(artículo original en francés, aquí)
Albert Renger-Patzsch, Embauchoirs à l’usine Fagus, Alfeld, 1928 |
Lo fascinante de esta excelente exposición en el Jeu de Paume (hasta el 21 de enero), es descubrir en un fotógrafo de quien se espera que reproduzca precisamente la realidad que tiene ante él, la capacidad extraordinaria para leer las formas, sacar las estructuras, los motivos, superponer sobre lo real una cuadrícula matemática y poética, rítmica y repetitiva. Claro que la exposición no deja de lado la parte documental y humanista de Renger-Patzsch, sus relatos sobre las islas Frisias, sobre las ciudades hanseáticas, sobre el ruralismo, pero lo que más impresiona aquí es su capacidad para manejar las formas más abstractas de manera poética.
Albert Renger-Patzsch, Cactacea, 1922-23 |
Sus fotos de plantas son objetivas, totalmente reales, documentales, y al mismo tiempo presentan una estructura formal que las transforma en mini esculturas en dos dimensiones, curvas de ecuaciones a la Poincaré, falsas abstracciones que hacen emerger de la realidad formas insospechadas, estructuradas y poéticas.
Albert Renger-Patzsch, Bosque de montaña (pinos) en invierno, 1926 |
Es también verdad en sus fotografías de olas, formas dinámicas y efímeras de movimiento suspendido, es verdad en la escansión vertical de los arboles y los juncos, es verdad en las piedras y sus pliegues geológicos.
Albert Renger-Patzsch, Béchers, Vidriería de Iéna, 1928 |
Y con los objetos industriales, Renger-Patzsch puede darse gusto : la repetición de las formas es desde entonces una señal manufacturera, y puede alinear cuchillos, paletas o vidrios, planchas o embudos, sin preocuparse del realismo para hacer emerger ritmos poéticos irresistibles dentro de una coreografía visual totalmente única.
Fotos 3 & 4 cortesía del Jeu de Paume, foto 2 del autor
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