(original en francés, aquí)
Lisa Oppenheim, Lunagrams (after Ann Craven), 2015, fotografias n/b con viarge de plata expuestos a la luz de la luna, cada una 40x40cm, vista de la expo, (c) L'Hebdo du Vendredi
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El FRAC Champagne-Ardenne vuelve a abrir luego de una interrupción por obras, con una exposición de la artista estadounidense Lisa Oppenheim, que se conoce muy poco por aquí. Lo llamativo de su obra es su capacidad para apropiarse del proceso hasta que se muerde la cola : la primera obra que vi de ella consistía en el revelado a la luz de la luna de fotografías de la luna tomadas a principios de la fotografía (por John William Draper), y lo mismo con el sol. Aquí presenta de nuevo lunogramas, pero esta vez inspirados en los cuadros lunares que Ann Craven había realizado en este mismo lugar hace ocho años.
Luna-tema y luna-medio se conjugan (la serie precedente jugaba además sobre el tiempo, una foto del primer cuarto de luna por Draper era desarrollada por Lisa Oppenheim con la luz de la luna del mismo cuarto; lo que ya no es el caso).
Lisa Oppenheim, Landscape Portraits (Some North American Trees), 2014, cada uno 98x64.5cm
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Encontramos la misma voluntad absurda de apropiación en sus Retratos de paysajes, que son en realidad fotogramas de finas chapas de madera puestas en contacto con el papel fotográfico, de tal manera que la luz al filtrarse a través de las láminas extra finas de madera, dibuja sobre el papel sensible las curvas y venas del mismo, en este caso hayas y arces. Nuevamente, la madera es tema y medio, el fotograma es el testigo de su existencia, y además los marcos están hechos de la madera representada. Una escenificación que me parece superflua, conjuga dos esencias en la misma imagen como para dar de forma ingenua, una impresión de continuum y de movimiento.
Lisa Oppenheim, La Quema, 2014, cada una 5105x42cm, vista de la expo |
Y siguen la apropiación y la confusión, la serie Quema, en la que toma como negativos, detalles de una fotografía de Manuel Alvarez Bravo que muestra una nube de humo y expuestos no a la luz del agrandador sino a la de un llama : una vez más procesos y sujetos se entrecruzan. Ahí también la presencia de azulejos mejicanos parece algo incongruente, y, me parece que disminuye la fuerza y la pureza de la demostración.
Lisa Oppenheim, Jacquard Weave, 2014, textile Jacquard tissé, cadre en bois, chacun 117.8x142.24cm, photo FRAC
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Todas esas apropiciones vienen del universo de la fotografía analógica, del laboratorio y del agrandador, del fotograma y del revelador, y la exposición se abre con una obra del universo "digital", del numérico : los telares de Jacquard inventados en 1801, se encuentran entre las primeras máquinas con programa, el motivo del tejido está codificado en una tarjeta de programación; poco después, Charles Babbage inventa la primera calculadora programable que conducirá, un siglo más tarde, al ordenador. Aquí Luisa Oppenheim juega contra la máquina, contra la tejedora Jacquard pues perturba su programa (al introducir dos tarjetas perforadas superpuestas en lugar de una) : el tejido que se realiza sale defectuoso, urdimbre y trama no se entrecruzan siempre según el motivo. Pero si invierte las dos tarjetas perforadas se obtiene el negativo del tejido precedente. La desviación del programa numérico con un juego rebelde conduce al análogo, a la dualidad positivo/negativo.
Lisa Oppenheim, Killed Negatives, 2007, cada uno 31.8x24.8cm |
Las otras obras presentadas se alejan un poco de este proceso, en particular el video que produjo el FRAC, y a mi me interesa sobre todo su proyecto de procedimiento y de apropiación, por encima de los demás aspectos de su trabajo. Pero también me gustó como reinventa las fotografías de Walker Evans, las que, cuando trabajaba para la FSA, fueron juzgadas indignas de ser publicadas y las perforaron con un hueco para que no se pudieran publicar. Lisa Oppenheim salió a buscar los huecos y fotografió lo que podían contener, es otra forma de apropiación. Pero lo hizo en color, desplazando así el argumento, marcando temporalmente la imposible restauración de la memoria destruida.
Fotos del autor, excepto la primera (c) L'hebdo du vendredi y la cuarta cortesía del FRAC
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