mercredi 15 juillet 2015

Arrancan los Encuentros de Arles (al fin…)

14 de julio de 2015, por Lunettes Rouges

  
(artículo original en francés, aquí)



Mold is beautiful (SFP, Luce Lebart, 2015)




Seamos claros, esta edición de los Encuentros Fotográficos de Arles (hasta el 20 de setiembre, salvo indicación contraria) da un giro. Después de una lenta erosión de la calidad de los Encuentros a lo largo de los años (2010, 2011, 2012, 2013), hasta la catastrófica edición 2014 (que boicoté sin ningún pesar), este año se siente una onda nueva, una mejora evidente, un ambiente más agradable. Hace un año, me atreví a dar algunas sugerencias de simple sentido común, al decir en voz alta lo que otros no se atrevían sino a murmurar de forma anónima, y debo decir que este año, estoy contento.
Primero, los Encuentros se han abierto a la ciudad, reconciliados con los otros actores, respetuosos con los estudiantes de la Escuela, colaborando con el Off; el espacio Cosmos (semana de apertura únicamente) sobresale, agrupa libros y exposiciones pequeñas (arriba, moho que afecta las fotografías de las colecciones de la SFP(1), que presenta Luce Lebart en este espacio). El mejor ejemplo de ello, me parece que fue, la integración de los Gitanos de las Papelerías Etienne en la Noche del Año : una anécdota, insignificante, pero es una señal potente.



Markus Brunetti, Reims, Cathédrale Notre-Dame, 2013-2014



Sigamos, el problema de espacio tuvo el efecto positivo de reducir el número de exposiciones y por lo tanto condujo a que se hiciera una selección más rigurosa. Si Pascal necesitaba tiempo para hacer cartas más cortas, los Encuentros necesitaban menos espacio para hacerlo mejor. Alrededor de 35 exposiciones en lugar de 50, y sobretodo un nuevo enfoque, esencialmente sobre tres ejes : grandes figuras, descubrimientos y singularidades. Algunas exposiciones son algo decepcionantes pues el argumento es demasiado escueto (el rayo, los neones) o la forma es confusa (por ejemplo las fachadas de iglesia de Brunettireelaboradas hasta volverse irreales me dejaron insensible, arriba), solamente una me hizo dar alaridos (tranquilos, ya sabrán cual), muchas me gustaron y algunas me entusiasmaron, volveré a tratar el tema en los próximos artículos.




Vincent Ferrané, Bienvenue, Commanderie Sainte-Luce, Arles, vue d'exposition



En fin, yo había dicho que deseaba ver exposiciones y no solamente fotos colgadas, esperaba más "comisaría" : es aún bastante desigual. Algunas bellas exposiciones siguen siendo todavía simples alineamientos de fotografías unas al lado de otras; quizás se necesiten más comisarios invitados.
Dos exposiciones que me parecen las mejor presentadas son la del trabajo para la prensa de Walker Evans (volveré a hablar de ella; comisaría y leyendas de David Campany y Jean-Paul Deridder) y, al otro lado del espectro, la exposición poética de Vincent Ferrané sobre lugares que no lo son (comisaría de Fannie Escoulen, leyendas de Léa Bismuth, hasta el 30 de agosto). Al contrario, por ejemplo, la visita de la exposición de Stephen Shore (volveré también), por muy buenas que sean las fotos, se convierte en una larga andanza unívoca de sala en sala en donde el visitante no puede sino "consumir" linealmente imagen por imagen.




Chaise longue éditée par Martin Parr, Église des Frères Prêcheurs, Arles



Un ejemplo cuestionable, según creo, de comisaría, es el de la exposición que agrupa a Mathieu Chedid y a Martin Parr en la iglesia de Frères Prêcheurs. No soy un aficionado incondicional, ni del uno (pero mis gustos musicales...), ni del otro. Es verdad que la idea de hacer dialogar a un músico y a un fotógrafo merece ser explorada, pero sin hablar de los argumentos respectivos bastante convencionales ("descubrí su música", "me encantan sus fotos"), me cuesta trabajo entender su diálogo, no entiendo su encadenamiento, no capto su armonía. El hecho de descomponer una melodía de Chedid en 8 pistas (voces, sintetizador, piano, etc.) y asociarlo cada uno con un modo de presentación de las fotos de Parr (proyección, afiches, cuadros pequeños, etc.) es sin duda una desconstrucción divertida, pero   
¿ cómo sobrepasar este artificio, cómo darle sentido ? No lo sé; la puesta en escena eclesiástica es buena (a pesar de que las tumbonas de Parr no dan ganas de acostarse), pero me quedé insatisfecho. De Martin Parr, sin sorpresa (para mi), preferí sus fotos de antes en blanco y negro, más humildes, más tiernas, en lugar de la ironía mordaz, o del desprecio, de su obra en color. 




Martin Parr. GB. England. Yorkshire. Hebden Bridge. Hangingroyd Road. Tom Greenwood cleaning. 1975.



(1) Nota de deontología : el autor es Tesorero de la SFP, pero no participó para nada en esta exposición. 

Fotos del autor, excepto Brunetti (cortesía de los Encuentros, del artista y de Hartmann Projects) y Parr (Magnum).



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