13 de diciembre de 2022, por Lunettes Rouges
(artículo original en francés aquí)
Estatuilla de Tursac, Abri du Facteur, Tursac, Dordogne, Gravetiense, calcita, 8.1×3.9×2.3cm, descubierta en 1959, Museo de Arqueología nacional, St-Germain-en-Laye |
La exposición sobre el tema en el Museo del Hombre (hasta el 22 de mayo; la sección sobre Picasso no abrirá sino el 8 de febrero) es una muy buena introducción a artes misteriosos y tan difíciles de interpretar, y que al mismo tiempo son tan conmovedores. Más allá de lo que las ciencias puedan enseñarnos para intentar penetrar los enigmas, hay que dejar que la emoción se exprese, no tratar ya de racionalizar y de entender sino de dejar asomar en nosotros la parte arcaica, salvaje e irracional que puede permitirnos entrar en armonía con aquellos artistas. Uno de mis recuerdos inolvidables siendo niño es cuando entré en la inmensa catedral que es Lascaux, poco antes de que Malraux decidiera cerrarla: la sensación mágica de deslumbramiento y el asombro que sentí no tienen nada que ver con lo que sentí mucho más tarde cuando, como visitante curioso y admirativo, visité la replica de Chauvet, por ejemplo (y, espero, Cosquer, pronto).
Catálogo de la exposición, con Caballo al galope, pared del Gran Toro negro, cueva de Lascaux |
La exposición tiene tres ejes de representación: los motivos abstractos, los animales y la figura humana, y tres medios diferentes: arte parietal, arte rupestre y arte mobiliario. La mayoría de los objetos proceden de Francia pero numerosas imágenes (y videos) muestran obras de España, del Sahara, Indonesia, Brasil, Australia, etc. El catálogo (recibido en servicio de prensa) contiene muchísimas informaciones sabias sobre las representaciones, estilo, frecuencia, repartición. Cada objeto lleva una reseña muy completa. Voy a resistir a la tentación de hacerles una exposición sabia y quiero insistir sobre mis emociones. Primero pensar quizás en Maria Sanz de Sautuola, de ocho años de edad que mientras que su padre Marcelino no tenía ojos sino para el suelo de la cueva de Altamira, ella dejó errar su mirada curiosa y al levantar los ojos hacia el techo exclamó : «¡Mira, papá! ¡Bueyes pintados! ».
Venus impúdica, Abri classique de Laugerie-Basse, Les Eyzies, Dordogne, Magdaleniense medio/superior, marfil de mamut, 7.7×1.8×1.4cm, descubierto en 1863, Museo del Hombre |
Alexandra Sand, Another Self, 2019, yeso, elementos orgánicos, ladrillos, 60x190x27cm, Galeria Hervé Bize, Nancy |
La exposición le otorga un lugar importante a la Venus esteatopigia de Lespugue y a su ambigüedad, pies contra cabeza, que Yves Coppens reveló. También muestra obras de varios artistas contemporáneos inspirados por ella, o, de manera más amplia, por las Venus prehistóricas. La calidad y la pertinencia son desiguales y memorizaremos en especial a Brassaï, Jean Arp, Yves Klein, Louise Bourgeois y a alguien que descubrí, la rumana Alexandra Sand que durante su estadía en la Villa Médicis, realizó un vaciado de su propio cuerpo desnudo para hacer un yacente bicéfalo con una sola pelvis.
Salamandra, Abri classique de Laugerie-Basse, Les Eyzies, Dordogne, Magdaleniense medio/superior, asta de ciervo, 10.8×2.1×1.1cm, descubierto en 1912/14, Museo del Hombre |
Tenemos muchas representaciones de animales, objetos esculpidos o grabados, o reproducciones de pinturas parietales. Algunos investigadores han estudiado durante bastante tiempo a esos animales y han notado que aquellos que están representados no son los que se cazan y se consumen, ni los más presentes en ese momento en ese lugar; podemos inducir una dimensión mística, animista o quizás totémica, una forma de complicidad entre el hombre y el animal que me recordó los trabajos de Descola. Entre los animales rara vez representados, tenemos a una salamandra en asta de ciervo.
En fin, nadie sabe lo que pueden significar los motivos geométricos, son signos enigmáticos que construyen un espacio pensado, trazos, cruces, cúpulas, cuadrículas. Algunos podrían ser motivos estilizados de motivos reales, como peces simbolizados con cheurones y otros no se pueden interpretar. Aquí el enigma es total. Se sale de la exposición con muchas preguntas sin resolver y con muchos deseos de explorar más y más.
Imágenes 1, 2, 3 & 5 cortesía del Museo del Hombre ; fotos 1, 3 & 5 (c) J.-C. Domenech.
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