hermanas, o quizás sea la misma persona unos años más tarde. De paso nos enteramos de que Sidibé fue polígamo, tuvo cuatro esposas, de las cuales, cuenta, solamente escogió a la tercera : otro arraigo en la tradición y la religión.
Malick Sidibé, Yokoro, 1970 |
Y esa es la otra faceta de Sidibé, su capacidad para enaltecer el arraigo cultural, a veces religioso o tradicional, como estos Yokoro, niños bufones del Ramadán (que, claro, para nosotros evoca Halloween...). La capacidad para mostrar las diferentes facetas de su sociedad y hacerlo con un lenguaje fotográfico de una gran modernidad, es sin lugar a dudas lo que hace el genio de Sidibé.
Malick Sidibé, No es mi culpa, 1974 |
Terminemos con el humor de Sidibé : i no es mi culpa ! (el revelado reciente, de 2010, en la exposición es mucho más oscuro).
Pae Joo, Rolleiflex, 2017, escultura de madera, encargo de la Fundación Cartier |
Al final, de paso, esta escultura de Paa Joe como homenaje a Sidibé.
Fotos 2, 3, 5 & 6 cortesía de la Fundación Cartier. Foto 9 del autor.
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